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2025: Occidente no controlará internet

Los nativos digitales de los países emergentes dominarán la red. Según un estudio, habrá una reacción antitecnológica

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Aquellos que asistieron ayer a la sede de la Fundación Telefónica en Madrid pudieron observar cómo será internet en 2025. Un informe, apoyado en cinco tendencias actuales, dibuja cómo será la red del futuro. Sólo faltan 15 años, pero, como muestra el pasado reciente, en la era de la tecnología pasarán siglos. Hace tres lustros, por ejemplo, nacía Netscape, el primer navegador para una red que hoy usan 2.000 millones de personas. O, en 2005, acababa de ver la luz Facebook, donde hoy hacen su vida social 600 millones de internautas. Es tal la incertidumbre sobre el futuro tecnológico que los autores de La evolución de internet han dibujado cuatro escenarios.

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El informe, obra de Cisco Systems , la principal empresa de infraestructuras de red, y la consultora estadounidense GBN , especializada en el diseño de escenarios futuros, echa un vistazo a la internet de 2025 y su impacto en la vida. Presentado en inglés en agosto pasado, ayer se dio a conocer en español. Para jugar a adivinar el futuro, los autores han contado con informes algunos confidenciales y entrevistas a expertos como Chris Anderson, director de la revista Wired; Esther Dyson, ex presidenta de la ICANN el Gobierno de internet, y Steve Weber, director del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Berkeley.

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En el informe opinan el director de Wired' y la ex presidenta de la ICANN

Con las respuestas de los expertos, el estudio establece cinco premisas que empiezan a vislumbrarse ahora pero que configurarán el futuro. "Se puede contar con ellas, al menos relativamente", dice el director de economía y estrategia para mercados emergentes en Cisco Systems, Enrique J. Rueda, coautor del informe. Optaron por escenarios y no por el modelo de realizar predicciones "para evitar pensar en probabilidades, porque habríamos acabado por no ver las partes del futuro que no queremos ver", añade.

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La primera premisa parte del hecho de que las sociedades occidentales ya tienen hoy altos niveles de conexión a internet, por lo que serán los países emergentes los responsables del crecimiento del mercado. Este heterogéneo grupo incluye desde China hasta América Latina, pasando por los países del Este europeo. La segunda cuenta con que la gobernanza de internet seguirá como ahora, relajada ante la ausencia de un gobierno de internet. La tercera es, para Rueda, la que tendrá mayor impacto pero es, al mismo tiempo, la mayor incógnita: en 2025, los nacidos en la era digital serán ya adultos. Por su parte, la cuarta sostiene que, en el futuro, el teclado qwerty habrá dejado de ser el interfaz dominante en la relación entre humanos y máquinas. La última premisa tiene que ver con el dinero. Frente a la actual tarifa plana, dentro de 15 años las formas de pagar serán muy variadas.

Con estas premisas, dependiendo de cómo se expanda la red, del avance tecnológico y de la relación del usuario con la tecnología, el informe dibuja cuatro mundos posibles para 2025.

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La conectividad se ha universalizado, creando millones de empleos.

Parte de la base de que no habrá un gobierno mundial de internet

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El primer escenario, que el informe llama "Palpitante", rebosa optimismo tecnológico. Partiendo de las premisas establecidas, la conexión a internet se ha expandido por todo el globo. De los 2.000 millones de internautas que había a finales de 2010, se ha pasado a 5.500 millones. De forma pareja, el tráfico de datos ha crecido exponencialmente pero, frente a los viejos miedos que tenían las operadoras sobre la congestión de las redes, tecnologías como el cloud computing han permitido llevar toda la información a la red.

Los llamados nativos digitales (con menos de 35 años en 2025), que ya se habían dejado notar en el fenómeno de las redes sociales, han irrumpido en las empresas al llegar a adultos. Su nueva visión sobre internet está provocando "una nueva ola de productividad y creatividad", dice el informe. Para el director de economía y estrategia para mercados emergentes en Cisco Systems, Enrique J. Rueda, "los nativos digitales influirán en los mercados, en la cultura, en los gobiernos; hay quienes sostienen que serán una gran fuerza democrática".

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Aunque EEUU, Japón y Europa siguen siendo relevantes, el peso demográfico de los países emergentes ha trasladado buena parte de la innovación a ciudades del sur como Bogotá, El Cairo o Zhanjiang (China).El idilio entre la tecnología y el hombre es tal que, sostiene el informe, la conectividad en todo momento y lugar está provocando un giro a la tendencia a la urbanización iniciada hace 600 años, en la Baja Edad Media. En 2025, muchos habrán regresado al campo, desde el que podrán trabajar en la sociedad del conocimiento, abandonando las megaciudades del pasado.

La inseguridad ha generado islas de conexión para los que pueden pagar.

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En este escenario, aunque la expansión de la red ha seguido a buen ritmo, sus resultados no están siendo lo optimistas que se creía en 2010. Internet se ha convertido en una especie de Ciudad Juárez, donde la violencia en forma de virus, ataques y espionaje tecnológico ha provocado la aparición de zonas seguras, pero sólo al alcance de los que puedan pagarse la conexión a estas ciberurbanizaciones de la clase media.

