Este artículo se publicó hace 15 años.
Los líderes intentan justificar Copenhague
China e India, primero y tercer emisor de CO2 del mundo están satisfechos
La resaca de la Cumbre de Copenhague continúa y los protagonistas intentan salvar su actuación de los últimos días. La canciller alemana Angela Merkel afirmó que los resultados del encuentro en la capital danesa son "un primer paso hacia un nuevo orden mundial del clima". "Quien menosprecie Copenhague se hace cómplice de los que frenan en lugar de avanzar", sostuvo en una entrevista publicada ayer en el dominical alemán Bild am Sonntag.
Desde el punto de vista de Merkel, prácticamente todos los representantes de las organizaciones ecologistas que asistieron a Copenhague para presionar a los líderes políticos son cómplices de retrasar un acuerdo para salvar el clima. WWF, Oxfam o Greenpeace han dejado clara su postura respecto al acuerdo. Esta última organización, insistía ayer en la inoperancia de los líderes en Copenhague a la vez que reclamaba la liberación de sus activistas detenidos entre los que se encuentra el director de Greenpeace España, Juan López de Uralde por colarse en la cena de gala de los jefes de Estado y de Gobierno para pedirles más acción y menos palabras.
"Quien menosprecie Copenhague se hace cómplice de los que frenan en lugar de avanzar"
Izquierda Unida lamentó el "tremendo fracaso sin paliativos" de la Cumbre de Copenhague y criticó a España y la UE por haber "cedido" y haberse adherido al manifiesto final de la cumbre, que no es vinculante y que no supone avances en la reducción de emisiones contaminantes. CCOO y UGT también se unieron al grupo de los "cómplices de los que frenan", en palabras de Merkel. Para ellos la cumbre ha resultado "fallida" por la "falta de ambición en los objetivos" y por no haber alcanzado un acuerdo "legalmente vinculante". Además, los sindicatos pidieron "liderazgo e iniciativa" a la presidencia española de la UE para combatir el cambio climático.
Asiáticos felicesEntre los que sí estaban contentos con lo acordado en Dinamarca se encuentran China e India, el primero y el tercer mayor emisor de gases con efecto invernadero (tomando en cuenta la deforestación en el caso indonesio). "La conferencia de Copenhague no es un punto de llegada sino un nuevo comienzo", dijo el ministro de Exteriores chino Yang Jiechi. Para continuar con las declaraciones grandilocuentes que han aderezado durante toda la Cumbre la falta de compromisos concretos, el presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, afirmó que está satisfecho ya que su país ha tomado una postura incondicional para salvar la Tierra y a los niños de su país.
A falta de progreso presente, queda el consuelo de la esperanza en el futuro. Algunos creen que el paso del testigo a México podría ayudar a relanzar las negociaciones ya que este país se encuentra a medio camino entre los ricos y los pobres.
En Copenhague, la presidencia danesa ha sido acusada por Venezuela y Sudán de parcialidad en favor de los países más industrializados. México "podrá cumplir mejor la muy difícil tarea de volver a acercar los puntos de vista", dijo Kim Carstensen, director del área climática de WWF. La esperanza en que la siguiente cumbre del clima servirá para comenzar a tomar, por fin, decisiones concretas sobre la manera de frenar el calentamiento global se ha visto frustrada en anteriores ocasiones. En noviembre del año que viene, en México, se verá si los líderes por fin actúan o siguen hablando.
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