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Documenta Madrid se afianza como el mayor de los festivales

El asombro por lo real y por las distintas formas de mirarlo es el punto de partida del certamen documental 

SARA BRITO

'La realidad es increíble'. El asombro por lo real y por las distintas formas de mirarlo es el punto de partida del mayor -en número de películas y en actitud generalista- de los festivales de cine documental de España: Documenta Madrid, que ayer presentó una programación que correrá a lo largo y ancho de la semana que va del 2 al 11 de mayo.

El festival es generoso -tal vez demasiado- en número y variedad de miradas. Los números abruman, la calidad también. 105 películas en las cinco secciones competitivas y otras casi 200 hasta llegar a la escalofriante cifra de 300 documentales. Puestos a seleccionar -y mucho-, uno no debería perderse un paseo por las secciones a competición que incluya el visionado de cortos como El sastre, de Óscar Pérez, o Pó de estrellas, de Alberte Pagán; largos nacionales como El sexo de los dinosaurios, de Óscar Vega; o internacionales como Fotografías, de Andrés di Tella.

Aparte, las secciones informativas traen joyas de difícil acceso en España. Desde luego que el ciclo que repasa la faceta de documentalista de Antonioni es imprescindible. Pero también lo es el repaso a la cinematografía de dos aventureros pioneros en filmar sus incursiones antropológicas a principios de siglo XX, los Johnson. O ese otro ciclo que bajo el nombre Elegías íntimas repasa la mirada sobre la historia del cine que han tenido directores de la talla de Godard, Marker o Bergman.

Darse una vuelta por las películas a competición para catar lo bueno y lo nuevo.

Conocer al Antonioni documentalista.

Repasar de la mano de Godard, Varda, Marker y, muchos otros, las diferentes facetas del Mayo del 68.

Acercarse al alemán Harun Harocki y a sus reflexiones metacinemato-gráficas. 

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