El informe lo relata como un despertar de la edad de la inocencia

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El informe lo relata como un despertar de la edad de la inocencia. Hay dos opciones: pagar para entrar a comunidades cerradas en redes privadas o, para los que no puedan pagarlo, exponerse a los peligros de internet. Incluso podría darse una retirada de los consumidores más desconfiados, provocando la congelación de muchos proyectos tecnológicos por falta de inversión. Como pasaba en la vida fuera de la red en el pasado, se impone la desconfianza. Sólo se visitan los sitios con imagen de seguridad, como los de las marcas e instituciones reconocidas.

El fatalismo de 2025 recuerda al de la guerra contra las drogas de décadas atrás. "La lucha contra los delitos y el terrorismo en la red se ha convertido en un esfuerzo continuo, costoso y con resultados poco gratificantes", sostiene el informe.

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Pero el escenario no es tan sombrío como pueda parecer. El miedo, tradicional enemigo del dinero, hace que internet vuelva a sus orígenes. El fracaso del comercio electrónico da paso a "un entorno para actividades comunitarias, culturales y artísticas, así como de activismo político", dice el informe. Viejas tecnologías como la televisión y hasta los medios escritos viven un renacer.  

La realidad económica se impone a las posibilidades que ofrecía la tecnología.

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Contra toda la teoría sobre el carácter cíclico de las crisis económicas del capitalismo, la desatada en el verano de 2008 persiste. Incluso hubo una nueva ola a mediados de la década de 2010. La tecnología, lejos de ser la salvadora, es víctima de la economía.

La crisis también tendrá consecuencias en la seguridad y la calidad de la red

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Las cifras del lado tecnológico no son malas. De los 2.000 millones de internautas, se ha pasado a 4.000. Los gobiernos, convencidos en 2010 del efecto multiplicador que tendría la banda ancha sobre el crecimiento económico, regulan para favorecer la inversión en nuevas redes. Pero el resultado es que, con el marasmo económico, los internautas apenas consumen más allá de los servicios básicos. Se produce una situación de sobrecapacidad de las redes, con el coste que genera.

La competencia por sus cuotas mensuales hace que las operadoras bajen aún más sus márgenes. La publicidad sigue sufragando los servicios de internet y hasta llega a aparecer un mercado de segunda mano de aparatos y dispositivos tecnológicos. Paralelamente, los programas de código abierto viven un auge, pero esta vez es por razones económicas y no filosóficas.

La crisis también tendrá consecuencias en la seguridad y la calidad de la red. Por un lado, el ciberterrorismo por razones económicas aumentará. El proteccionismo de determinados países evitará una persecución eficaz de estos delitos. Por el otro, la conexión será deficiente por la falta de nuevas inversiones y el control que ejercen los gobiernos sobre los contenidos que proceden de fuera. El proteccionismo provocará que el subdesarrollo se repita en la esfera digital. Incluso dentro de las propias fronteras habrá grandes diferencias entre clases. 

Los usuarios y los contenidos crecen tanto que saturan internet.

Como en el primer escenario, aquí se dibuja una situación con más de 5.000 millones de internautas creando y consumiendo contenido sin parar. El derecho a internet se convirtió en universal hace años. La acción conjunta de ambos fenómenos provoca la paradoja de que el ejercicio efectivo de aquel derecho se ve dañado, en especial en las capas de la sociedad con menos ingresos.

Los usuarios y los contenidos crecen tanto que saturan internet

El informe parte de la siguiente idea: "Si internet era la piedra angular para el desarrollo económico nacional y para la prestación de un gran número de servicios como la educación o la sanidad, el acceso sin restricciones aceleraría el proceso". Consecuentes con esta lógica, los gobiernos establecieron normas para extender el acceso e impedir la discriminación.

Este desbordamiento de la tecnología provoca la ruptura del espíritu unitario que hizo crecer internet. En el nivel micro, hay una explosión de modalidades de pago de la conexión. En el macro, varios de los países postemergentes buscan la independencia tecnológica de EEUU.

El informe dibuja un escenario en el que, ante la insuficiencia de las redes existentes, varios gobiernos no occidentales están investigando en secreto alternativas al ya desgastado protocolo de internet. "Hay mucha especulación sobre el progreso y la dirección que están tomando estas investigaciones, y corren rumores de que está a punto de lanzarse un nuevo protocolo", imaginan los autores de la investigación. Y señalan a China o Rusia como posibles creadores.

5.500 millones de usuarios
Aunque el informe es más sociológico que cuantitativo, sí da algunas cifras. Una de ellas es la del número de internautas. En el caso más optimista serán 5.500 millones y, en el peor, unos 3.500 millones.

3 billones de dólares
Los autores estiman que internet (incluyendo desde su infraestructura a las aplicaciones) genera hoy tres billones de dólares, unos 2,18 billones de euros.

100 veces más tráfico
Para 2020, y sólo en EEUU, el tráfico en internet se habrá multiplicado por 100.

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