Buganvilla: cómo cuidar esta bonita planta durante todo el año

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Si hay una planta preciosa que alegra cualquier ambiente, esa es la buganvilla. Resulta inconfundible, con sus llamativos colores vivos en grandes macetas y trepando por fachadas o enrejados, así que es lógico que cualquier amante de las plantas quiera tener una en casa, en la terraza o en el jardín.

Pero no todo el mundo se atreve a mantener una buganvilla, pues existe el temor de que se muera o no luzca preciosa si no se tiene mano con las plantas. En realidad, esto no es un problema si sabes el modo adecuado de hacerlo. Toma nota de cómo cuidar la buganvilla durante todo el año y decora tu hogar con su belleza.

¿Qué son las buganvillas?

Buganvilla
Buganvilla trepando por la fachada de una casa/Foto: Pixabay

Las buganvillas son una planta trepadora con bractáceas de colores rojos, morados, rosas, fucsias, blancos o amarillos. El color de sus flores, de pequeño tamaño es blanco o amarillo, y solo florece de junio a septiembre. Por el contrario las brácteas, que es lo que más llama la atención de la planta, están coloridas durante toda la primavera y el verano. Su variedad es notable, puesto que existen 14 especies de buganvillas, y pueden alcanzar los 12 metros de altura.

Aunque en España es frecuente encontrársela decorando casas y jardines, se trata de una planta originaria de los bosques tropicales de América del Sur, en especial, de Perú, Argentina y Brasil. Su nombre deriva de Louis Antoine de Bougainville, el navegante, militar y explorador francés que se encargó de introducirla en el continente europeo en el siglo XVIII, al regresar de uno de sus viajes a tierras brasileñas. Otras denominaciones por las cuales se la conoce son bugambilia camelinas, planta veranera y de Santa Rita.

Ubicación e iluminación

Buganvillas
Buganvillas en el exterior junto a coche de caballos/Foto: Pixabay

Si tienes en cuenta que la buganvilla necesita mucho sol para poder crecer, florecer y estar hermosa, deducirás que la ubicación en la que colocarla ha de contar con buena luminosidad natural. Esto es imprescindible para cuidarla durante todo el año.

En el interior de casa, puedes ubicar tu buganvilla junto a una ventana, puesto que en estas condiciones prefiere recibir la luz indirecta a lo largo del día. Pero si la vas a plantar en el exterior o colocarla en una terraza o balcón, asegúrate de ponerla siempre a pleno sol. Ten en cuenta que si la sitúas en una zona de sombra o recibe poca luz solar, no florecerá y se inhibirá su crecimiento. Calcula que, como mínimo, ha de recibir seis horas de sol al día.

Además, al tratarse de una planta trepadora, deberás asegurarte de que tenga espacio para crecer, y si no tiene un muro o una pared en la que poder enredarse, tendrás que colocar algunos tutoriales para que lo haga y no se desparrame hacia el suelo. Esto resulta imprescindible si la has plantado en una maceta. Tendrás que poner unas guías para que crezca derecha en la dirección que desees.

Temperatura

Maceta con buganvilla
Maceta con buganvilla/Foto: Pixabay

La temperatura que necesitan las buganvillas para crecer es cálida, y no se recomienda que descienda de de los 10 ºC. Si vives en lugares con climas templados, no tendrás problemas, pero en otros donde son frecuentes las heladas o las caídas bruscas de temperatura por la noche, como puede ser Galicia, se recomienda plantarlas en macetas en el interior o en invernaderos.

En cualquier caso, si la tienes en una terraza o balcón, tendrás que protegerla de las heladas, ya sea metiéndola en casa por la noche o cubriéndola con alguna manta térmica especial para plantas. Esto es muy importante en los meses más fríos del año

Suelo y abono

La mayor exigencia de la buganvilla es el sol, porque en lo que respecta al suelo se adapta muy bien a cualquiera, incluso a los que menos nutrientes poseen. No obstante, si la tienes en maceta en el interior de tu casa, resulta recomendable echar fertilizante líquido cada dos semanas durante la primavera y el verano. Con ello estará más fuerte y verás cómo se mantienen sus colores más vivos. Aquellas que están plantadas en el jardín no necesitan demasiado abono, así que no tienes por qué agregarlo a la tierra. En el caso de hacerlo, reduce la frecuencia de la fertilización.

Aunque no sea imprescindible abonar la buganvilla en invierno, si lo haces recuerda también que el abono en los meses fríos debe ser orgánico, mientras que en verano el mejor abono es el mineral. Lo más importante del suelo en el que esté plantada tu buganvilla es que no se encharque y te asegures de que mantenga un buen drenaje, porque si permanece con las raíces húmedas, la planta puede enfermar o pudrirse.

