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'Desaparecidos'Juan Echanove: "La empatía hoy en día es el único antiviral que tenemos y 'Desaparecidos' trae empatía"
Amazon Prime Vídeo estrena este viernes ‘Desaparecidos’, protagonizada por Juan Echanove, Michelle Calvó, Elvira Mínguez y Maxi Iglesias.
María José Arias
Madrid-
Incertidumbre e impotencia. Ambas están presentes en Desaparecidos, serie producida por Mediaset España junto a Plano a Plano que desde hoy está disponible en Amazon Prime Video antes de su estreno en abierto. Una producción con guion de Curro Royo y Miguel Ángel Fernández que se mete de lleno en cómo trabajan los agentes del Grupo 2 de Desaparecidos de la Policía Nacional, pero también en la importante labor de las asociaciones tanto por su colaboración en las investigaciones como por el apoyo que ofrecen a las familias.
La serie, dirigida por Miguel Ángel Vivas, Inma Torrente y Jacobo Martos, está planteada de manera que en cada uno de los 13 episodios aborda un caso distinto con dos de mayor recorrido que cubren toda la temporada. Uno es el de Carmen (Elvira Mínguez) y su hijo. El otro, el de Sonia Ledesma (Michelle Calvó) y su marido, un fotógrafo en zona de conflicto al que se le perdió la pista hace cuatro años y razón principal por la que ella acabó trabajando en Desaparecidos. Allí entra a formar parte del equipo compuesto por Santiago Abad (Juan Echanove), Rodrigo (Maxi Iglesias), Sebas (Chani Martín) y Azhar (Amanda Rios). "Este es un grupo en el que todo el mundo sabe todo de todos, pero todo el mundo es muy pudoroso porque sabe lo delicada que es la vida de cada compañero. El personaje que interpreta Michelle, Sonia Ledesma, llega a un grupo que está formado, que tiene ya sus propias reglas y donde tiene que ganarse día a día el sitio dentro de esta extraña familia", avanza Juan Echanove en una conversación con Público.
Cada desaparición es distinta, pero existe un común denominador que comparten la mayoría a tenor de lo visto en los cuatro primeros capítulos: la impotencia que genera en los agentes el no avanzar en la investigación y la incertidumbre que invade a las familias (también a los policías) mientras dura el proceso. Una aproximación a la temática de esta serie que, en palabras de Juan Echanove, define el estado actual de nuestra sociedad, donde ambos sentimientos se han instalado junto con el estado de alarma que ahora toca a su fin. Por ello, quizá, sea más sencillo para el espectador colocarse en la piel de los personajes y empatizar con lo que les sucede.
"No se trata de hacer reír o de hacer llorar, se trata de empatizar o no empatizar" añade Echenove
"Desaparecidos llega en un momento en el que es fácil empatizar. Aunque lo cierto es que antes de conocer el contexto en el que se estrenaría, durante el rodaje, nosotros asumimos la responsabilidad de hacer esta serie como un servicio a la ciudadanía. Es decir, como vínculo con un grupo de personas que son tan importantes en nuestra sociedad y que tiene mucho que decir y mucho que aportar", explica durante la entrevista quien da vida al jefe de ese Grupo 2 en la ficción. Cuando se habla de estas sensaciones o sentimientos, Echanove ve un paralelismo claro. "La realidad", explica, "nos ha puesto frente a preguntas muy importantes. No puede ir la ficción por un camino y la vida real, por otro. No se trata de hacer reír o de hacer llorar, se trata de empatizar o no empatizar. Y la gente está harta de la antipatía, quiere empatía. Mañana, si hicieran un referéndum nacional ¿empatía o antipatía?, igual habría un 0,01% de ese virus social de gente que quiere antipatizar con todo. Pero la empatía hoy en día es el único antiviral que tenemos y esta serie trae empatía".
Su compañero de reparto, Maxi Iglesias, reconoce al hablar de esa frustración que tantas veces siente su personaje a lo largo de la serie que "muchas veces nosotros desde la ignorancia y el no saber pensamos que es tan fácil como que si hay unos chicos que están haciendo según qué cosas y lo sabes, vas a por ellos. Pero, como policía no puedes. Casos en los que lo sabes positivamente, pero no puedes hacer nada hasta que no reúnas una cantidad de pruebas tremenda. Es muy frustrante y es muy bonito se vea en la serie porque nos genera un conflicto, incluso entre nosotros mismos". Eso se refleja en la serie a la hora de mostrar cómo cada agente lleva la investigación y cómo lidia con los sentimientos que puede despertar en ellos. La norma habla de no implicarse, pero a veces resulta imposible. Ocurre dentro del propio grupo, pero también cuando trabajan con policías ajenos a su comisaría o con el personaje de Carmen, cabeza visible de la asociación a la que interpreta Elvira Mínguez.
"Porque es indudable que había una cosa que nos requería esta historia: meternos a fondo", comenta Mínguez
Madre a la que le arrebataron a su hijo ocho años antes y cuyo caso sin resolver llevó un entonces casi novato Santiago Abad (Juan Echanove), ella lucha por ayudar a quienes se ven en su misma situación desde la experiencia que le ha dado el dolor en carne propia. Trabaja estrechamente con los agentes y siempre está dispuesta a reunir a los voluntarios para organizar una batida u ofrecer su hombro a quien necesite desahogarse. "Estuvimos desde el primer día asesorados por Joaquín Amills, de la asociación SOS Desaparecidos. Fueron los que nos ayudaron a meternos en el proyecto, a ver un poco esa parte emocional que era tan importante poder reflejar al contar esta historia. Porque es indudable que había una cosa que nos requería esta historia: meternos a fondo. No se puede acercar uno a este proyecto desde la frialdad. Tienes que mantener un equilibrio extraño porque tienes que pensar que es algo que estás haciendo que no deja de ser un trabajo de interpretación, pero al mismo tiempo tener en mente que es especial", ha comentado Mínguez sobre la preparación de su personaje. A ella la asesoraron desde la asociación y a Maxi Iglesias, "un asesor de la Policía Nacional, sobre todo para cosas muy técnicas como ciertos movimientos".
Una de las ideas que transmite Desaparecidos en sus primeros episodios es que en muchas ocasiones las desapariciones, como señala Mínguez, son voluntarias y "esto te plantea también una serie de reflexiones. Te puedes quedar solo en ver el caso, en cómo transcurre y en su resolución o puedes sentarte y pensar en ello porque determinados casos dan pie a una reflexión más profunda como qué lleva a una persona a querer desaparecer o borrar una existencia anterior si no ha habido nada...".
Una temática así es inevitable abordarla desde otro prisma que no sea el del drama. Echanove reconoce que cuando acabó de verla "estaba llorando como un niño". Aunque, como en la vida, también hay hueco para el humor porque, explica el veterano actor, "toda serie que bucea en lo profundo tiene que salir a tomar aire". En ese tomar aire es donde juega un papel importante el personaje de Sebas y la dinámica que se establece con el resto de compañeros. Sobre reírse en medio de una tragedia, dice Michelle Calvó que "eso pasa en la vida. Al final es algo con lo que se trata día a día y aprendes a convivir con ello y es necesario para los policías estar sanos mentalmente. Incluso los familiares de desaparecidos no están 24/7 castigándose. Tiene pequeñas bocanadas de oxígeno para coger aire, porque al final siguen estando vivos, aunque un poco menos".
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