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'Te estoy amando locamente'. Érase una vez… un año antes del primer Día del Orgullo

Una imagen de 'Te estoy amando locamente'. — Filmax

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MADRID, Actualizado:

La ópera prima de Alejandro Marín cuenta el nacimiento del movimiento LGTBIQ+ en Andalucía en 1977 desde una película llena de luz, de música y de humor, pero sin olvidar el drama y la tensión reales. Ana Wagener, artistas queer e intérpretes poco conocidos componen uno de los mejores repartos del cine español del año.

"Libertad sexual. Amnistía total", gritaban en 1977 los miembros del colectivo LGTBI+ de Andalucía. Todavía existía la Ley de Peligrosidad Social. La homosexualidad y la transexualidad eran delitos en España. Se aplicaban técnicas de electroshock a los homosexuales, se les encarcelaba y marginaba socialmente. Un año después, el 25 de junio de 1978, salieron a la calle por todo el país para luchar por sus derechos. Fue el primer Día del Orgullo de nuestra historia.

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Te estoy amando locamente, la ópera prima de Alejandro Marín, celebra con humor, música y vitalidad, pero sin despreciar el drama y la tensión que se vivió entonces, el nacimiento de este colectivo, su lucha y, sobre todo, la libertad conseguida después de tantos años. "La lucha de todas estas personas supuso una revolución tan necesaria entonces, como lo es ahora. Porque las cosas están cambiando, pero no han cambiado todavía".

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Con Ana Wagener, espléndida, encabezando el reparto, la película reúne a un grupo de intérpretes poco conocidos, artistas queer algunos de ellos, que consiguen uno de los mejores equipos artísticos del cine español de este año y que han sido, felizmente, los pregoneros de las fiestas del Madrid Orgullo 2023.

Ana Wagener es la madre protagonista de esta historia. — Fimax

Omar Banana, La Dani, Lola Buzón, Álex de la Croix, Alba Flores… se reúnen en esta historia, la de una madre, Reme, y su único hijo, Miguel. Ella quiere que su hijo sea abogado y tenga una vida segura, él quiere ser cantante y, además, es homosexual y se involucra en el colectivo LGTBI de Sevilla, gestado en el seno de la Iglesia.

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Pregunta: Esta es, sobre todo, la historia de una madre, ¿por qué eligió ese enfoque?

Respuesta de Alejandro Marín: Tenía la idea de tratar el tema del colectivo LGTBI en los 70, pero también queríamos llevarla al mayor público posible. Pensamos que hacer una peli del colectivo para el colectivo sería hacer una peli de convencidos para convencidos y que no llegaría muy lejos. Entonces decidimos que queríamos darle un enfoque universal y llegamos a esta historia de Reme y Miguel, nos parecía un prisma mucho más universal y cercano a cualquier persona.

Creo que han investigado muchísimo la historia de aquellos años, ¿es así?

Queríamos ser rigurosos, sí. Hablamos con Armand de Fluvià, el fundador del primer movimiento LGTBI en España, en Barcelona, y él me habló de Mar Cambrollé, fundadora del Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria (MHAR) en Sevilla, también hablamos con gente que vivió en la época pero que no estuvo relacionada con el colectivo directamente, con gente que estuvo implicada en la lucha universitaria, por ejemplo, en la joven Guardia Roja. Hablamos con Luis María Tudor, autor de la novela El juego del mentiroso, que está ambientada en Barcelona en esos años, con Antoni Ruiz, que fue represaliado por la peligrosidad social en el 76 y a día de hoy es el presidente de la asociación de expresos sociales. Fue un intento de aglutinar muchos testimonios.

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¿No hay nada de experiencias propias o conocidas en los personajes?

