Este artículo se publicó hace 13 años.
Álex se queda con los Goya
La Academia cierra filas en torno a su presidente y lo mantiene al frente de la institución hasta que se convoquen elecciones en un plazo máximo de tres meses. El cineasta, que admitió "no haber sabido callarse", tendr&aa
Los próximos Goya serán de Álex de la Iglesia. El director bilbaíno seguirá siendo presidente de la Academia de Cine hasta que se convoquen elecciones en un plazo de tres meses desde hoy, lo que significa que la XXV gala de los premios, que con tanto ahínco había preparado en el Teatro Real, se celebrará bajo su presidencia el próximo 13 de febrero. "La idea general es que dejo la presidencia, pero aguanto hasta la gala y un poco más porque necesitamos esperar a las elecciones", explicó.
La junta directiva de la institución decidió anoche, después de tres horas y media de reunión extraordinaria, cerrar filas en torno a De la Iglesia y aceptar su dimisión pero sin sustituirlo inmediatamente. Según fuentes que asistieron a la asamblea, la decisión tiene una lectura clara: "La Academia no se arruga frente a las presiones externas", en referencia a las llamadas (no admitidas por su autor) que habría realizado a algunos académicos el director general del ICAA, Carlos Cuadros, para que un cada vez más incómodo De la Iglesia dimitiera de inmediato, sin esperar a la gala de los Goya. La irritación de la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, por la oposición pública de De la Iglesia a la ley que regula las descargas de internet habría provocado los mencionados movimientos de presión.
Según fuentes de la directiva, las presiones no arrugan a la Academia
El director de El día de la bestia no admitió que hubiera habido tales llamadas por parte de quien fue director de la Academia hasta hace unos meses, pero fuentes de la junta admitieron que "cuando el río suena, agua lleva" y que no es descabellado pensar que Cuadros moviera ficha entre los que habían sido sus compañeros.
Álex de la Iglesia entonó el mea culpa a la salida de la asamblea: "Me voy porque no he sabido callarme a tiempo. Soy muy impulsivo y digo lo que pienso, y no he sabido ser neutral" como representante de los académicos. Y añadía: "Quiero que la gala tenga la fuerza y las ganas que le hemos puesto, que sea lo más simpática y glamourosa posible", manifestó rodeado de los miembros de la junta.
Unos Goya sin despedidaLa vicepresidenta Icíar Bollaín aseguró: "Si se va Álex, me voy detrás"
La reunión empezó a las 16.30, después de que Álex de la Iglesia, con gesto serio, entrara a la sede de la institución en la calle Zurbano de Madrid diciendo: "Antes que nada, soy director de cine". Desde las 18 horas de la tarde, los 34 miembros de la junta directiva de la institución habían tomado una decisión: que De la Iglesia se fuera pero sin dar una fecha fija, fundamentalmente para apaciguar los ánimos y descartar que la gala de los Goya se convirtiera en una despedida del presidente de la Academia más popular en años, además nominado a 15 premios por su Balada triste de trompeta. El pasado lunes, después del acuerdo entre PSOE, PP y CiU para sacar adelante la ley Sinde en el Senado, el director vasco, erigido por cuenta propia en mediador entre productores, internautas y políticos, expresó su malestar y sugirió la posibilidad de dejar de presidir la Academia un día después de la entrega de premios del cine español.
Sin embargo, en la reunión la cosa estuvo clara desde el momento en que Icíar Bollaín entró en la sala a las 17.50 con el "no" en la boca: "Si se va Álex, yo me voy detrás", dijo. La vicepresidenta primera no estaba dispuesta a ser "la colocada de nadie", en referencia a las declaraciones de González-Sinde, que la había mencionado como "la sucesora natural" de De la Iglesia el día anterior.
Sin embargo, era evidente la molestia en el seno de la Academia por el hecho de que las intenciones de dimitir de su presidente fuera anunciadas en los medios de comunicación y Twitter. "Le hemos tirado de las orejas", dijo Bollaín.
Álex de la Iglesia, según fuentes de Cultura, llamó anoche a la ministra para disculparse. Ella, a cambio, lo felicitó por su decisión de permanecer en el cargo hasta las próximas elecciones. De la Iglesia, públicamente, la invitó a que acuda a los Goya a disfrutar del espectáculo. La que fue presidenta de la misma institución cinematográfica deberá oír entonces el último discurso de De la Iglesia, que ha prometido no mencionar el folletín que ha puesto a la Academia en la primera línea de la política nacional. Veremos.
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