Si, en ocasiones, es habitual utilizar de forma incorrecta el lavavajillas, un aparato como el de aire acondicionado también suele ser objeto de confusiones en su uso, el cual afecta al consumo y que puede incrementar nuestro gasto energético sin que nos demos cuenta. Para evitarlo, hoy te contamos los errores habituales que cometemos con el aire acondicionado y poder adquirir así unas costumbres en su utilización que te permitan quitarle el máximo partido con el menor coste.
Seleccionar mal el aparato
No siempre adquirimos lo que más nos conviene, y esto sucede también con el aparato de aire acondicionado. A veces, compramos aquel de un tamaño que no necesitamos, ya sea por no habernos asesorado adecuadamente o por considerar que cuanta más capacidad y potencia tenga, mejor. Ten en cuenta los metros cuadrados a refrescar y la altura de los techos antes de decidirte por uno y consulta el modelo recomendable para cada necesidad.
Abrir las ventanas y las puertas
Cuando enciendes el aire acondicionado no debes abrir las puertas y las ventanas de casa, ya que esta circulación de aire provocará que, mientras estás enfriando el ambiente por un lado, el calor entre por el otro.
No permitas que el aire frío que expulsa el aparato se desperdicie. Cierra las ventanas y las puertas y permite que se mantenga más tiempo en las habitaciones. Incluso, una vez que lo hayas apagado, es conveniente dejar cerrado un tiempo para que la temperatura siga siendo más fresca, porque una vez que vuelvas a abrir las ventanas el calor volverá a entrar en tu hogar.
Seleccionar mal la temperatura
Es fundamental que apagues el aire acondicionado cuando no estés en casa, lo cual afecta sobremanera al consumo y a tus facturas. Si quieres llegar a casa y que esté fresquita, siempre puedes programarlo o adquirir un termostato programable para que se encienda algún tiempo antes a tu llegada. Además, has de seleccionar la temperatura adecuada a la hora de encenderlo, en torno a los 25 grados.
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No usar ventilador
Aunque tengas un aparato de aire acondicionado en tu casa, no dejes de usar el ventilador. Este es un error habitual, ya que la gente suele olvidarse de este práctico aparato cuando disponen del otro. Pero es que el clásico ventilador permite que el aire frío circule con mayor rapidez, por lo que mejora la transferencia térmica y potencia todavía más la sensación térmica sobre la piel.
No hacer labores de mantenimiento
No puedes olvidar que la unidad de aire acondicionado requiere ciertas labores de mantenimiento para que funcione correctamente. Deberás mantener limpio el filtro para que el aparato funcione con eficacia, por lo que es recomendable limpiarlo mensualmente, en el caso de que lo enciendas todos los días. En caso contrario, bastará que lo hagas cada tres meses. De igual modo, debes revisar la unidad, cuando menos, una vez al año. Con ello evitarás que se acumulen bacterias o se forme condensación.
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No controlar las fuentes de calor
No abuses del aire acondicionado sin tener en cuenta las fuentes emisoras de calor en tu casa. Debes utilizarlo y facilitar su eficacia teniendo en cuenta el aislamiento de tu hogar, tanto en las ventanas, que han de estar bien selladas para evitar que se escape el aire frío, como en la decoración, pues las cortinas gruesas y las persianas levantadas en las horas centrales del día provocan que se acumule el calor de forma excesiva.