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Entrevista a Francesc Serés

Francesc Serés: "Catalunya ha ido hacia atrás y esto lo ha hecho nuestra generación, lo hemos hecho nosotros"

El escritor publica su último libro 'La mentida més bonica' (Proa). La novela está escrita como una especie de fábula pero trata del desengaño del procés independentista.

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Francesc Serés con su libro en las manos. — L. PENELO

barcelona, Actualizado:

"El país ha tirada hacia atrás y mandan los mismos que lo han hecho retroceder" escribe Francesc Serés en La mentida més bonica (Proa). Pese a estar escrita como una especie de fábula (el título podría ser de un bestseller infantil), la novela trata de un tema muy sensible: el desengaño del procés independentista. He aquí el porqué del título. Para hablar de ello, Serés ha ideado una historia protagonizada por una pareja entrañable de profesores de instituto. Todo pasa el día en que Marina y Carles se jubilan, pero lo que realmente pesa es cómo digieren el desenlace del procés y sus consecuencias. Serés dice que los personajes son "gente como tú y como yo, cuando tengas 63 años podrías ser Marina y yo Carles. Somos ellos. Aquí está la gracia, yo no necesito ir a la otra punta del mundo para encontrar una historia".

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Nacido en Saidí en 1972, Serés con La Casa de foc construyó una fiesta literaria de la que ya tiene ganas de escribir la segunda parte con Mar [la protagonista] viviendo en Barcelona. Pero antes de ponerse a ello, tenía que escribir La mentida més bonica y vaciar el buche. Tras estar al frente de la residencia Faber del Institut Ramon Llull y comprobar que "un lugar político, necesita un cargo político", ahora afronta la promoción de esta novela con ganas. Cuando se le pregunta si algunos de los políticos implicados directamente en el procés le han manifestado su opinión sobre la novela dice medio en broma que todavía no se ha encontrado ninguna cabeza de caballo en la cama, pero claro, el libro apenas ha acaba de llegar a las librerías (esquivando los recientes problemas de distribución).

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Me ha sorprendido que después de hablar de todo esto, sólo salgan con sus nombres y apellidos tres políticos implicados en el procés: Lluís Salvadó, Oriol Junqueras y Elsa Artadi.

Porque lo que intenta hacer la novela es ver lo que nos ha pasado. Entonces, la parte entre comillas fácil sería deflactar la culpa o deflactar la responsabilidad, ¿no?, pero no, porque yo estaba cortando carreteras.

¿O sea que puede ser cualquiera de estos personajes?

Todos hemos hecho cosas y yo confíe, por tanto, los políticos están ahí, pero otra cosa es que yo no tenga responsabilidad en los hechos.

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Una de las cosas que más pesan a los protagonistas es no darse cuenta del engaño, como ellos le llaman, mucho antes.

A todos, ¿no?, es que dimos una confianza total o muy grande. Yo estaba en el campo del Barça, corté carreteras, yo seguía, me bajaba los códigos, sería fácil decir ellos, pero somos nosotros, y a mí, me preocupas tú, mis lectores, somos nosotros, porque ellos están explotando ese dolor para continuar igual.

Marina y Carles se repiten muchas veces entre ellos lo de "nos dijeron que lo tenían todo preparado", ¿y resulta que ésta es la gran mentira?

Hombre… tú reúnes a un millón de personas en la calle para decirles que van a votar, que hay un proceso de independencia, etc. Hombre… no los reúnes para decirles haremos una party. Cuando lo ves así dices pero qué engatusada. "¡Todo está preparado!", y no había nada. Y al día siguiente desapareció todo el mundo, ¿dónde están? ¿Qué resistencia existe? Cero.

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Hubo una República que duró 8 segundos…

Todo ha hecho daño, y claro que hay dolor, claro que hay desencanto, claro que hay desengaño. ¿Crees que no cuesta escribir esto? No es un cómic, ¿eh? No estoy hablando de marcianitos o de una fábula sobre el referéndum de Nueva Caledonia, no, no, eso está aquí, es lo que nos ha pasado a nosotros.

¿Escribir 'La mentida més bonica' le ha ayudado a canalizar su desengaño?

Sí, creo que con esto cierro la puerta. De hecho, algo que me hubiera horrorizado es que me hubieran dicho que el libro debía salir el próximo año. No por favor, ya, fuera, matémoslo aquí. El procés continuará, el país continuará empantanado y todo, pero al menos existe la salida individual de decir, fuera.

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¿Vivir en Berlín, y escribir desde la distancia era necesario?

Sí, la distancia era necesaria y me ha ido muy bien por dos cosas, primera para tomar una distancia importante; y la segunda son dos hechos, claro, Berlín tiene una historia que vibra por donde vas, y entonces te hace repensar lo que has vivido tú, y después a nadie se le escapa, mi mujer es rusa y nos hemos involucrado mucho en cosas de estas. Y claro, la distancia entre unas cosas y otras es abismal. Por suerte y por desgracia, porque no puedes comparar, a partir de ahora no puedes comparar con nada, y por suerte no ha habido males mayores, no ha habido desgracia alguna en el sentido de que nadie ha muerto. Imagínate que una furgoneta aplasta a alguien y no hay nada preparado. ¿Qué hacemos con esto? Venga, cómo me miras, ¿eh? Todos los periodistas que me entrevistan salís con unos ojos…

Es que leer lo que ha escrito te obliga a repensar una serie de cosas que quizás no te apetecen recordar.

