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Estrenos de cartelera Jacques Audiard: “Hemos creado la idea de la masculinidad a través del western americano”

El cineasta francés reinterpreta el mito del cowboy americano y retrata el estado de la humanidad en ‘Los hermanos Sisters’, obra maestra, impresionante película que le valió el Premio al Mejor Director en Venecia

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Joaquin Phoenix y John C. Reilly, en 'Los hermanos Sisters'.

MADRID,

“Creo que he conseguido apaciguar el viejo Oeste americano”. Y no solo eso. Autor de algunas de las grandes películas de los últimos años, Jacques Audiard firmó una obra maestra en 2009, Un profeta, y ahora, demostrando que se mueve en el terreno de los elegidos, ¡ha firmado otra!, Los hermanos Sisters, un western que reinterpreta el mito del cowboy americano, violento, muy macho y muy bestia, y que aboga por un mundo que confía en el progreso.

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Seducido por el actor John C. Reilly y la productora Alison Dickey, el cineasta leyó la novela del canadiense Patrick DeWitt y aceptó adaptarla para el cine. Acompañado de su guionista cómplice Thomas Bidegain, con Reilly y Joaquin Phoenix en los papeles principales, se lanzó a rodar su primera película de encargo. Ganó el Premio al Mejor Director en Venecia (ocasión que aprovechó para denunciar la desigualdad y el dominio masculino en los festivales de cine), pasó con grandes ovaciones por San Sebastián (Sección Perlas), se alzó con cuatro Premios César (entre otros, Mejor Dirección) y con tres Premios Lumiere (Película, Dirección y Fotografía).

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Merecidísimo todo ello y conquistado con una potente radiografía de la condición humana, violenta y salvaje, retrato del Oeste americano en plena fiebre del oro dibujado desde la mirada y las ideas de este siglo XXI. Un western en el que Jacques Audiard, sin quebrar el esqueleto del género, transforma muchos de sus códigos.

“Este mundo es una abominación”. Es la sombría conclusión de Hermann Kermit Warm, un químico fugitivo, culto y sensible que lucha a brazo partido en el Oeste americano en plena fiebre del oro. Con él, John Morris, un detective que comenzó un viaje persiguiendo a Warm para entregarle y terminó uniéndose a él y a su sueño de crear Utopía, un mundo mejor. Y dos hermanos (Eli y Charlie), pistoleros con litros de sangre a sus espaldas, y personajes principales, impresionantes, de esta reinterpretación del hombre en el salvaje Oeste. Un psicópata despiadado y su hermano mayor, un hombre sensible que aspira a llevar una vida normal, pero cabalga junto a Charlie porque “debía ayudarle, es mi hermano”.

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1851, el Oeste americano. ¿En la actualidad resuena el eco de aquella violencia, de un mundo hostil, un mundo de hombres…?

Desde luego. Siempre que hago una película de época, histórica, lo hago desde el punto de vista de hoy. Y la intención al acceder a esta historia era hacerlo con las ideas de hoy. Creo que el principio unificador de todos los temas de la película es el cambio. Cómo se transforma o cómo se intenta transformar el mundo de generación en generación, de hermano a hermano, entre hombres antagónicos… Luego todo depende de la fe en el progreso. Conseguir el cambio, además, supone un precio siempre y eso es lo que hay que pagar para cambiar. Aquí, los hombres idealistas pagan con su vida, el hermano asesino pierde un brazo, el brazo con el que dispara…

El ‘idealista’ es un científico…

En la novela es un químico viejo alemán, pero yo elegí a Riz Ahmed porque tiene el físico de un profeta y eso era justamente lo que yo quería con ese personaje. La profecía del nuevo mundo gracias al progreso.

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Con la película ¿pretendía liquidar la imagen estereotipada de la masculinidad?

Es que esa es una mirada que tiene mucho que ver con la historia del western. Nos hemos creado esa imagen de la masculinidad a través de los westerns americanos. Yo creí con la idea de España que me hice viendo las películas de Víctor Erice y de Carlos Saura, quiero decir que la estética entra de manera muy potente en cada uno. A mí, sin embargo, me enseñó a ligar y a hablar con las mujeres Jean-Louis Trintignant, no John Wayne. Podría tal vez identificarme con alguna cosa de EE.UU., pero no con esa idea de la masculinidad.

¿La herencia de dolor y violencia que pasa de una generación a otra es lo que explica este mundo de hoy?

Absolutamente. Seguimos heredando la violencia y un mundo dominado por los hombres. Por eso el tema central del western es ¿qué hacer con la violencia de los padres fundadores de la nación? ¿en qué momento van a dejar las armas a la entrada del pueblo? ¿cuándo alguien con una estrella se dedicará a poner orden?

