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Entrevista Johnny Depp: "La mayor parte de la gente que admiro han sido hombres terriblemente infelices"

El actor da vida al prestigioso fotoperiodista W. Eugene Smith en 'El fotógrafo de Minamata', película a competición en el BCN Film Festival. Inspirado por este trabajo, Depp confesó tener conexión con personajes creativos y autodestructivos, y habló de su infancia infeliz, de Trump y del dolor interior.

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Johnny Deep en el 'Fotografo de Minamata'. — AContracorriente Films

MAdrid,

W. Eugene Smith fotografió la sangrienta batalla de Iwo Jima, retrató la desgraciada y oprimida España de los cincuenta – "voy a intentar entrar en el pueblo español a fin de describir la pobreza y el miedo engendrado por el régimen franquista"-, penetró en la tristísima locura de los pacientes de un psiquiátrico en Haití… y al final de su carrera, en Minamata, capturó el genuino rostro de la codicia y con él, el inmenso dolor que ésta provoca. "Moría un poco de su alma cada día, pero al final de su vida lo había visto todo", dice Johnny Depp, que da vida ahora a este fotoperiodista en 'El fotógrafo de Minamata', película a competición en el 5 BCN Film Fest.

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"La mayor parte de la gente que admiro han sido hombres terriblemente infelices", dice el actor, quien confiesa una empatía especial por personajes que han vivido con un profundo dolor interior, "y han tenido que sacar ese fuego de dentro… y muchos se automedicaron para intentar no sentir tanto dolor interior". Por supuesto, se refiere al alcohol y las drogas a las que W. Eugene Smith se entregó durante buena parte de su vida.

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"Enfrentarte a tus demonios"

"Yo también lo hice, empecé a automedicarme por pura necesidad, no quería sentir tanto dolor –admite-. No puedo decir que mi infancia fuera la más amable del mundo y al final tú eres un conjunto de ingredientes de tu vida y de quién eres. De joven, gracias a mi hermano, encontré el gusto de leer y descubrí mi primera biblia, 'On the Road', de Kerouac, sentí una enorme conexión y… Es una situación en la que vas aplazando lo inevitable, un día tienes que enfrentarte a tus demonios".

En esa herida íntima se reconoce Johnny Depp con W. Eugene Smith, con el que también comparte, dice, cierta necesidad de cambiar el mundo. En 'El fotógrafo de Minamata' se narra la vuelta a la fotografía de este artista. Es el año 1971. Arruinado y sin equipo –lo vendió para poder sobrevivir-, le saltaron las alarmas cuando le contaron lo que estaba ocurriendo en Minamata, una ciudad costera japonesa, donde una poderosa industria estaba envenenando a la población con mercurio. Sus fotografías querían "cambiar ese mundo".

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La cultura del miedo

"Una persona sola no puede cambiar el mundo, aunque Donald Trump hizo un trabajo bastante bueno cambiando cosas y convirtiendo todo en un pozo oscuro donde nos metió a todos. Pero ya es el momento de preguntarse ¿por qué aplazar lo inevitable? Somos las personas, y no los gobiernos ni las farmacéuticas, las que cambiaremos las cosas", afirma, tal vez alentando a un mayor compromiso con el planeta y con los seres humanos, y en un gesto de optimismo no del todo controlado.

Lo siguiente son referencias al miedo, la corrupción, la comercialización de la información… "Lo que se deriva finalmente de todo esto es el miedo, la cultura del miedo. Lo periodistas escriben lo que escriben porque no quieren perder su trabajo, los políticos…" y Johnny Depp divaga un buen rato hasta que toca puerto y sentencia: "Solo se puede hacer una cosa en la vida, levantarte, respirar hondo y no tener miedo".

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Seguir los pasos de personajes como W. Eugene Smith. "Para mí la fotografía es algo más que un simple oficio, con una cámara en las manos, me siento portador de una antorcha", dijo el fotógrafo, uno de los periodistas de guerra más reconocidos del mundo, comprometido activista del siglo XX, de quien Depp se confiesa admirador.

"Ha sido una gran responsabilidad retratar a un personaje como él, sobre todo por el legado que nos ha dejado a todos. Hay muchos otros artistas, escritores… que, como él, han entregado mucho, pero también han tenido que luchar contra su propia infelicidad. Lo único que yo puedo hacer es inspirarme en esa honestidad. W. Eugene Smith no hubiera llegado a ser quien fue si no hubiera sido por el dolor. A la fuerza él, como otros artistas, son personajes solitarios".

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