Hay personas a las que planchar les relaja, pero muchas otras sienten auténtica pereza con solo pensar que tienen que hacerlo. Eso por no hablar de la cantidad de tiempo que esta tarea doméstica requiere si has juntado mucha ropa o si sois varios en casa.
Así que, para ahorrarnos trabajo y energía, que siempre viene bien, te ofrecemos siete trucos para no tener que planchar la ropa que funcionan. No te librarás de tener que pasar la plancha a algunas prendas que se arrugan especialmente, como las camisas, pero verás cómo desaparece gran parte de esa torre de ropa pendiente de que planches.
Trucos para no tener que planchar
Poner la lavadora con cuidado
Para no tener que planchar mucho después, deberás seguir unas normas a la hora de poner la lavadora y tender la ropa. Lo primero es lo primero, así que cuando introduzcas las prendas en el tambor no lo hagas como si fueran una gran pelota que entra a presión. Aunque no lo creas, esto hará que la ropa se arrugue más durante el proceso de lavado.
Mete en el tambor las prendas por tandas o una a una si son voluminosas, y no lo llenes hasta los topes. Además, procura usar siempre un centrifugado con menos revoluciones, porque cuanto más altas sean más se arrugará la ropa. Esto puede que no sea práctico en invierno, pero recuerda hacerlo cuando suban las temperaturas. Las prendas secarán igual y se arrugarán menos.
Tender la ropa
Uno de los trucos fundamentales para planchar menos es tender bien la ropa en el tendal. Hazlo tan pronto pare la lavadora. Si la dejas tiempo en el tambor se irá arrugando más y más. Asimismo, a la hora de poner las pinzas en la prenda, fíjate en las costuras. Si las colocas donde se encuentran, evitarás que hagan marcas. De tal modo, en las camisetas, blusas y jerséis, cuelga la prenda por las sisas; y los pantalones por la cintura. Así, no solo se arrugarán menos, sino que también se conservarán durante más tiempo, pues no estarás deformando la tela al colgarlas de las partes inferiores, hombros o extremos.
Recoger la ropa
Otro truco a tener en cuenta si has tendido bien la ropa es recogerla del tendal de la manera adecuada. Deberás hacerla cuando se seque. Si la dejas tiempo colgada cuando ya está seca, se arrugará más. Cuando vayas cogiendo cada prenda, ves doblándola para no tener que planchar. Si ha estado bien tendida, no tendrá marcas, a menos que sean telas que de por sí se arrugan. Pero de esta forma te ahorrarás tener que planchar ropa como paños de cocina, vaqueros, camisetas, sudaderas, jerséis, toallas y fundas nórdicas, entre otros.
El mejor modo de doblar la ropa es hacerlo sobre una superficie lisa, como una mesa. Estírala bien sobre ella y dobla de la manera más adecuada para que quepa en tus cajones y armarios. Ten en cuenta que cuanto más apretujada esté, más se arrugará, y por mucho que la guardes estirada o planchada, tendrás que volver a plancharla cuando quieras ponerla.
Percha para prendas sintéticas
Otra opción para secar las prendas y planchar menos es colgarlas de una percha plástica tan pronto como las quitas de la lavadora. Luego, puedes ponerlas en un tendal interior, en la terraza o en una zona ventilada para que sequen. Pero recuerda que este truco solo es útil para los tejidos sintéticos, y que no sirve ni para el algodón ni para la lana.
Poner la secadora
Si tienes que poner la secadora donde vives o en determinados momentos del año, las pautas a seguir son similares que en el momento de programar la lavadora. No llenes la secadora hasta los topes y evita los programas de secado agresivos y a temperaturas muy elevadas, porque estropearás la ropa y saldrá todavía más arrugada.
Vapor de la ducha
Un truco muy efectivo, sobre todo cuando tienes poco tiempo, es aprovechar el vapor de la ducha para planchar la ropa que te vayas a poner. Cuelga la prenda en una percha adecuada en el baño mientras te bañas o duchas, y verás cómo el vapor del agua caliente provocará que se estire el tejido.
Colgar las cortinas
Si has lavado las cortinas del salón, de la cocina o del dormitorio, olvídate de plancharlas. Lo único que tienes que hacer es colgarlas en su sitio cuando las quites de la lavadora y estén recién lavadas o cuando estén húmedas para que, con su propio peso, terminen de secar al tiempo que se estiran y planchan solas. Además, el aroma que impregna todo el ambiente si has usado un buen detergente o suavizante hará que este truco sea un auténtico placer.