Con este sencillo truco podrás arreglar (casi) cualquier cremallera

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Uno de los imprevistos más frecuentes relacionados con nuestras prendas de vestir o ropa de hogar es que las cremalleras fallen. De repente se atascan y no eres capaz de abrirlas, lo cual puede ser de lo más incómodo si tienes que quitarte la cazadora; o bien sucede al revés, cuando te la pones y no eres capaz de subirla porque se queda atascada.

También te puede pasar en los cojines, los bolsos y las fundas nórdicas. Las posibilidades son variadas. Pero aquí tienes un sencillo truco para arreglar cualquier cremallera, y algunas opciones más por si no te es posible echar mano de aquella.

Tipos de cremalleras

cremallera de vaquero
Cremallera de pantalón vaquero/Foto: Unsplash

Hay varios tipos de cremalleras, que se suelen coser en función de la prenda que se vaya a utilizar. Las cremalleras reforzadas o de nylon son las clásicas, habituales en chaquetas, faldas y vestidos. También cremalleras metálicas, que tienen mayor durabilidad y se cosen con la finalidad de aprovechar su mayor resistencia, como en bolsos, pantalones vaqueros y cazadoras de cuero.

Los abrigos de plumas y cazadoras impermeables suelen venir con cremalleras inyectadas, cuyos dientes son plásticos y son muy resistentes. Por último también es posible usar cremalleras invisibles, las cuales se usan en vestidos o faldas para que no se vean por razones de diseño y estética. Pero el mecanismo de todas ellas es el mismo, por lo que pueden presentar los mismos problemas. Y es entonces cuando empezamos a tirar de esos cabezales que las cierran y no van ni para delante ni para atrás, los cuales se denominan cursores o carros de cremallera.

Truco del tenedor

Tenedor
Tenedor/Foto: Unsplash

El truco más sencillo con el que puedes arreglar una cremallera es el del tenedor. Y es que usando este podrás conseguir que la cremallera vuelva a funcionar fácilmente. Deberás introducir en las dos aberturas del cursor las púas del tenedor. Luego, tira hacia arriba de la cremallera. ¡Y listo!

Según el tamaño de la cremallera en función de su ancho, ya sea de una prenda infantil o adulta, puedes servirte de un tenedor clásico de comer o usar uno pequeño de los de postre. Sin embargo, es cierto que no siempre tenemos un tenedor a mano, por lo que si se atasca la cremallera vale la pena tener en cuenta otra serie de trucos que pueden sacarnos de más de un apuro.

Frotar con un lápiz

Lápiz
Lápiz/Foto: Unsplash

Hay un truco clásico a la hora de arreglar las cremalleras si no tienes un tenedor a mano y sí te resulta más fácil conseguir un lápiz. El grafito del que están hechos los lápices funciona como un lubricante seco, así que solo tienes que frotar sobre los dientes de la cremallera, pero por ambos lados. Frota especialmente en esas zonas donde suelen producirse los atascos y la cremallera quedará como nueva. Después solo deberás deslizarla hacia arriba.

Jabón o vaselina

Otra forma de solucionar el problema de una cremallera atascada es utilizar un lubricante húmedo. Te valdrá jabón, vaselina, crema hidratante o cualquier tipo de aceite. Esto es muy útil si te ocurre cuando estás fuera de casa, puesto que bastará con ir a cualquier baño y coger un poco de jabón para ponerlo en práctica. Debes aplicarlo sobre la cremallera, mejor si te ayudas para ello de un hisopo. Cubre los dientes por completo y luego abre y cierra varias veces. También es posible utilizar lubricante especial para cremalleras.

En estos casos, una vez que compruebes que vuelve a funcionar correctamente, limpia con un paño humedecido para retirar los restos y asegúrate de secar la cremallera después.

Cuidados de las cremalleras

Cremallera de bolso
Cremallera de bolso/Foto: Unsplash

Asimismo, vale la pena tener en cuenta una serie de pautas para que las cremalleras duren más en perfecto estado. Lo primero que has de recordar es en el momento de meter la ropa en la lavadora: las cremalleras deben ir abiertas, del mismo modo que los botones deben ir cerrados. De esta forma ni se estropearán ni se deformará la prenda. Por otro lado, cuando vayas a colgar la ropa en el armario o a guardar prendas con cremallera, recuerda que esta debe estar cerrada, al contrario que cuando la introduces en la lavadora.

Otro factor a tener en cuenta, sobre todo, cuando hablamos de ropa o artículos con cremallera que han estado almacenados sin uso, es que debemos quitar el polvo a las cremalleras con un cepillo, y después, si es necesario, lubricarlas para que funcionen perfectamente. Este consejo puede ser útil cuando cambias la ropa de temporada para esos bolsos o esas botas de invierno que hace un año que no usas y necesitas volver a poner. Sé previsor y cuida las cremalleras para tener menos imprevistos. Recuerda que el cuidado de las prendas de vestir, accesorios y la ropa de hogar comienzan desde el mismo momento de su almacenamiento.



Silvia Pato

Escritora y redactora gallega. Autora de los libros Las nueve piedras y El Libro del Único Camino, así como de numerosos relatos en revistas de género, colabora asiduamente con sus artículos y columnas de opinión en diversos medios digitales. Con la pasión y la curiosidad que la caracterizan, descubre el mundo a través de su historia, su cultura, sus lugares y sus gentes para difundir y compartir todo tipo de sensaciones y hallazgos. Porque todo viaje comienza con un solo paso.

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