Claro, y ese es el tema, te dicen "haga el duelo" sí, claro, me lo dices tú que mandas, ¿no? Haga el duelo que yo no asumiré ninguna responsabilidad, ¿eso es un buen titular eh?

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Esto es un poco lo que dice uno de los personajes: "los políticos ya no consumen la droga con la que trafican".

Es una frase que me la dijo un amigo. Ostras, nosotros ya no podemos creerles. El país está resacoso y no se recupera tan fácilmente. Una vez tienes el 155, y les has enseñado tus cartas y ven que vas de farol, el otro es más fuerte, no tienes resistencia, le has abierto las puertas. ¿Y ahora qué? ¿Cómo te lo quitas de encima? No puedes. Ha visto que eres débil. Mientras no lo has probado, el otro podía no saber. Pero ahora ya sabe que no, que no acabarás de hacerlo. La frase del comienzo de la novela no es casual.

Creo que no hay nada casual en este libro.

No. Por eso la cita del principio "El único crimen que no se puede perdonar es pegar flojo". Si pegas fuerte, cuando lo has dado todo, te has arriesgado, todo el mundo te lo perdona todo.

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El pujolismo también aparece.

El pujolismo era el statu quo anterior, y ahora hay otro, el estado negociará con otro partido, la Transicioneta, y el otro partido es el que gobierna esto ahora. Pero claro, el pujolismo fue muy bien porque podíamos tirarle de todo. Todo el mundo le odiaba, todo el mundo pensaba que lo haría mejor... pero Pujol es de lejos quien mejor ha entendido las relaciones entre Catalunya y España, de lejos. Era muy pragmático, venía de dónde venía, mucha trayectoria, lo había tocado todo, etc. Y, además, estaba dispuesto a asumir ese rol de decir "bueno, hágase de mí, pero yo voy haciendo". Y ahora, no es que lo diga yo, lo sabe todo el mundo, pero la enseñanza está tocada, en la seguridad social cuesta muchísimo encontrar hora. El país ha ido hacia atrás. Y esto lo ha hecho nuestra generación, lo hemos hecho nosotros.

¿Tenía ganas de ponernos el espejo delante, verdad?

Mi trabajo es escribir algo nuevo, e intentas que quede. Tenía que pasar por ahí, era innegociable conmigo mismo. No era creíble que siempre haya hablado de lo que ocurre en Catalunya y que eso no lo contara. De hecho, lo extraño es que no lo cuente nadie más, ese silencio…

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También escribe que cuesta más aceptar la verdad que la cárcel.

Es que la verdad no se explica. No sabemos la verdad, pero sabemos algunas cosas que son verdaderas. Es decir, nada había preparado. Yo durante un año solo pensaba si saldría algo que desmentiría a la novela. Imagínate que sale el Villarejo y dice "las encontré 30.000 millones en un banco de Suiza, para hacer un crédito puente y pagar nóminas". Llega a pasar esto, y digo ei, detenemos la novela, y contento de que pasara. Porque al menos nos rehabilitaría algo históricamente. Pero no había nada.

En este sentido, deja la reflexión de que el engaño es siempre una falta de comprensión lectora.

¿Por qué deberías darte cuenta, no? Deberías tener suficiente madurez. Pero lo que hacen los personajes es recoger el guante de responsabilidad. Y asumen que eran lo suficientemente mayores para darse cuenta, él es profesor de historia... Son profesores de instituto que se han puesto el instituto en la espalda, que lo han dado todo. Y estos personajes que han trabajado toda la vida y que después se han involucrado en esto con la misma pasión porque creían, todos los conocemos y no hay derecho porque a estas edades se les acaba la vida, no tienen tanto tiempo. Por eso me cabrea tanto cuando dicen "bueno, estas tías...", hijos de puta si sois vosotros los que nos han empujado. No menosprecies a la gente de la que os servisteis.

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La vida del instituto le sirve también para plantear el tema de la lengua catalana. Otro tema importante para usted, ¿verdad?

Es una de las cosas. Si nosotros hacíamos ese proceso era porque hubiera una continuidad histórica, para pensar que nuestra comunidad social y cultural vivirá en el futuro y tendrá herramientas de supervivencia. El núcleo de nuestra cultura es la lengua, la lengua expresa una realidad, una historia, una tradición…

Ahora, las campañas para velar por la lengua se han reactivado.

Es que durante el procés se había llegado a decir que no hacían falta porque debía ampliarse la base y que el Baix Llobregat y no sé qué historias. Cada uno que arrastre lo que debe arrastrar. Creer que puedes utilizar la lengua es sucio y tarde o temprano vuelve.

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Después de todo lo ocurrido, ¿qué relación tiene con la política que gestiona el territorio?

Ninguna. Y pienso que Catalunya debe estar hasta los cojones de todos nosotros, que debe pensar, durante un tiempo dejadme en paz que lo ha hecho muy mal. Y si querías preguntarme por aquello del Llull te diré lo mismo que he dicho a los demás: es un lugar político que necesita un cargo político.

Por cierto, antes de terminar, ¿en qué momento se dio cuenta de 'La gran mentida'?

La encuesta que sale en el libro que se hace por chat preguntando "¡cuando te diste cuenta que no había nada y que todo era mentira'", y "¿cuándo decidiste no dejar de empujar a pesar de saber que era mentira?". La hice a 40 personas del ámbito político, cultural, económico y de los medios de comunicación. En mi caso personal, el día del tsunami en el campo del Barça y después el día que se filtró la llamada de Salvadó y Artadi.

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