Por qué EEUU cancela a Plácido Domingo y en España es ovacionado
La emisión del programa de 'Salvados' dedicado a las denuncias de acoso contra el tenor pone de relieve la diferencia entre las reacciones del público y las instituciones en ambos países.
Madrid-Actualizado a
En agosto de 2019, tras una investigación de Associated Press que desvelaba el acoso sexual al que habían sido sometidas varias mujeres por parte del tenor Plácido Domingo, el Teatro Real emitía un comunicado donde reiteraba "su admiración y reconocimiento por todo lo que representa su extraordinaria carrera para la lírica española e internacional", así como por su "ejemplar trayectoria en esta institución".
Su participación en La Traviata seguía en pie y la institución (gestionada por una fundación pública en cuyo patronato figuran el Ministerio de Cultura, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital) dejaba claro que "las acusaciones que se viertan sobre este tipo de comportamientos, dadas sus consecuencias, tienen que estar fundadas, y ser probadas en las instancias que corresponda".
La reacción iba en la dirección contraria de las óperas estadounidenses, que comenzaron a cancelar sus actuaciones, al tiempo que el Sindicato Estadounidense de Artistas Musicales (AGMA) y la Ópera de Los Ángeles emprendían sus propias investigaciones, cuyos resultados dejaban claro que Plácido Domingo había hecho "proposiciones sexuales" a varias mujeres, por lo que su comportamiento fue calificado como "inapropiado".
Mientras en Estados Unidos las acusaciones de sus víctimas se consideraban "creíbles", lo que lo obligó a dimitir como director de las óperas de Los Ángeles y Washington, en nuestro país seguía en cartel, aunque Plácido Domingo emitió un comunicado en el que señaló que no iba a representar La Traviata en el teatro de la ópera madrileño. Más de tres años después, Salvados (laSexta) emitía este domingo el reportaje Plácido: un secreto a voces.
"Desde que aparecieron las acusaciones de acoso en Estados Unidos, ha actuado en distintos escenarios de nuestro país, incluidos algunos que tienen financiación pública como el Teatro Real, el Auditorio Nacional o el Palau de les Arts de Valencia", explican Carola Solé y Eva Lamarca, guionistas del programa, al que han dedicado un año y medio de investigación.
Aquel agosto, el exministro de Cultura José Guirao llegó a decir que sobre el tenor había caído "la pena del Telediario", a la que anteponía la presunción de inocencia. "Creo que cuando alguien habla, algún motivo tendrá, pero tendrá que demostrarlo, porque está en juego la honorabilidad y el comportamiento de una persona", añadió Guirao, quien estimaba que ponerlo "en entredicho" causaba "daños" a un artista "tan conocido y reputado como persona".
"El valor artístico no es una bula", afirma ahora Marisa Soleto, abogada y directora de la Fundación Mujeres, convencida de que "el acoso y la depredación sexual son muy habituales" en determinados ambientes, lo que supone un gran "coste" para las mujeres que quieren desarrollar su carrera profesional. "Hay que erradicar ese comportamiento", añade Soleto, quien considera "reprobable" que, una vez denunciado, sea "aplaudido" en vez de castigado.
Sin embargo, tras una segunda investigación de Associated Press, que se hacía eco de la existencia de más mujeres afectadas, en diciembre de 2019 Plácido Domingo participó en la ópera Nabucco en el Palau de Les Arts de València, cuyo patronato retiraría tres meses después su nombre del Centre de Perfeccionament.
"La revelación más llamativa que hemos obtenido de nuestras solicitudes de Transparencia es que el Palau de Les Arts, donde tiene participación la Generalitat valenciana, le pagó a Plácido Domingo un caché bruto de 99.136 euros por su participación en la ópera y costeó los 14.393,58 euros de su estancia en Hotel Balneario Las Arenas entre el 21 de noviembre y el 12 de diciembre de 2019", explican las periodistas Carola Solé y Eva Lamarca. Habría que añadir 687 euros más IVA por el alquiler de un vehículo.
Además, en febrero de 2020 dio dos clases magistrales en el Centre de Perfeccionament de Les Arts. La factura de la estancia en el mismo hotel, los días 8 y 9 de febrero, ascendió a 1.523,27 euros, añaden las guionistas de Salvados, quienes matizan que Nabucco formaba parte de la programación oficial de la institución, mientras que "el resto de conciertos han tenido la particularidad de ser organizados por entidades privadas, no directamente por esos teatros".
"Desde que en febrero de 2020 Plácido entonó el mea culpa —del que luego dio marcha atrás—, el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM) suspendió su presencia en sus centros artísticos 'en solidaridad con las mujeres afectadas' ante 'la gravedad de los hechos' y considerando que Plácido Domingo había asumido 'la plena responsabilidad de sus acciones'", apuntan Carola Solé y Eva Lamarca.
Antes había cantado el 9 de junio de 2021 en el Auditorio Nacional de Madrid, en una gala benéfica organizada por la Fundación Excelentia a favor de Cruz Roja Responde. Escenario en el que repetiría el 8 de enero de 2022, con motivo de la Gran Gala de Zarzuela de Año Nuevo, organizada por la Fundación Sinfolírica y cuya recaudación fue destinada a Cáritas.
