Eugenio Recuenco, el fotógrafo del tiempo
El artista madrileño presenta '365º. Eugenio Recuenco', una obra en la que sintetiza la historia reciente y la enmarca en una especie de caja autofabricada. Cuidadas escenografías al servicio de la crítica y la memoria.
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madrid,
Ocho años de trabajo, 120 modelos y un equipo de 300 personas. Todo para contar(se) medio siglo; narrar los 50 años del artista y sus coetáneos. Un relato por el que desfilan los desmanes totalitarios de Trump, la ubicua tecnología y sus siervos, la barbarie televisada del 11-S o la muerte de Lady Di. Hitos sin cicatrizar que configuran nuestras retinas y con las que el fotógrafo Eugenio Recuenco hace balance de medio siglo en la vida.
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Para ello el madrileño ha reunido una buen número de cajas independientes de luz colindantes unas con otras que retroiluminan escenarios congelados a golpe de obturador. Arte, cine, moda, tecnología, religión e historia, un imaginario contemporáneo constituido por 366 instantáneas que pueblan hasta el próximo 20 de enero la sala principal del Centro de Arte Tomás y Valiente (CEART) de Fuenlabrada.
365º. Eugenio Recuenco sintetiza la historia reciente y la enmarca en una especie de caja autofabricada, con un punto de luz que entra a través de una ventana y aparecen elementos naturales que arropan a la figura humana de cada una de las instantáneas. El resultado abruma. A caballo entre el cine y la pintura, la propuesta —con marcada carga estética— flirtea con la locura, la perversión, el miedo y la soledad.
Lo hace además sin pretensiones moralizantes, consciente de que la mirada se encarga muchas veces de completarlas. También el contexto. Uno siempre puede elegir quedarse en el mero deleite estético, experiencia que el autor —a tenor del acabado de sus instantáneas— no desestima, pero sería una experiencia a todas luces parcial. Las intenciones de Recuenco van más allá de la simple evasión.
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En efecto, la cuidada escenografía invita a reflexionar y rebuscar en nuestro interior. Un trabajo de introspección que se nos presenta subrayado por una luz inherente a la imagen, como evidenciando su carácter teatral y poético. Ahí radica su fuerza y a la vez su patetismo. Rostros hirsutos que parecen no entender quién les ha congregado, miradas siniestras que nos interpelan desde un pasado que creímos superado. Recuenco concita nuestros olvidos.
Pintar a través del objetivo
Nacido en Madrid, en mayo de 1968, Recuenco tenía vocación artística desde niño, por lo que no sorprendió a nadie cuando se matriculó en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, donde consiguió un BBAA con una maestría en Pintura. Considerado como uno de los mejores fotógrafos de moda, Recuenco ha sabido conjugar en su obra la faceta comercial con la artística y su firma ha estado presente en trabajos protagonizados también con nombres de enorme prestigio en artes plásticas como Annie Leibovitz o Steve McCurry.