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En realidad, ¿la película no es finalmente una reflexión sobre la humanidad?

Sí, en la película hablo del estado de los hombres. No puedo hacerlo desde el punto de vista del western americano, pero sí puedo hacerlo con dos hermanos montados a caballo que no paran de hablar.

Volviendo a la violencia…

No me gusta la violencia.

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La violencia en su cine…

La violencia en el cine siempre son escenas técnicamente muy difíciles de rodar. Es importante en una película conseguir la cohesión de la ficción y resultad que siempre hay dos elementos en una película que son y resultan falsos, el sexo y la violencia. Cualquiera se da cuenta de que son falsos y ahí es donde se analiza el nivel y grado de la ficción.

Joaquin Phoenix, en la película.

No es la primera vez que reescribe un género en el cine ¿es lo que le provoca el género?

Me gusta, además creo que el género en el cine es muy democrático. Todo el mundo puede entenderlo. Cuando hago una película la hago porque pienso que va a ser distinta de la anterior. Nunca hubiera pensado en un western cuando empecé a trabajar en Deephan. Normalmente no hubiera deducido que lo siguiente sería un western. Esta vez he necesitado cierto tiempo para adaptarme. La novela de Patrick Dewitt nos gustó mucho a los dos (se refiere a él y al coguionista Thomas Bidegain). El trabajo de adaptación era convertir ese western en un cuento, porque las referencias cinematográficas para nosotros eran más películas como Pequeño gran hombre o La noche del cazador.

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Aprovechó el premio de Venecia para denunciar la discriminación de las mujeres en el cine, pero nadie firmó su carta, ¿se sintió defraudado?

Uno no hace una declaración en un festival para que le aplaudan. Creo que el colectivo 5050×2020 funciona y trabaja muy bien por la paridad en el cine. Es necesaria la transparencia de los comités de selección de los festivales y que sean paritarios. Tampoco era nada revolucionario lo que dije. Nadie firmó la carta, es verdad, pero eso a mí no me importa.

John C. Reilly: “la idea del cowboy americano nos ha causado muchos problemas”

Jacques Audiard dedica esta película a su hermano que murió cuando tenía 26 años en un accidente. El amor fraternal planea sobre la historia de Eli y Charlie Sisters como una especie de fuerza protectora para ambos. En el límite de ese vínculo, Eli es un pistolero asesino solo para poder acompañar a su hermano, “es el precio para poder acompañar y proteger a su hermano. Para vivir con él tiene que matar”.

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Ese personaje, de una humanidad conmovedora, está en manos de John C. Reilly, padre de este proyecto. El actor de Chicago compró los derechos de la novela y peleó hasta convencer a Jacques Audiard de que la dirigiera. En el Festival de San Sebastián, habló con Público de la película.

Imagen promocional de 'Los hermanos Sisters'.

Con su personaje hace una reinterpretación de la figura del cowboy americano. ¿Era lo que le interesaba?

El personaje es muy sensible y vulnerable, como con cualquier otro personaje me aproximo todo lo que puedo a él. Estoy feliz de que no sea el típico cowboy macho, al que encuentro muy aburrido. En realidad, la idea del cowboy americano que doma lo más salvaje del Oeste nos ha causado muchos problemas que ahora tenemos que solucionar.

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Además del machismo que domina el mundo, ¿la violencia, por ejemplo?

Esa es la lucha del personaje. Vivir con la violencia y el embrutecimiento no es sostenible. Y eso es muy relevante hoy porque lo que hay que sostener es la vida. Vemos cosas en el mundo que nos hacen preguntarnos todo el rato si sobreviviremos como raza humana. Luchas religiosas, los plásticos, los refugiados… La película se puede interpretar como algo mucho más grande.

Es usted un actor habitual en películas protagonizadas por una pareja de personajes. ¿Por qué?

Es verdad que siempre tengo esos papeles. Supongo que hay muchas razones, pero una de ellas es que personalmente hago mejor el trabajo cuando colaboro con otros, es como bailar. También por la cooperación. Un actor o un cantante, cuando se junta con otro, crea una tercera cosa. Es la magia de la combinación de dos personas creando una tercera.

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¿Cómo fue la relación con Audiard y de Joaquin Phoenix con él?

Ellos no se conocían. Tuvimos muchas reuniones y ya en una de las últimas se dijeron: “vámonos directamente a la cama”. Cada director es único y Audiard tuvo absoluto control cuando aceptó, aunque tuvo momentos antes en que no lo vio muy claro.

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