Este artículo se publicó hace 4 años.
ConservaciónLa muerte de cientos de elefantes en Botsuana podría deberse a una neurotoxina
Aunque las autoridades han verificado 281 muertes, ONG y expertos aseguran que la cifra podría acercarse a los 350 paquidermos fallecidos en las mismas condiciones: con los colmillos intactos y cerca de depósitos de agua.
Madrid-Actualizado a
El Gobierno de Botsuana y expertos internacionales han comenzado a valorar la posibilidad de que una neurotoxina sea la responsable de la muerte de unos 300 elefantes en las últimas semanas, tras descartar otras posibilidades como la caza furtiva o la falta de agua.
El Gobierno cada vez se adscribe más a la teoría del patógeno a la espera de anunciar públicamente la semana que viene los resultados de los análisis efectuados a los cadáveres, según el secretario en funciones del Ministerio de Medio Ambiente, Oduetse Koboto.
Según una investigación realizada esta semana por el diario The Guardian, un 70% de los paquidermos fallecidos en el delta del Okavango (en el norte del país) han sido encontrados sin vida cerca de lugares considerados como depósitos de agua, con los colmillos intactos -indicio de que no pueden ser víctimas de buscadores de marfil-. Además, los elefantes describen un extraño patrón circular antes de caer desplomados.
El Gobierno también tiene que confirmar la cifra exacta de elefantes fallecidos. De momento, sus autoridades han verificado que 281 paquidermos han muerto en estas extrañas circunstancias, aunque ONG y expertos creen que la cifra total es de 350.
Los resultados iniciales, ha explicado en rueda de prensa recogida por Bloomberg, han descartado todas las enfermedades habituales que causan la muerte en masa de los elefantes, por lo que el país podría estar enfrentándose a una "enfermedad nueva".
El director de operaciones de rescate de la ONG National Park Rescue, Mark Hiley, también ha descartado la posibilidad de que los elefantes hayan muerto de coronavirus. La enfermedad, hasta ahora, aún no ha impactado a las personas que viven en el área y hay muy pocas pruebas de que los elefantes puedan enfermar por el virus.
El envenenamiento con cianuro también ha sido descartado como causa de las muertes
Otra opción que se ha descartado es la del envenenamiento -el cianuro es una de las herramientas más empleadas por los cazadores ilegales- porque los carroñeros no están muriendo tras devorar los cadáveres de los elefantes.
Queda solo por eliminar la posibilidad de que hayan muerto de sed tras no encontrar agua en las reservas habituales, pero esta opción se mantiene en pie sin demasiado sustento. "Más que nada, porque no conozco que haya ocurrido semejante ola de muertes que haya tenido que ver con la falta de agua", ha indicado el director de conservación de la ONG, Niall McCann. Además, la mayoría de cadáveres se encontraban cerca de fuentes naturales, lo cual también descartaría la falta de agua como causa de las muertes.
Crítica al Gobierno de Bostuana
McCann aprovechó para criticar la falta de información proporcionada por las autoridades del país africano, así como la lentitud de sus análisis. "Esos elefantes son activos del país. Son diamantes que deambulan por el delta de Okavango y es un desastre en lo que se refiere a protección animal: es un país que no protege su recurso más valioso".
En el delta viven alrededor de 15.000 elefantes el 10 por ciento del total de paquidermos identificados en el país, donde el ecoturismo contribuye entre el 10 y el 12% de su PIB, solo superado por los diamantes.
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