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Cars 3 Pedos de ogros y Pinocho en tanga rosa: las tramas adultas ocultas en las pelis de niños

Cars 3: hacia la victoria reserva un hueco a los adultos en el feudo infantil y mantiene una tendencia que ha dado resultados millonarios a las grandes factorías del género.

Fotograma de la película Cars 3: hacia la victoria.

Superado el dominio absoluto de Disney en el mundo de la animación infantil y agotado el límite de paciencia de los adultos que acompañan a los niños a las salas, vivimos desde hace unos años la nueva era de la animación para nadie, para todos, ¿para quién? El estreno de Cars 3: hacia la victoria, ópera prima de Brian Fee como director, es un nuevo gesto de clemencia y generosidad hacia los sacrificados adultos, a quienes dedican guiños, referencias y una tecnología espectacular, mientras los niños disfrutan de coches con ojos que hablan, se hacen amigos y se enfrentan a peligros siempre al ritmo de la música.

En esta tercera entrega, Rayo McQueen –referencia evidente de Steve McQueen que solo entienden los adultos- se enfrenta al relevo generacional. La ayuda de la entrenadora Cruz Ramírez, gran incorporación femenina, y el recuerdo de todo lo aprendido de su mentor, Hudson Hornet, acompañan al protagonista en su pelea por continuar en este deporte.

Las anécdotas y reflexiones que Paul Newman hizo de su participación en carreras y de los coches quedaron grabadas

A la serie Cars le debemos los adultos algunas cosas, especialmente, que persiguiera la voz de Paul Newman, actor único y apasionado piloto, para el personaje de Doc Hudson en la que fue su última interpretación antes de morir. Ahora, diez años después, la voz del gran Newman vuelve a sonar en los cines. En la sesión de doblaje de la primera entrega, John Lasseter dejó los micrófonos abiertos y las anécdotas y reflexiones que el actor hizo de su participación en muchas carreras, de los coches, la velocidad… quedaron grabadas. La Fundación Newman ha dado permiso a los productores para que emplearan este material. El milagro, naturalmente, se lo perderán los que vean la película doblada.

Fotograma de la película Shrek, donde puede verse el tanga de Pinocho.

Fotograma de la película Shrek, donde puede verse el tanga de Pinocho.

Pinocho con tanga rosa

La tendencia de esta serie, hasta ahora la más floja de Pixar, de hacer hueco al público adulto en el feudo infantil es una corriente que ya se ha convertido en norma y que fue uno de los mayores hallazgos de Dreamworks –millonaria reunión de Spielberg y Katzenberg- con su primera película animada por ordenador, Shrek. Los niños se troncharon de risa con los pedos del ogro, mientras que los adultos disfrutaron con la mala leche de algunos diálogos y ciertas situaciones.

Pinocho con un tanga rosa en una escena que emulaba el momento más famoso de la serie Misión imposible, la referencia a la Bella Durmiente como ‘la chica muerta’ o al propio Pinocho como ‘el muñeco embrujado’ fueron un anzuelo perfecto. A los directores Andrew Adamson y Vicky Jenson solo se les fue la mano una vez, cuando hicieron estallar al precioso pajarito que retaba con sus trinos a Fiona. Los mayores se desternillaban mientras los niños miraban aturdidos la pantalla y desconcertados a sus padres.

Una tortuga 'fumeta' de la película 'Buscando a Nemo'.

Una tortuga 'fumeta' de la película Buscando a Nemo.

Tortugas fumetas

La idea funcionó y, por supuesto, se repitió y se repitió. Disney antes de aliarse con Pixar, Pixar hermanada ya con Disney, Dreamwork, Universal… han seguido el patrón y con muy buenos resultados. Con la recién estrenada Gru3: mi villano favorito, el público adulto disfruta más que el infantil con el nuevo malvado de la saga, Balthazar Pratt, un niño prodigio de la televisión que cayó en desgracia con el acné adolescente y que ha quedado atrapado en los ochenta. En la primera película, las sonrisas se disparaban con algunos detalles, como el nombre del banco exclusivo para supervillanos, ‘Bank Of Evil. Formerly Lehman Brothers' (Banco del Mal. Anteriormente Lehman Brothers), y en la segunda con las referencias al cine de espías de los 60 y los 70.

Tortugas fumetas en Buscando a Nemo, diálogos del mejor cine de mafiosos en El espantatiburones o crisis de la mediana edad en Los increíbles han permitido conectar al público mayor de edad con las películas de sus hijos. El español Enrique Gato supo adaptar la receta y arrasó con Tadeo Jones, el obrero que quiere ser como Indiana Jones.

Fotograma de la película Mi vecino Totoro de Miyazaki.

Fotograma de la película Mi vecino Totoro de Miyazaki.

Miyazaki, Tim Burton y Los Simpson

Algunos, sin embargo, no dependen de la fórmula. La primera parte de Wall-E, pura poesía, maravilloso cine mudo, fascinó absolutamente al público, que ya rendido se entregaba a una resolución final con toques más infantiles, pero también conmovedores. Tim Burton no necesita más que su propio universo para conquistar a los espectadores sean de la edad que sean con su cine de animación. Productor del magnífico y macabro cuento gótico Pesadilla antes de Navidad y director de títulos como La novia cadáver -amor entre las tumbas- o el precioso Frankenweenie, se gana merecidamente al público.

Ahí están títulos que no pertenecen a las poderosas factorías de la animación y que han seducido a niños y adultos sin necesidad de fórmulas. Recientemente La vida de Calabacín o la española Psiconautas, los niños olvidados, de Alberto Vázquez y Pedro Rivero, son extraordinarios ejemplos artísticos del género. Y el maestro Miyazaki, que despliega su hipnótico mundo en cualquiera de sus películas, también en las que están más dirigidas al público infantil, como Mi vecino Totoro o Ponyo en el acantilado. Y los veteranísimos Simpson, en el cine y en televisión, que todavía nadie ha decidido si son para niños o para adultos, pero que nos encantan a todos.

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