Este artículo se publicó hace 13 años.
Un nuevo incendio en el reactor 4 agrava la situación crítica en la central
Las llamas desatadas en Fukushima avivan el peligro de desastre nuclear en una planta en descomposición
Sin apenas energía eléctrica y con un reducido grupo de operarios exhaustos enfrascados en evitar el desastre, la batalla de Fukushima por evitar una tragedia nuclear en Japón adquiere categoría de pesadilla por entregas. El domingo era el reactor 1 el que concentraba los temores. El lunes, la evolución del reactor 3 obligaba a fijar los esfuerzos en su núcleo. Ayer, en cambio, era el reactor 4 el que absorbía todos los esfuerzos de los técnicos tras sufrir un segundo incendio en la zona de la piscina de combustible gastado. La escasez de recursos para abordar las distintas urgencias convierten Fukushima en una planta en emergencia sistémica.
La explosión que tuvo lugar en la unidad 2 a primera hora de la mañana del martes en Fukushima ha resultado ser mucho más grave que las que sufrieron los reactores 1 y 3, ya que afectó a la integridad del núcleo. El origen de la detonación fue el mismo, la liberación de hidrógeno altamente inflamable, pero sus consecuencias fueron mucho más allá. La inestabilidad del reactor 2 provocó una explosión en su cámara de relajación de presión, una estructura con forma de donut que se ubica por debajo del núcleo, dentro de la barrera de seguridad más esencial (ver gráfico).
La explosión de la unidad 2 ha dañado el núcleo, según la OIEA
Tras un fuerte ruido, se detectó un repentino descenso de la presión dentro de la cámara del reactor, lo que evidencia un deterioro que liberó de golpe una gran cantidad de vapor. "Esta explosión debe de haber dañado la integridad de la contención", explica el experto en fisión nuclear del Ciemat Enrique González. "Esta situación reduce la capacidad de garantizar el control de la emisión de materiales radiactivos por parte de los técnicos de Fukushima", asegura el experto. Las explosiones de los reactores 1 y 3 habían dañado la techumbre, pero no elementos esenciales del reactor.
Poco después, y mientras los técnicos de la empresa Tepco se concentraban en solventar los problemas crecientes de la unidad 2, se registró un incendio en el reactor 4, que llevaba en parada de mantenimiento desde el 30 de noviembre de 2010. El fuego se desató junto a la piscina en la que se mantiene refrigerado el combustible gastado hasta que se evacua de la central, una operación que se lleva a cabo cada varios meses. Ese material atómico se recalentó dentro la piscina por un problema en su refrigeración, lo que provocó emisión de hidrógeno y una explosión que acabó en incendio.
Un boquete de ocho metrosLas unidades 5 y 6 también han presentado problemas
La agencia de seguridad nuclear japonesa señaló que este accidente provocó un boquete en la pared exterior del edificio de unos ocho metros. Poco después, las mediciones de radiactividad entre los reactores 3 y 4 se dispararon, seguramente por la emisión de gases contaminados desde la unidad incendiada. "Como consecuencia de los dos incidentes, la radiación se disparó en el interior de la central", señala González, quien apunta que después comenzaron a caer esos niveles, según datos oficiales. Más tarde, se produjo otro incendio en el reactor 4 que los operarios trataban de controlar al cierre de esta edición.
Los reactores 1 y 3, después de tres días recibiendo inyecciones de agua de mar y ácido bórico para frenar la reacción nuclear, parecían estabilizados. Sin embargo, las unidades 5 y 6, en parada técnica como el 4, comenzaban a presentar problemas de sobrecalentamiento. Las autoridades ordenaron retirar las losas del tejado.
"Se trata de evitar que suceda lo mismo que en el 1 y el 3. Quitan la tapa de la olla a presión para que no haya explosiones que puedan afectar a la integridad del reactor", apunta Francisco Castejón, físico nuclear y portavoz de Ecologistas en Acción.
Es la primera crisis atómica que afecta a varios reactores al mismo tiempo
Tras los incidentes, el primer ministro de Japón, Naoto Kan, hizo una declaración pública en la que señaló que no se debían seguir analizando los problemas de cada reactor como males autónomos, sino que había que asumir que los problemas de Fukushima son un todo. Por ejemplo, el lunes tuvo que interrumpirse la inyección de agua de mar a los reactores 1 y 3 porque se agotó la piscina que nutría la operación.
La necesidad de compartir sistemas de seguridad y recursos energéticos para la refrigeración de los distintos reactores, entre otras cosas están empujando a la planta hacia el desastre. De hecho, la crisis de Fukushima pasará a la historia como la primera emergencia atómica que afectó a varios reactores al mismo tiempo.
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