Este artículo se publicó hace 14 años.
Canciones contra Kalashnikov
Un grupo de músicos callejeros de Sierra Leona forma una banda en un campo de refugiados de Guinea Conakry y su segundo disco ya encabeza la lista de éxitos de la música étnica de Europa
Cambiaron el miedo a los fusiles Kalashnikov y la vida perra en campamentos de refugiados por guitarras y canciones optimistas. El grupo Sierra Leone's Refugee All Stars ha asombrado al mundo por su audaz reconversión de la muerte y el dolor en un proyecto de futuro para uno de los países más desgraciados de África. Su segundo disco, Rise and Shine, ha despertado el interés occidental por artistas procedentes de países en conflicto. Situado en la cima de las listas de música étnica, los Refugee All Stars quieren que su ejemplo sea un acicate para que los jóvenes que sólo tienen ojos para subir a los cayucos de la emigración clandestina confíen en el futuro de África. "A veces todavía pienso que lo que nos está ocurriendo no es más que un sueño", explica su líder, Reuben Koroma, cuya historia merece ser contada.
Reuben Koroma procede de Makemi, ciudad del interior rural de Sierra Leona situada a unos 70 kilómetros de la capital, Freetown. Entre 1991 y 2002 vivió escapando de los combates que enfrentaron al ejército gubernamental del presidente Joseph Saidu Momoh y a los rebeldes del Frente Revolucionario Unido liderados por Foday Sankoh. Junto a su esposa, Grace, huyó primero a la capital nacional, aunque más tarde el matrimonio se vio obligado a escapar a pie hasta la frontera de Guinea-Conakry. Allí quedaron instalados en un campo de refugiados.
"La vida de refugiadoes no tener nada, estás en un pozo del que no
sabes si saldrás vivo"
Como ellos, otros dos millones de personas fueron desplazadas de sus hogares durante la guerra civil en Sierra Leona. Otros compatriotas no tuvieron tanta suerte: 75.000 personas murieron durante el conflicto fratricida en un país de 6,5 millones de habitantes, enclavado entre Guinea-Conakry y Liberia, con una extensión similar a la de Castilla-La Mancha. Alimentada por el tráfico de diamantes y metales preciosos, la guerra civil de Sierra Leona pasó a la historia como uno de los conflictos más sanguinarios y despiadados que se recuerdan sobre la tierra. Fue una época "terrible, terrible", recuerda Koroma, en la que era costumbre decapitar a los rivales y luego colgar sus cabezas en la entrada de cada pueblo para marcar el territorio conquistado. De hecho, una vez afianzada una situación de paz mínima en 2002, Naciones Unidas creó un tribunal internacional para juzgar los crímenes de guerra cometidos en el país.
En este escenario de desolación, huyendo de la muerte cotidiana, se movieron durante la última década del siglo XX los nueve músicos de Sierra Leone's Refugee All Stars. "Nos conocíamos de grupos anteriores como la National Band of Sierra Leone y The Emperors Dance Band, a los que llamaban los Wailers de Sierra Leona, pero cuando llegó la guerra todos nos vimos obligados a huir y buscar lugares seguros. Algunos salimos como refugiados a Guinea Conakry y fue allí, en campamentos de refugiados, donde el núcleo central comenzó a escribir las nuevas canciones", explica Reuben Koroma (voz y percusión). Con tanto tiempo libre, el sonido de Refugee All Stars comenzó a moldearse con una base africana (su reggae contagioso bebe de artistas como Kanda Bongo Man, Prince Nico Mbarga y la congoleña Orchestre Lipua-Lipua) e influencias afro-caribeñas (de Bob Marley a Jimmy Cliff o el grupo Culture). "Y de James Brown, el todopoderoso rey del funk", subraya Koroma antes de reivindicar el alma del folclore sierraleonés. "Es la música tradicional que todos hemos escuchado desde que éramos niños, así que está bien guardada en nuestros corazones".
"La guerra terminó, pero sus efectos aún se pueden ver todos los días en las calles"
Estos mimbres musicales llamaron la atención de tres jóvenes llegados de EEUU y Canadá. En el verano de 2002, Zach Niles, Banker White y Chris Velan visitaron los campamentos de refugiados de guerra instalados en Guinea-Conakry. Allí encontraron lo que sería el germen de una buena historia. Reuben Koroma lo recuerda así: "Llegaron un día mientras ensayábamos en el campo de refugiados de Sembakounya. Eran tres personas blancas y una de ellas nos dijo que era director de cine y quería escuchar nuestras canciones. Les gustó nuestra música. Pensamos que podrían echarnos una mano, pero nunca que íbamos a llegar adonde hemos llegado", explica el líder de Sierra Leone's Refugee All Stars.
"En los campamentos de refugiados había muchas bandas, pero casi nadie las tomaba en serio. Nosotros organizamos conciertos para los refugiados y, poco a poco, logramos salir a cantar en otros campos y ayudar a nuestros compatriotas. Música es todo lo que sabemos hacer, es nuestra vida. Siempre hemos sido músicos; ni cuando nos pagaban mal por actuar dejamos de considerarnos artistas profesionales", explica Reuben Koroma.
En aquella época, el grupo vivía de pasar la gorra entre su público. "Con esos ingresos mínimos compramos los primeros instrumentos. Pero si soy sincero nunca pensamos que íbamos a llegar al público internacional, ni a viajar a países de los que nunca habíamos oído hablar. Aún pienso que todo esto es un sueño".