"Tiramos de nuestras propias inquietudes o nuestros propios traumas"

Sí, hay también cosas familiares, mis padres en esa época tenían prácticamente la edad de Miguel… Nos fijamos muchísimo en nuestra familia, en nuestro entorno, nuestras madres, nuestros padres. Tiramos mucho de nosotros mismos. Por ejemplo, Carmen (Garrido, la coguionista) y yo éramos un poco Miguel y Maca, nosotros somos amigos desde los dos años. Tiramos de nuestras propias inquietudes o nuestros propios traumas. Yo también soy muy cantarín, fui muy fan de Operación Triunfo cuando era pequeño y, de repente, me enteré de que entonces existía Gente Joven. También yo, por ejemplo, dejé Arquitectura para irme a estudiar Cine y obviamente mis padres encantados de que lo hiciera, pero, pero también fue un choque.

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Desde aquellos años a hoy han mejorado mucho las cosas, pero no lo suficiente

Así acabamos la película. La intención inicial era que la película hablara hacia el presente. Empezamos a escribir cuando VOX llegó al Parlamento de Andalucía, el primer Parlamento en el que entró en España, también fue una época en la que había muchísimas agresiones al colectivo.

Ahí están el alcalde de Madrid, que no cuelga la bandera LGTBI en el Ayuntamiento, o Vox voceando toda su homofobia y su misoginia…

"Las intenciones que teníamos con la peli eran también hacer memoria, homenajeando a las personas que nos precedieron"

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Es terrible, es vergonzoso. Por eso, las intenciones que teníamos con la peli eran también hacer memoria, homenajeando a las personas que nos precedieron, pero con la idea de hacer memoria para no olvidar todo lo ocurrido, que los derechos que disfrutamos hoy son gracias a gente que salió a las calles. Y que no se nos olvide que esto es una utopía en otros países.

Entonces se implicó la Juventud Obrera Cristiana y la Iglesia, y ahora resulta que el Papa dice que ser homosexual no es delito, pero es pecado. ¿Qué siente ante ello?

A Carmen y a mí nos interesó mucho esa vinculación de la Iglesia. Por un lado, era un poco cómico, aunque el humor no era una manera de blanquear nada, sino todo lo contrario, es como decir que hay otra iglesia posible. Lo de hoy es muy desalentador. Entonces existieron curas comprometidos en la lucha antifranquista, que renunciaron a su sueldo y estuvieron en la fábrica, involucrados en lucha social… venía muy a pelo a nuestra película, sobre todo porque queríamos que la peli hablara de algo súper transversal. Mostrar la reunión que había de la lucha feminista, los movimientos sociales, el colectivo LGTBI… Esto hoy no pasa, ahora a la mínima que hay una diferencia en un matiz. Es un poco triste lo que le pasa siempre a la izquierda de este país de estar peleados. Queríamos decir que al final esta lucha es común, estamos hablando de lo mismo, entonces no perdamos la oportunidad de encontrarnos en nuestras similitudes y en las diferencias también.

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El director y guionista Alejandro Marín, en el rodaje. — Filmax

¿Hace falta un poco más de autocrítica?

Sí y en la película también era importante. Por ejemplo, cuando están recogiendo firmas, hay uno que dice "yo soy de izquierda", pero luego no quiere firmar la libertad sexual. Hay que hacer autocrítica, para que se vea que esto no va de izquierdas o derechas, que la homofobia, la transfobia también eran por parte de gente del Partido Comunista. Al final, reírse de uno mismo es súper importante.

¿Piensa que los derechos conquistados están en un frágil equilibrio?

"Ahora se está haciendo campaña de derogar los derechos conquistados"

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En este momento los derechos conseguidos parece que no los podemos dar por hecho. Ahora se está haciendo campaña de derogar los derechos conquistados. Y por ejemplo, lo que está sucediendo en Italia con las madres lesbianas. O sea, es una cosa que no es solo aquí, es una ola de ultraderecha que viene súper fuerte y que hemos normalizado. Y eso es lo que da realmente miedo, la manera en la que hemos normalizado que esta gente esté entre nosotros. Quizás la clave también está en hacer activismo en nuestro día a día. Tengo colegas que de repente hacen comentarios muy desafortunados y yo antes a lo mejor me callaba, pero ahora no. Basta ya, de verdad.

La apuesta por el humor y la música ¿es un arma frente al odio y la tensión que se vive hoy?

