Este artículo se publicó hace 15 años.
La crisis, ideal para dejar de fumar
Varios expertos abogan por subir los impuestos de los cigarrillos aprovechando la tendencia a la baja de la inflación
La crisis no ha impedido presidente de Estados Unidos, Barack Obama, triplicar este mes la tasa federal sobre el tabaco. Tras la subida, los estadounidenses, que pagaban ya casi cuatro euros de media por cajetilla, tendrán que desembolsar un 13% más. En el caso de España, uno de los países de Europa con el tabaco más barato pese a que el 77,5% de su precio corresponde a impuestos, la crisis no sólo no es un impedimento para aumentar el precio del tabaco por la vía impositiva, sino que dibuja un panorama inmejorable para adoptar esta medida gracias a la evolución negativa de las tasas de inflación, según la opinión de varios expertos consultados por este periódico.
Esto se debe a que uno de los argumentos de política económica contra la subida del precio del tabaco, el de su impacto en el incremento del IPC y, por tanto, en el coste de partidas como los sueldos de los funcionarios o las pensiones, pierde gran parte de su sentido con la inflación en tasas de crecimiento negativas. "Ahora hay margen para subir el precio del tabaco", señala Fernando Antoñanzas, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de La Rioja y autor de varios estudios sobre el tabaco.
Más allá de cuestiones de salud pública, la persistencia de precios tan bajos en España se explica, entre otros factores, por la "política turística" del país, agrega. El 36% de las ventas de tabaco en España corresponden a extranjeros, según datos del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT). "Los gobiernos tienen muy presente el turismo, y también el riesgo de que al subir los precios aumente el contrabando", añade Antoñanzas.
Una cuestión de doble moral
Jaime Pinilla, profesor de Métodos Cuantitativos en Economía y Gestión de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y autor también de varios trabajos sobre el tema, cree que este es el momento más adecuado para subir el precio del tabaco. Pinilla lamenta que en el discurso de los gobiernos prime la "doble moral", ya que por un lado hablan de reducir el tabaquismo y por otro reciben cuantiosos ingresos por su venta.
Pero, ¿subir el precio del tabaco reduce su consumo? Pinilla estima que en España "el precio de la marca más barata no es tan desincentivador como para dejar el tabaco" y que, además, las tabaqueras suelen reaccionar a las subidas impositivas con rebajas de precios. Otro obstáculo, según ambos expertos, es que cuando sube el precio del tabaco, el consumo no se reduce en la misma proporción, sino en menor medida, porque es un producto adictivo. Así, un aumento del precio del 10% supondría sólo una rebaja del consumo de en torno al 5%, según el coordinador del área de tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología (SEPAR), Juan Antonio Riesco.
Sin embargo, como apunta el portavoz del CNPT, Rodrigo Córdoba, un aumento impositivo no sólo sería una medida de salud pública, sino que implicaría recaudar más fondos para reducir el tabaquismo. "Ahora ya no hay ningún argumento para oponerse", añade Córdoba, que apuesta por un aumento de impuestos "fuerte", de al menos el 10%, para conseguir una subida de precios de 7%.
Riesco también defiende el aumento de precios. Para él, esta medida tendría efecto disuasorio, evitando que muchos jóvenes empezaran a fumar y que muchos más fumadores intentaran dejarlo. Además, se podrían ahorrar 16.000 millones al año en costes sanitarios y laborales asociados al tabaco, y que debería invertirse en la sanidad. "Hay que aprovechar el momento", concluye.
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