Cedro pide a Google Books 60 dólares por obra digitalizada
El Centro Español de Derechos Reprográficos calcula que la lista de obras digitalizadas sin permiso en España alcance los siete millones
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El Centro Español de Derechos Reprográficos (Cedro) quiere cortarle el grifo a Google Books. Según han comentado fuentes de esta institución a Público, acaba de comenzar a gestionar el proceso de indemnización al que, según el Acuerdo Google dictaminado el pasado mes de octubre por un tribunal de Nueva York, tienen derecho los autores cuyos libros hayan sido escaneados por la empresa de Internet sin autorización.
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Desde Cedro han insistido que, aunque la lista de libros españoles digitalizada sin permiso "todavía no ha salido a la luz (lo hará el 5 de mayo), se estima que alcance los siete millones". Los autores o herederos, que percibirán 60 dólares por obra escaneada aún no se sabe la fecha de pago, pueden presentar sus reclamaciones hasta el 5 de enero de 2010. Por supuesto, no entran en este acuerdo las obras que ya sean de dominio público (cuando hayan transcurrido más de 70 años desde la muerte del autor).
El acuerdo, que todavía deberá ser ratificado el 11 de junio de este año por el Tribunal de Nueva York, no ha sido sencillo. Tal y como han explicado desde Cedro, el litigio ha durado tres años, ya que, "aunque Google comenzó a escanear los libros de las bibliotecas públicas en 2004, no fue hasta finales de 2005 cuando una serie de autores y editores norteamericanos interpusieron una demanda a la empresa porque consideraron agraviados sus derechos".
Aún así, la partida parece haber quedado en tablas. El acuerdo señala que los autores podrán exigir a la empresa la retirada del libro de Google Books hasta abril de 2011, pero Google tiene derecho a quedarse con la copia que haya realizado. Por otro lado, en las indemnizaciones no se han incluido los materiales gráficos de los libros.
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Todo esto ha hecho que el acuerdo despierte críticas. Una ha sido la de Robert Darnton, quien se preguntaba hace unos días en The New York Review of Books si no se habrá cerrado en falso el debate al dejar la digitalización en manos de una empresa privada y permitirle a los editores y autores que no se responsabilicen de la conservación y acceso a sus obras.