Este artículo se publicó hace 13 años.
Franco era "muy lento" para los nazis
Ángel Viñas cuenta cómo Franco no logró que los alemanes se plegaran a sus deseos
Quien tiene un amigo, tiene un tesoro y, a veces, el amigo viene con una flota de cazas, bombarderos, carros de combate, artillería, tropas. Franco abrazó a Hitler, que llegaba con una maquinaria de destrucción como nunca se había visto en España. A finales de julio de 1936, llegaron los primeros envíos de material militar. Destaca el Heinkel He 111, con ocho lanzabombas verticales, con carga de bombas de 10 a 250 kilos y capacitado para lanzar 2.000 kilos de explosivos en bombas.
Fueron los aviones que arrasaron Guernica: "Hicieron dos pasadas. En la primera utilizaron bombas rompedoras de diez kilos para romper los techos de las casas. En la segunda, soltaron las bombas de 50 kilos de trilita que incendiaron todo. Posiblemente fueron cinco escuadrillas (cada una se compone de tres aviones)", explica Cecilio Yusta, experto en historia de la aviación, expiloto de Iberia y autor del libro José Ramón Calparsoro. Un piloto español en la Legión Cóndor (Quirón), en el que cuenta la vida del primer español en volar un Heinkel 111. Al final de la guerra, los alemanes habían enviado 600 aviones a España.
La comunión de los alemanes con las tropas del Ejército sublevado parecía perfecta. Incluso olvidaron sus vestimentas y se calzaron hasta las estrellas del Ejército español, aunque con sus distintivos.
Pero aquella relación se torció cuando los alemanes conocieron a Franco. "Las relaciones al principio no fueron buenas. Los alemanes y los italianos se quejaron de la forma que tenía Franco de conducir la guerra. Pensaban que iba demasiado lento y que carecía de planteamientos estratégicos modernos", explica el historiador Ángel Viñas.
Duro como una bomba"A ello se añadieron los jueguecitos malabares del embajador alemán, general Wilhelm Faupel. Franco planteó hábilmente deshacerse de él y de Sperrle (el primer general en jefe de la Legión Cóndor). Lo consiguió a mitad de 1937", cuenta Viñas. El siguiente paso fue el avance sobre el Norte, recomendado por los alemanes. "Entonces, cayeron en manos de Franco las minas de hierro de Vizcaya, los roces políticos y militares se trasladaron a la esfera económica. Franco no consiguió que los alemanes se plegaran a sus deseos en la misma medida en que lo hicieron los italianos tras Guadalajara. Con Von Richthofen, el tercer comandante en jefe de la Cóndor, las relaciones fueron buenas. Era duro y congenió bien con Franco".
Además, aclara que, sin la ayuda de Hitler y de Mussolini, Franco no habría ganado la guerra. "Hitler suministró armas modernas y, sobre todo, la única innovación estratégica de toda la guerra: la Legión Cóndor. Mussolini suministró armas y hombres", que enjugaron el drama.
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