Este artículo se publicó hace 15 años.
El abuelo de la astronomía se salva de las llamas
El observatorio George Ellery Hale recupera su popularidad tras sobrevivir al incendio de Los Ángeles
El observatorio George Ellery Hale vivirá para celebrar su 106 cumpleaños. El legendario enclave en el que el premio Nobel Albert Michelson determinó la velocidad de la luz o en el que el astrónomo Edwin Hubble probó que el universo se expandía no será finalmente pasto de las llamas. Más de 150 hombres y varias decenas de bulldozer y helicópteros llevan 48 horas atrincherados en la cima del Monte Wilson de Los Ángeles para defender uno de los edificios más antiguos de la ciudad de la voracidad de un fuego que ya ha consumido 56.000 hectáreas. Según el último informe emitido por el Departamento de Bomberos, el esfuerzo no ha sido en vano. Al cierre de esta edición, el incendio había sido contenido en un 25% y se aleja del observatorio. Un cambio en la dirección del viento y los más de tres millones de litros de agua y líquido retardante vertidos hasta el momento han obrado un milagro que hace sólo unos días parecía imposible.
Como relata en su blog Hal McAllister, director del observatorio y profesor de la Universidad de Georgia, "las perspectivas son esperanzadoras". Desde el pasado sábado, McAllister publica en su página personal cada pequeño detalle que le comunican los servicios de extinción de incendios para tratar de tranquilizar a los miles de simpatizantes del observatorio, testigo de los mayores descubrimientos astronómicos de principios del siglo XX. Su salvación supone un enorme alivio para la comunidad científica, no sólo por la supervivencia de la considerada por muchos como la meca de la astronomía, sino por la de los importantes experimentos que varios centros de investigación y universidades estaban realizando allí.
Fundado en 1904, en él trabajaron Hubble, Hale y Michelson
Epicentro del universoConsiderado como una ventana a otros mundos, el observatorio del Monte Wilson fue construido en 1904 por encargo del visionario astrónomo George Ellery Hale. Durante más de 40 años fue el epicentro del universo, al menos científico, a lo que contribuyó su legendario telescopio Hooker, de 2,5 metros de diámetro, la herramienta con la que Edwin Hubble hizo sus grandes descubrimientos y que, junto con la teoría de la relatividad de Einstein, llevaron a la formulación del Big Bang.
Para Wendy Freedman, directora de los Carnegie Observatories en Pasadena, entidad de la que el observatorio del Monte Wilson dependió durante dos décadas, el Hooker "se encuentra entre los instrumentos científicos más revolucionarios de todos los tiempos".
Es el escenario de varias películas, como Rebelde sin causa
El reinado del observatorio George Ellery Hale terminó hace justo 50 años, en 1949, cuando se terminó el grandioso telescopio de cinco metros del observatorio de Palomar, cerca de San Diego EE UU), a pesar de lo que continúa siendo uno de los 10 centros astronómicos más activos del país. Además de un templo para los amantes de la astronomía, el observatorio George Ellery Hale se ha sabido adaptar a su nuevo papel y, como no podía ser de otra forma en la tierra de Hollywood, de manera paralela a su actividad científica, ha servido de decorado para decenas de películas desde los años 40, como Rebelde sin causa, a la más reciente, El truco final, de Christopher Nolan.
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