Entre ambas citas, protagonizó el cartel, junto a la soprano Ainhoa Arteta, del Festival Starlite de Marbella el 18 de agosto de 2021. Y, más recientemente, su actuación en las Noches de la Maestranza de Sevilla, que tuvo lugar en la plaza de toros el pasado 17 de septiembre de 2022, estuvo enmarcada en un ciclo organizado por una empresa privada.
Dos meses antes, en 17 de julio de 2022, Plácido Domingo cantó en el Teatro Real junto a la soprano Sonya Yoncheva, aunque la programación no corrió a cargo del mismo, sino del Universal Music Festival. Las periodistas de Salvados trataron de entrevistar al presidente del teatro de la ópera de Madrid, Gregorio Marañón, y al director artístico, Joan Matabosch, "para entender en qué circunstancias se había cerrado ese acuerdo", pero no obtuvieron respuesta.
Una situación inconcebible en Estados Unidos, al igual que los aplausos que recibía el tenor en los recintos españoles y europeos, donde siguió prodigándose. "No es que aquí hayamos respondido con tibieza a las acusaciones, sino que evidentemente ha sido apoyado, lo que es indigno y dice muy poco de las instituciones culturales de nuestro país", critica Altamira Gonzalo, abogada y vicepresidenta de FeMeS (Feministas Socialistas), molesta también con la reacción del público que lo ovacionaba.
¿Por qué no ha reaccionado en España de la misma manera que en Estados Unidos? "Porque allí ha habido un movimiento feminista fuerte que ha posibilitado el Me Too y porque los medios de comunicación y los sindicatos de artistas han tenido un comportamiento serio y han mostrado respeto hacia las mujeres", añade Altamira Gonzalo. "Así, en lugar de dudar de su relato, lo que han hecho es investigar y confirmarlo".
En España, asegura, la palabra de las víctimas de abusos no tiene tanto peso. Dado que el movimiento feminista "no es tan potente" y los medios "no han estado a la altura para difundir sus relatos", según ella corresponde a la Justicia "dar señales de confianza a aquellas mujeres han sido acosadas y chantajeadas para poder seguir trabajando" y al Gobierno "garantizar la igualdad entre hombres y mujeres, porque este es un problema público, no privado".
Por ello, cree que, más allá de sus competencias, tanto el Ejecutivo como el Ministerio de Cultura tendrían que haberse manifestado al respecto, pues "los aplausos y las muestras de comprensión al supuesto agresor implican un rechazo a las supuestas agredidas". Salvados, presentado por Gonzo, además de dar voz a las afectadas en Estados Unidos, también habló con la primera española que ha denunciado haber sido acosada por el tenor.
El INAEM se lava las manos
"En España, donde el tenor no ocupaba ningún cargo directivo, ninguna institución decidió emprender sus propias investigaciones a raíz de las informaciones de Associated Press", recuerdan Carola Solé y Eva Lamarca, quienes subrayan que, hasta la emisión de Plácido: un secreto a voces, "la prensa tampoco había conseguido que las mujeres españolas hablaran".
Las guionistas del programa le preguntaron al Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música por los conciertos organizados por fundaciones privadas en el Auditorio Nacional, pero alegaron que no tenía responsabilidad alguna, puesto que no forman parte de la programación oficial.
La respuesta oficial, facilitada por las periodistas, fue la siguiente: "Ese régimen de alquiler de la sala, ni la elección del repertorio ni otras decisiones de carácter artístico en este tipo de conciertos corresponden a este organismo, ya que son competencia exclusiva del promotor del evento. Esto ocurre así con todos los promotores externos, ya sean asociaciones profesionales o fundaciones: el INAEM alquila la sala al promotor y no decide el contenido del espectáculo ni toma decisión alguna sobre el repertorio o los artistas invitados en ninguno de estos casos".
"En España se comprende al agresor y se deja de lado a la agredida"
"¿Por qué en España las mujeres no se sienten respetadas ni apoyadas en sus denuncias? Esa es la gran pregunta", reflexiona la abogada Altamira Gonzalo, quien recuerda que hace cuarenta años Montserrat Caballé ya había señalado que el tenor no quiso cantar junto a ella debido a su edad y a su peso. "Yo comprendo que a Plácido le guste cantar con gente joven, bonita y delgada", le dijó la soprano a Mercedes Milá en 1982.
"Estados Unidos tiene una democracia más desarrollada que la nuestra, sobre todo en materia de igualdad, y eso se nota en muchos aspectos. Aquí está cogida con alfileres, es muy débil y se quiebra enseguida, de ahí el insoportable número de víctimas de violencia de género", concluye la vicepresidenta de FeMeS.
Por ello, agradece que Salvados haya puesto "las cosas en su lugar", porque España es "un país muy machista" donde nadie ha querido "sacar a colación este tema y, cuando se ha hecho, ha sido para adular a Plácido Domingo". Aquí, insiste, nadie quiere saber. "Por eso se comprende al agresor y se deja de lado a la persona agredida".
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