Los árboles frutales son una auténtica maravilla para tener en el jardín o en la terraza. Pero también es posible plantarlos en macetas para tener en casa y saborear sus frutos cuando salen. Seguro que te has fijado que incluso hay quien los cultiva con éxito como bonsáis.
Pero en esta ocasión vamos a centrarnos en uno de los más bonitos y agradecidos de cuidar que existen: el limonero. Estas son las claves sobre cómo plantar y cuidar un limonero en maceta. ¿Te animas a intentarlo?
Plantar un limonero en maceta
Lo mejor para cultivar un limonero en maceta es elegir alguna de las variedades en miniatura de este árbol, pues así te resultará más sencillo. Si eres habilidoso con la jardinería también puedes optar por cualquier otra variedad y controlar su crecimiento, pero lo más sencillo es una de las variedades pequeñas, más sencillas de cuidar y que mejor se adaptarán a tu casa.
Entre las variedades más habituales para cultivar en maceta se encuentran el limonero cuatro estaciones o Eureka, con la que podrás tener frutos durante todo el año, y el Primofori, que crece muy rápido. Ten en cuenta que los limoneros son árboles de hoja perenne, y que sus flores de azahar alegrarán cada temporada tu hogar con su belleza y aroma. Además, los limoneros duran muchos años si están bien cuidados, y podrás disfrutar de sus limones para tu cocina.
Cómo cultivar un limonero
El mejor momento para plantar un limonero es en primavera o en otoño. Para llevar a cabo el cultivo, elige un sustrato y una tierra porosa, adecuada para árboles frutales, añade abono y prepara un agujero para introducir las raíces del árbol. Ten en cuenta que la maceta debe permitir un buen drenaje.
En el supuesto de que quieras plantar el limonero a partir de semillas de un limón, deberás introducir estas en un vaso con agua unas tres horas, con el objetivo de hidratarlas. A continuación, tira aquellas que hayan salido a la superficie y selecciona las que hayan quedado en el fondo del vaso. Estas son las que vas a plantar. Necesitarás una maceta de alrededor de 30 centímetros de diámetro, añade un sustrato adecuado, agrega las semillas, tras secarlas con papel de cocina o un paño, y cubre con un poco de grava. En un par de semanas verás cómo empiezan a brotar. En el momento en que los brotes midan unos 20 centímetros, ya puedes trasplantarlos a una maceta de piedra o de terracota de mayor tamaño o, si lo prefieres, en el jardín.
Ubicación del limonero
Para elegir la mejor ubicación para que crezca tu limonero debes tener en cuenta que su temperatura ideal es aquella que ronda entre los 15 ºC y los 28 ºC, y no soportan las temperaturas por debajo de los 3 ºC. La ventaja de cultivarlo en maceta es que puedes elegir una ubicación en la terraza, en el balcón o junto a un ventanal en el que esté más protegido. Si lo dejas siempre en el exterior también tienes la posibilidad de cubrirlo con un protector o lona para que le afecte el descenso de temperatura por las noches.
Asimismo, el limonero requiere unas siete horas de luz solar directa al día, y deberá estar protegido del viento. Por ese motivo, cuando lo plantas en maceta, la ubicación más idónea es junto a una pared.
Riego del limonero
Entre los cuidados más importantes del limonero se encuentra el riego, el cual diferirá del invierno y el verano en función de la temperatura y la humedad. Por norma general, durante los meses más cálidos, será suficiente que lo riegues cada par de días, mientras que en invierno puedes espaciar más el riego. En todo caso, no encharques la tierra o pueden pudrirse las raíces y el árbol enfermar.
Poda del limonero
Una de las claves del cuidado del limonero en maceta es la poda, que se debe realizar entre finales del invierno y principio del verano, siempre que haya pasado la temporada de frío y antes de que empiece la de altas temperaturas, cuando se producirá su crecimiento.
La poda no solo ayudará a que el árbol crezca sano y fuerte sino también a controlar su crecimiento para que no exceda del espacio que tienes disponible para tenerlo en casa. De tal modo, los primeros años, deberás podarlo dándole la forma deseada y, una vez obtenida, realizar podas de mantenimiento para eliminar hojas muertas, ramas secas y otras que broten sin control.
Enfermedades y plagas del limonero
Las plagas más frecuentes en los limoneros son las de los pulgones, las arañas rojas y las cochinillas. Las hojas amarillas suelen ser señales de ello, y si además están arrugadas, tal vez la plaga sea del insecto minador. Para eliminarlas puedes recurrir a insecticidas y productos específicos para árboles frutales como este.
Sin embargo, es posible que te encuentres con problemas como que el limonero no dé frutos. Lo más probable es que sea debido por las bajas temperaturas y/o falta de riego o de un abono adecuado. ¡Teniendo en cuenta estas indicaciones, anímate a cultivar un limonero en maceta y disfruta de limones frescos en tu cocina a lo largo del año!