"Mucha gente sufre en el continente por la avaricia de los líderes mundiales"
Desde aquel encuentro crucial, el grupo ya ha publicado Living like a refugee (2004) y Rise and Shine (distribuido en España por Karonte). Y un documental, con producción del rapero Ice Cube, recoge sus historias de supervivencia. Más que un sueño, es la crónica de un milagro. El milagro que vino después de la pesadilla. "Todas nuestras experiencias están presentes en las canciones. No solo experiencias de la guerra, porque también creemos que en los peores ratos uno necesita la esperanza para lograr que las cosas mejoren. Por eso muchas de nuestras canciones abordan la necesidad de paz y de amor, y de ausencia de armas. La vida del refugiado es no tener nada, es como estar en un pozo y no saber si algún día podrás salir de él con vida", señala Reuben Koroma sobre los días en medio de la guerra. "La vida no era vida. Nos sentíamos atrapados, asustados y no teníamos nada. Sin futuro, sin control sobre nuestras vidas. Nada. Ni siquiera un mínimo sentido de hogar.
Es muy difícil explicar cómo se siente un ser humano ante ese desarraigo. Y la música ayudó a mucha gente a olvidar traumas y recordar que querían volver a sus casas", recuerda el cantante sierraleonés, que habla de su experiencia en primera persona. "Perdimos mucha gente querida. Mi esposa y yo escapamos un día de un bombardeo, pero fuimos capturados. Luego nos liberaron y logramos cruzar hasta Conakry en una huida a pie que nos llevó dos semanas. Durante los 11 años de guerra pasamos por cinco campos de refugiados y, sólo al final, logramos regresar a Freetown. Pero mi historia no es excepcional. Cada músico del grupo tiene la suya", explica Koroma, quien dedica la canción Ya N'Digba a su madre fallecida.
Con el ejemplo de su compañero Alhadji Jeffrey Kamara, el más joven de los componentes de Refugee All Stars, huérfano de guerra que primero vio morir a sus padres y después fue torturado por la policía en Guinea-Conakry, Reuben Koroma mantiene viva la llama de la esperanza por el futuro de Sierra Leona. "El país va mejorando: ahora tenemos seguridad, pero queda mucho por hacer, aún hay bastantes pobres. Y no hay muchas oportunidades laborales porque el progreso para la gente joven va despacio. Somos conscientes de que Sierra Leona puede volver a ser un país peligroso, por eso necesitamos trabajo y oportunidades", incide el músico sin ocultar que los efectos de una década de feroz guerra civil siguen causando estragos.
"Aún debe pasar un largo tiempo para que se olvide. Todavía hay mucha gente con problemas derivados de las amputaciones que sufrieron en los años de guerra, víctimas de violaciones y otras situaciones traumáticas. Hay antiguos soldados rebeldes que ahora caminan entre nosotros y tememos que vuelvan los problemas. Además, los servicios sociales desaparecieron y la educación se detuvo por completo. Los combates dejaron a una generación entera sin escolarizar", resume el músico para aclarar que cada día padecen los efectos de la guerra.
El descubrimiento internacional de Sierra Leone's Refugee All Stars coincide con la ola de optimismo que ha generado en toda África el éxito de la Copa del Mundo organizada por Suráfrica, la primera del continente. Aunque Reuben Koroma desconfía de tanta efervescencia. "Acabamos de ver las imágenes de Suráfrica en la televisión y no se parece a nuestra África. Supongo que las cosas van mejor en unos lugares que en otros. Pero también creo que los africanos están aprendiendo, que sus líderes están aprendiendo de los errores que cometieron sus antepasados. Y todos, todos, tenemos que seguir aprendiendo".
"Nunca pensamos que íbamos a viajar a países de los que nunca habíamos oído hablar"
La euforia del fútbol coincide también con el primer medio siglo de las independencias africanas. "Debemos ser optimistas o todo lo que nos rodea será muy pesado de sobrellevar. Hay gente que recuerda épocas anteriores, pero yo creo que debemos recuperar el orgullo de ser africanos hoy, de ser sierraleonés, ghanés o liberiano. Y estar orgullosos de la libertad y de la independencia de nuestros países, que fue el objetivo por el que lucharon nuestros padres", afirma el líder de los All Stars. "Todavía hay mucha avaricia en nuestros líderes, en los líderes de África y en los líderes de Europa y América. Por esa avaricia mucha gente sufre en todo el continente".
A punto de embarcar hacia EEUU para una gira de 20 conciertos hasta finales de septiembre, Reuben Koroma reivindica en voz alta el orgullo de ser africano y rechaza de plano cualquier tentación de abandonar Sierra Leona y buscar fuera una vida más cómoda. "Sé que hay cosas buenas en América y en Europa que los africanos no tenemos, y disfrutamos mucho de los viajes para actuar en el extranjero", explica, "pero siempre deseamos regresar a casa para ver a nuestras familias, a los amigos, y estar cerca de nuestras raíces. También creo que en África hay gente que no sabe lo difícil que puede llegar a ser la vida en Europa o en América. Y nunca nos hemos planteado emigrar al extranjero. Preferimos viajar, dar conciertos y volver con nuestra gente para ayudar en lo que podamos a mejorar nuestros países", incide el músico sin obviar la raíz de la pregunta.
¿Y esos jóvenes africanos que salen fuera, incluso arriesgando sus vidas, porque no ven futuro en su continente? "Es muy triste ver cómo muchos africanos con talento se marchan y abandonan a sus sociedades, es un problema grave que todavía está por resolver en África. Y nosotros intentamos aportar nuestras experiencias. Por eso hemos titulado el disco Rise and Shine. Porque es el momento del grupo, pero también es el momento de nuestro país. ¡Es el momento de que Sierra Leona se levante y vuelva a brillar!".
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