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La arriesgada apuesta de Tom Cruise

El actor habla de su última película, 'Valkyrie', acogida con frialdad por la crítica y el público de EEUU en su primera semana

D. MCMANAMAN / J. CENTENO

Con la excusa de cambiarse la camisa, el coronel Claus von Stauffenberg activó el primer detonador de su maletín lo más rápido que pudo. Él mismo debía encargarse de todo. La bomba que transportaba tenía un único objetivo: hacer volar por los aires a Adolf Hitler en su visita cuartel al este de Prusia. El Führer salió ileso y aquella noche del 20 de julio de 1944, apenas seis semanas después del desembarco de Normandía, el militar alemán y sus colaboradores fueron ejecutados tras un improvisado consejo de guerra.

Sesenta y cuatro años después de los hechos, Tom Cruise se fijó en el filo comercial de la historia e indagó en la vida de este héroe inusual de la resistencia contra el nazismo. Tuerto, manco de la mano derecha y con sólo tres dedos de la izquierda, Stauffenberg tenía reservada una página de oro en la historia de Alemania, donde hoy es considerado como uno de sus personajes más nobles, valerosos y carismáticos.

Valkyrie, que toma nombre de la operación que debía acabar con Hitler, se estrenó al fin el pasado 26 de diciembre en EEUU y llegará a España en enero tras casi un año de retraso. La superproducción contó con un megapresupuesto de 90 millones de euros y un director reputado como Bryan Singer (Sospechosos Habituales, Xmen), pero no es la típica cinta bélica al uso: 'No, no es una película sobre el Holocausto. Es puro suspense, aunque conozcamos el final de antemano', explicó Cruise durante una rueda de prensa celebrada en Nueva York hace un par de semanas a fin de aliviar tensiones y acallar los rumores sobre las dificultades para editar el filme.

Los palos llegaron de todos los frentes. Prohibiciones para filmar y críticas por parte del ministro de Defensa alemán, cambios inesperados en los sets de rodaje, protesta airada de los medios 'Cruise no es el apropiado para el papel', dijo el hijo de Stauffenberg, Berhold Graf, que hasta llegó a pedir al actor que se mantuviese lejos de su padre y se marchase a casa. ¿El motivo? La asociación de Cruise con la iglesia de la Cienciología. Para Alemania, una secta económica.

'Como americano, creo que no te haces a la idea de las sensibilidades que puede despertar narrar un acontecimiento así. Es la vida y el legado de una persona', dijo Cruise en referencia a las críticas. 'Luego nos encontramos con todos los miembros de la familia y tuve la oportunidad de saber cómo cambió aquello sus vidas. Hemos tratado el tema con rigor y respeto. Aquel día en que Stauffenberg atentó contra Hitler fue un momento extraordinario. Pero esto no es un documental, no es el Canal de Historia. Nuestra responsabilidad era representar el espíritu de la resistencia alemana y hemos acertado. Así que estoy muy contento', aseguró.

Con este proyecto, Cruise, de 46 años, trata de rehabilitar su imagen, devaluada tras un par de desastrosas apariciones en la televisión totalmente sobreactuado, hace dos años llegó a dar saltos sobre un sillón declarando su amor a Katie Holmes en el programa de Oprah Winfrey. La Paramount dio por terminada la relación con el actor y Cruise se buscó las castañas en United Artists bajo el sello de la Metro-Goldwyin-Mayer.

Su primera película en la casa, Leones por corderos, fracasó. Pero el guión de Valkyrie parecía esconder una historia capaz de mantener al público al borde de las butacas. 'Trata un tema del que todo el mundo va a hablar: de levantarse contra la tiranía', dice el actor. Pero lejos del taquillazo, la cinta ha debutado con un discreto cuarto puesto en la recaudación de EEUU (30 millones de dólares en su primera semana), algo por encima de lo previsto por los escépticos pero muy lejos de las mejores cuotas del actor.

En cuanto a las críticas, dispares. La estadounidense habló claro: 'Tiene un gran esplendor visual, pero es un trabajo frío. Carece de la tensión y el suspense necesario', escribió Todd McCarthy para Variety. En Alemania dan a Cruise el aprobado, aunque raspado: 'Es una interpretación sólida, pero no se acercará al Oscar', señaló la ZDF. Inquietante: la Metro adelantó la fecha de su estreno para que la película pudiese optar a las estatuillas de 2009.

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