Este artículo se publicó hace 16 años.
Rambo ahora es pacifista
Sylvester Stallone visita el Bernabéu para promocionar la última entrega de este gran héroe americano. "Llevar a Rambo a Irak hubiese sido un insulto", dice el actor, que prepara un ‘biopic’ sobre Edgar Allan
Lo último que uno pensaría de un tipo con el cuello del diámetro de Sylvester Stallone (Nueva York, 1946) es que necesite guardaespaldas. A sus 61 años, sigue ensanchando hasta parecer que se ha comido al verdadero protagonista de Rocky y Rambo, que debe de estar por ahí en algún lugar bajo tanta capa de nervio, músculo gomoso y tendón tieso.
Después de dejarse fotografiar en el Santiago Bernabéu como una football star y de comparecer en rueda de prensa multitudinaria, concede entrevistas y habla para Público sobre la vuelta a la selva del gran héroe americano (John Rambo, desde este viernes en cartelera) y de futuros proyectos, entre ellos un sorprendente biopic sobre Edgar Allan Poe que él mismo escribe y dirige. Stallone, claro, es de lo que saluda con un apretón de manos. Ay.
Frankenstein con boina verde
"Yo pensaba que Rambo iba a ser un desastre -recuerda el actor, echando la vista atrás a 1982-. Nadie quería hacer este personaje: se negaron Al Pacino, Nick Nolte, Robert Redford, James Caan... hasta que finalmente llegó a mi. Y cuando vi la primera versión, me quedé tan deprimido que pensé comprar el negativo para destruirlo. Rambo era una especie de Frankenstein que moría al final de la historia. Y no era ese el mensaje que quería dar, sino que los soldados podían volver a casa sanos y reinsertarse".
John Rambo nos trae de vuelta al invencible boina verde convertido ya en un huraño y entrado en canas mercenario (han pasado 20 años desde Rambo III), que decide ayudar a unos misioneros cristianos en su tarea de dar alimentos y medicinas a un poblado de refugiados en Birmania. La cosa no será llegar y rezar: aunque al principio se muestra reacio con la violencia, terminará poniendo la selva patas arriba para salvarlos a todos del ejército más sádico que se ha visto en los últimos tiempos.
Ésta es la primera vez que el actor se pone tras la cámara para dirigir a Rambo (aunque ha sido guionista del personaje) y ha rodado unas imágenes que muchos han tachado de extremadamente violentas. Él lo considera "un experimento: es como si el propio Rambo las hubiese rodado. No quería hacer la típica película de Hollywood". Es más, asegura que la violencia es útil si sirve para "denunciar esos conflictos de los que nunca se habla pero que sufren miles de personas, como es el caso de Somalia, Kenia, Irak o Birmania".
De Kubrick y Poe
Por cierto, ¿de verdad nunca se le ocurrió trasladar la acción a Irak? "Irak es un conflicto abierto donde muchos soldados y personas mueren actualmente. Sería un insulto si Rambo fuera allí e intentara solucionar la guerra de la forma de la resuelve en la película...".
Stallone es una caja de sorpresas. Después de resucitar también a Rocky "para ganar dinero", entre sus próximos proyectos está un biopic sobre Edgar Allan Poe (que podría protagonizar Viggo Mortensen) y una TV movie sobre el asesinato de los raperos Notorious B.I.G. y Tupac Shakur. Sobre el primero, la historia se repite: al igual que con Rocky y Rambo, su guión ha sido manoseado y rechazado en Hollywood. Entre otros, dijeron que no Stanley Kubrick y Roman Polanski. "A Kubrick le gustó, pero sólo rodaba proyectos que le interesaban y nunca un guión ajeno.
Creo que es fácil identificarse con Poe y cómo ve el mundo: es como un joven que se enfrenta por primera vez a todo. Y el mundo te machaca si eres diferente. Empezó a beber y se deprimió, se sentía un excluido. La historia ha demostrado que hay pocos genios y él fue uno. Creo que ser un genio es como una maldición: sólo se reconoce tras la muerte".
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