Riego de la buganvilla

Buganvillas en los muros
Buganvillas en los muros/Foto: Pixabay

Precisamente para evitar los encharcamientos es necesario calcular muy bien la cantidad de agua con que riegas tu buganvilla, porque no es una planta que necesite mucha. Durante los meses más cálidos, si la tienes en maceta, requerirá que la riegues cada tres o cuatro días. Si tienes la planta en el jardín, será suficiente con que lo hagas una vez a la semana, en las horas en las que el sol incida con menor fuerza: a primera hora de la mañana o al atardecer. Recuerda no mojar nunca las hojas, echar el agua en el tallo y, en invierno, espaciar los riegos.

Poda de las buganvillas

La poda de las buganvillas es uno de esos cuidados que no vas a poder eludir. Resulta necesaria para que la planta crezca fuerte y sana. Pero para ello debes hacerlo en el momento propicio del año, esto es, entre los meses de febrero y marzo. Este es el instante perfecto para cortar las ramas secas, en mal estado o que sobresalen demasiado por encima de las demás por hacer crecido mucho. De esta forma, los brotes jóvenes podrán desarrollarse con más fuerza. Por esos motivos, las podas deben efectuarse después de la floración de la planta. Además, el corte ha de realizarse por encima de los brotes nuevos o de las yemas.

Cultivo y esquejes

Buganvillas rosas
Buganvilla rosa/Foto: Unsplash

Para tener una buganvilla en casa tienes la opción de comprar ya la planta en maceta o bien cultivarla a partir de esquejes. Estos deberás cogerlos de madera blanda hacia el final del verano. Si deseas hacerlo en otro momento del año, tendrás que elegir esquejes de madera dura, que será necesario enterrar en una mezcla entre turba y arena.

Si plantas tu buganvilla en una maceta, ten cuidado a la hora de elegir el tamaño de esta. Deberá ser lo suficientemente grande, porque se trata de una planta de crecimiento rápido y sus raíces se extienden con facilidad, al fin y al cabo, es una trepadora. No obstante, también son perfectas para cultivarlas como bonsáis.

Asimismo, recuerda que tendrás que dejarla crecer junto a una pared, un enrejado o situar en la maceta unos tutores que conduzcan la planta a medida que se desarrolle en la dirección que desees. Luego, si necesitas trasplantarla, deberás hacerlo en primavera, después de que hayan quedado atrás las heladas invernales. En el momento del trasplante, un buen abono para las raíces y un drenaje adecuado para que no se empapen resultan imprescindibles.

Clorosis férrica

Si la planta se enferma por carencia de nutrientes, verás cómo el color de sus hojas se torna amarillento. Este es el síntoma de la clorosis férrica, que puedes curar echando en el sustrato un abono rico en quelatos de hierro. Deberás hacerlo por la mañana, cuando el suelo se encuentre seco. Ten en cuenta que este tipo de abono que encontrarás en viveros y tiendas especializadas no es un producto caro y sirve para todo tipo de plantas ornamentales, árboles frutales, vides y cultivos hortícolas, así que le quitarás partido no solo con tu buganvilla.

Plagas

Buganvilla en azotea de edificio
Buganvilla en azotea de edificio/Foto: Unsplash

Entre las enfermedades y las plagas que puede padecer tu buganvilla, has de tener cuidado con los pulgones, la mosca blanca, la araña roja y la cochinilla algodonosa. Para evitar este tipo de problemas, se recomienda inspeccionar de forma periódica la planta, para ver si alberga hay insectos, manchas de moho o si las hojas han cambiado de color.

Cuando revises tu buganvilla, recuerda que los pulgones se agrupan en hojas y tallos, y tienen un característico color verde. En el mismo lugar se alojan las cochinillas, que distinguirás por su duro caparazón. La araña roja es un ácaro que no se detecta a simple vista, pero que sabrás que está por las telarañas y las manchas amarillas que aparecerán en las hojas. Y en el envés de estas es donde se colocan las moscas blancas.

En caso de que algunos de estos insectos ataquen la planta, retira con un algodón o con las manos protegidas con unos guantes de látex aquellos que puedas y aplica a continuación un insecticida específico. Si compruebas que tu buganvilla ha sido atacada por el moho blanco, para evitar que siga extendiéndose, deberás cortar las hojas afectadas y después aplicar un fungicida antioidio.

Con todas estas pautas, podrás disfrutar de una planta tan maravillosa como esta durante todo el año. Si no te animabas a tener una en tu casa, no lo dudes y descubre cómo una buganvilla puede alegrar el ambiente de tu hogar.



Silvia Pato

Escritora y redactora gallega. Autora de los libros Las nueve piedras y El Libro del Único Camino, así como de numerosos relatos en revistas de género, colabora asiduamente con sus artículos y columnas de opinión en diversos medios digitales. Con la pasión y la curiosidad que la caracterizan, descubre el mundo a través de su historia, su cultura, sus lugares y sus gentes para difundir y compartir todo tipo de sensaciones y hallazgos. Porque todo viaje comienza con un solo paso.

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