Este artículo se publicó hace 14 años.
La reunión de París protege a ocho tiburones
El cónclave no blinda al pez espada por la división de la UE
La batalla en torno al atún rojo ha eclipsado el debate sobre otras especies, que también estaba encima de la mesa en la reunión de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) que cerró ayer sus puertas en París. La organización ecologista Oceana, una de las más activas en la lucha por la conservación de las especies marinas, lamentó ayer el "fracaso total en la protección del atún rojo", pero aplaudió otros avances. "Hasta hoy, sólo había una especie de tiburón protegida por ICCAT. Hoy nos alegramos de que sean ocho. Los tiburones empiezan por fin a atraer la atención y protección que merecen", señaló ayer la responsable de pesquerías de esta organización, Elizabeth Griffin Wilson.
Los 48 países reunidos en la capital francesa acordaron la prohibición de pescar tiburones martillo, una propuesta de la UE impulsada por España, que fue el primer país europeo que tomó esta decisión por su cuenta, el 1 de enero de este año. Los miembros de ICCAT también aprobaron una prohibición total de vender jaquetones oceánicos pescados en el Atlántico. Esta especie de tiburón, que cae en palangres y redes tanto como captura accidental como presa buscada, es muy apreciada para elaborar la sopa de aleta, popular en algunos países asiáticos, como Japón.
Según Oceana, los jaquetones oceánicos "han experimentado un declive de más del 99% en el golfo de México y los martillo, de más del 99% en el Mediterráneo". El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino expresó ayer su "satisfacción" por estas medidas. La patronal Cepesca sacó pecho y aseguró que "el sector pesquero español ha sido pionero y ha tratado de extender estas medidas al conjunto de la pesca internacional".
"Las poblaciones de pez espada han disminuido sustancialmente en el Mediterráneo"
Tanto los pescadores como los ecologistas españoles han lamentado el fracaso a la hora de proteger a otra de las especies marinas emblemáticas, el pez espada.
"Las poblaciones de pez espada han disminuido sustancialmente en el Mediterráneo en los últimos 20 años y hoy en día se continúa capturando numerosos ejemplares antes de que hayan podido reproducirse ni siquiera una vez. Pese a que la situación es inaceptable, la pesquería sigue prácticamente sin gestionar y sin controlar", denunció Oceana.
Menos anzuelosLa flota palangrera española, que utiliza cordeles kilométricos con cientos de anzuelos colgados para capturar atunes y peces espada, también lamentó que la Comisión Europea se lavara las manos y no presentara un plan de gestión para la explotación de esta especie en el Mediterráneo. El ministerio aseguró anoche que, "pese al empeño de España, no ha sido posible acordar [esta propuesta] en el seno de la Unión Europea para presentarla en ICCAT".
El plan de gestión incluiría una disminución del número de barcos, una reducción del número de anzuelos y de su tamaño, vedas temporales y la prohibición de pescar peces espada por debajo de una talla mínima establecida por los miembros de ICCAT.
Las tortugas, más a salvo de los anzuelosLa cumbre pesquera de París también ha servido para aumentar la protección de las tortugas marinas. En el Atlántico, los barcos tendrán que declarar el número de tortugas que capturan y llevar utensilios para liberar ejemplares atrapados en las redes o extraer los anzuelos de sus cuerpos. En los anzuelos de los palangreros españoles mueren de manera accidental unas 2.000 tortugas cada año, algunas de especies amenazadas, según un estudio publicado por la Universitat de Barcelona.
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