Yo creo que sí, pero también hay una cosa de gusto personal. Eso de los oradores, de subirse a un estrado y gritar mucho, a mí me genera mucho rechazo, aunque la persona que esté hablando me encante. Pero, claro, no hay que dejar el discurso y hay que seguir haciendo política y más desde la cultura, que al final es una herramienta súper indicada para transformar y para contarnos como sociedad, para hablar de nuestras inquietudes y compartir. Pensé que con la comedia lo que conseguiríamos era acercar a la gente, sobre todo en este momento en el que la política parece que no va con nosotros, como que es una cosa que sucede en los despachos, en el Parlamento… Y sin la gente de la calle no tiene sentido. Por eso el humor y a veces con ironía, sin para nada blanquear el drama que hay detrás. Eso ayuda a que la peli sea entretenida y que no sea un panfleto.

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Componer un reparto con artistas que no han trabajado antes en la interpretación ¿no era muy arriesgado?

"No hay nada que me genere más rechazo que actores forzando una pluma totalmente estereotipada"

A nivel ideológico, para mí era muy importante que no se interpretara lo queer. No hay nada que me genere más rechazo que actores forzando una pluma totalmente estereotipada, que es de lo que venimos desde hace mucho tiempo en el cine español, desgraciadamente. Era muy importante que lo queer no fuera actuado, sino que viniera como parte del ADN del casting. A La Dani la conocía porque es de Málaga y escribimos el personaje pensando en ella. Luego llegó Álex de la Croix, también conocí a través de La Dani a Alba Flores. Ella es una actriz, forma parte del colectivo, está muy comprometida con la causa… Otros sí son profesionales, aunque no súper conocidos. Realmente la menos experimentada era La Dani. Lola buzón era la primera cosa que hacía, pero estaba estudiando interpretación y ya estaba rodando La que se avecina.

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¿Cómo trabajasteis la elección de los temas musicales?

Desde el guion fuimos muy rigurosos, todas las canciones tenían que ser de la época y teníamos la idea de que al final, la última canción fuera una canción original para la película, para que se saliera del cine con un grito muy actual. Fue un regalo que Rigoberta Bandini aceptara a hacerla porque ahora mismo es una compositora de himnos en este país. También fue muy bonito el proceso con Nico Casal, que es el compositor de la música, porque hizo un trabajo muy guay de entrar en la música de la época.

La Dani, en una actuación en una de las secuencias. — Filmax

Parece que ha suavizado en lo posible la historia para que no fuera agresiva para el espectador…

Sí, nos encontramos con testimonios, como el del propio Antoni Ruiz, terroríficos. Él estuvo en la cárcel, le violaron… eran testimonios súper duros, pero sí, desde el inicio quisimos hacer una peli de héroe y no de víctimas. Esas personas fueron víctimas, pero no queríamos hablar desde la victimización. Eso no sería revisar las heridas, sino reabrirlas. Y eso nos generaba a veces desencuentros propios, porque en ningún momento queríamos blanquear la historia, pero… Si la película va a llegar a más gente haciendo esto, pues va a tener sentido

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Esta es una ópera prima, ¿usted quiere seguir por el camino del cine comprometido, social?

"Mi máxima es hacer cine útil y comprometido"

Mi máxima es hacer cine útil y comprometido. Además, esta película me ha llevado cuatro años, en el cine tienes que tener algo a lo que agarrarte, porque si no, te mueres. Me pasó en el proyecto final de carrera, hice un corto que era muy personal y me harté. Era todo mirarse al ombligo, eso ya no daba para más. Para mí el cine es una manera no solo de estar conectado con el trabajo, también hay algo ideológico y de aprendizaje. Yo he aprendido muchísimo haciendo esta película, de hecho, la empecé porque no conocía nada de lo que pasó, la hipocresía social, las terapias de electroshock…

¿La importancia de la recuperación de la memoria?

Claro, porque consiguieron que la gente se avergonzara mucho. Han conseguido meternos el miedo hasta el punto de que nos avergoncemos. Probablemente hay historias que no se contaban porque parecía que de lo que no se hablaba no existía. Pero eso ya ha cambiado y yo, todo lo contrario, hablo. Hay que visibilizar, sí.

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