Los conejos abundan en los márgenes de las carreteras por una sencilla razón: estas infraestructuras humanas se convierten en sus refugios gracias a la presencia de hierbas y a la anchura de los arcenes. Pero si los animales invaden los carriles corren el riesgo de acabar atropellados, y no solo ellos, también los mamíferos carnívoros atraídos por ellos o sus carroñas.
Un nuevo estudio, publicado en el Journal of Wildlife Management, ha permitido analizar cómo influye la abundancia de conejos en la presencia de zorros o tejones en los bordes de las carreteras. La investigación recoge la cadena de efectos que se producen cuando los conejos abundan en ciertos puntos de las autopistas y son arrollados por los vehículos que circulan.
Los zorros eran más abundantes en el entorno de la carretera que en zonas distantes de ella
“Los conejos no son significativamente más abundantes junto a la carretera que a más de 4 kilómetros de ella, pero los carnívoros sí”, señala a Sinc Juan Malo, investigador en la Universidad Autónoma de Madrid, que ha realizado la investigación junto a la Universidad de Cambridge (Reino Unido).
El trabajo destaca el caso de los zorros, más presentes cerca de la carretera que lejos de ella, sin que la abundancia de presas en los bordes de las vías influyera en su elección. “Los zorros, de carácter antropófilo (tolerante con el ser humano), eran más abundantes en el entorno de la carretera que en zonas distantes de ella, pero no aparecían asociados a aquellos puntos en que había más conejos en los márgenes”, añade Malo.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo de investigación estimó durante dos años el número de conejos y depredadores terrestres en el entorno de diferentes tramos de tres autopistas de las provincias de Ávila y Segovia (AP-61, AP-51, y AP-6), y recopiló los datos de atropellos de carnívoros en estas mismas carreteras durante cinco años. Los resultados varían entre depredadores.
Las diferencias entre carnívoros
El comportamiento de los zorros se debe a su capacidad de aprovechar la basura o las carroñas de aves y otros mamíferos, sin diferenciar zonas con más o menos conejos.
"La carretera funciona como una atracción peligrosa: se aproximan a ella en busca de recursos, pero asumen el riesgo de morir atropellados", dice el autor
“La carretera funciona como una atracción peligrosa: los individuos se aproximan a ella en busca de recursos, pero asumen el riesgo de morir atropellados”, declara el investigador. Sin embargo, los demás carnívoros, sobre todo garduñas y tejones, solo son ligeramente más abundantes junto a las autopistas que lejos de ellas, y su abundancia local se correlaciona con la del conejo.
En el caso de carnívoros que son menos tolerantes con el humano, con mayores problemas de conservación, como ocurre con los lobos ibéricos, los turones o los gatos salvajes, “no ocurre una atracción genérica a la carretera, pero sí aparece un riesgo específico: mayor número de atropellos donde hay mayor abundancia de presas”, subraya el experto.
Además, “en todos los casos, el número de atropellos de carnívoros en un punto de la autopista aumenta cuanto más abundantes son en su entorno”, recalca el científico. Los investigadores detectaron un total de 86 carnívoros atropellados en el tramo de 6 km analizado en cada una de las tres autovías.
Este estudio se enmarca en un proyecto del Grupo de Investigación en Ecología y Gestión de Ecosistemas Terrestres de la UAM (TEG-UAM), orientado al diseño de las autopistas del futuro y realizado en colaboración y con financiación de empresas concesionarias de autopistas y el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI).
Las conclusiones apoyan la necesidad de gestionar los hábitats de los márgenes de las carreteras para evitar la proliferación de presas como conejos o ratones que atraigan a los depredadores. “El trabajo también refuerza el interés de mantener los arcenes limpios de basuras o carroñas que atraigan a los carnívoros oportunistas”, concluye Malo.
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