Precisamente porque los gatos disimulan muy bien el dolor, podemos pensar que no lo sufren, pero no es así. Es necesario darte importancia y debemos estar alerta frente a los signos que nos revelen que lo padecen. De hecho, de forma general, es más habitual medicar con analgésicos a los perros para paliar su sufrimiento, mucho más que a los felinos; aunque también hay que tener en cuenta que los gatos suelen acudir menos al veterinario.
Para que no se te pase por alto el bienestar de tu mascota y poder ofrecerle todos los cuidados que se merece, hoy te contamos cómo detectar los gestos de dolor en tu gato para que tomes buena nota de ellos y le pongas remedio.
Apertura orbital
Un estudio de la Universidad de Montreal creó la denominada Feline Grimace Scale: una escala con la que poder evaluar el dolor agudo en los gatos teniendo en cuenta sus expresiones faciales. Son cinco factores en los que has de fijarte para ello: los ojos, las orejas, la mandíbula, los bigotes y la cabeza. Tienes que observar al gato sin molestarlo unos 30 segundos y puntuar de 0 a 2 cada gesto, desde la inexistencia hasta la acción claramente presente.
El primer factor a valorar son los ojos. Tienes que fijarte en la apertura orbital. Recuerda que cuanto más dolor sienta, más los cerrará. Puntúa con 0 si los tiene bien abiertos, con un 1 si los abre parcialmente y con un 2 si los tiene cerrados. Por supuesto, realiza estas pruebas cuando esté despierto.
Orejas
Las orejas también te darán una información muy valiosa. Si están rectas y hacia adelante, tu gato no tiene dolor, pero si las separa ligeramente, estará sufriendo uno leve, por lo que tendrás que puntuar la escala con un 1. Para el caso de que muestre las orejas aplanadas y hacia fuera, el dolor puede ser severo, con una puntuación de 2. Cuanto más separadas estén entre sí, más intenso será.
Hocico
Con el hocico pasa algo similar a las orejas. Cuanto más elíptico y tenso esté el hocico de tu gato, más dolor estará sufriendo, por lo que deberás de anotar 2 puntos. Por el contrario, si te fijas que tiene el hocico relajado y redondeado, ese es su estado normal y no tendrás que preocuparte.
Vigila la situación intermedia entre ambos, cuando el hocico está algo tenso, que puede indicar un dolor moderado (puntuaje 1).
Bigotes
Los gestos con los bigotes son otros que hemos de tener en cuenta para detectar el dolor de nuestro gato y poder realizar la Feline Grimace Scale. Si los bigotes están relajados y curvos, no te preocupes, pero si están algo rectos, puede sentir un dolor leve (puntuaje 1) y si están rectos y se inclinan hacia delante, el dolor puede ser intenso (puntuaje 2).
Inclinación de cabeza
La cabeza es el otro factor a considerar. Si está en línea sobre los hombros, nuestro compañero de cuatro patas no tiene dolor, aunque si está en línea con los hombros o incluso por debajo de ellos, puede estar sufriendo, por lo que deberás de puntuar con un 1 o un 2 respectivamente.
Cuando sumes los puntos obtenidos en la evaluación de los ojos, las orejas, el hocico, los bigotes y la cabeza, si obtienes una puntuación igual o superior a 4 no dudes en llevarlo al veterinario para que confirme si es necesario administrarle un analgésico.
Agresividad
Por otro lado, al margen de la escala de evaluación, también te ayudará observar el comportamiento habitual de tu compañero de cuatro patas para averiguar si tiene dolor. Si tu mascota suele ser dócil y cariñosa y se muestra distante e incluso agresiva cuando quieres acariciarle, probablemente le duela algo.
Con ese comportamiento huidizo lo único que pretende es protegerse. Deberás revisar que no se le haya clavado algo en las patas o en la boca y que no tenga ninguna herida visible por el cuerpo. En todo caso, si no sabes qué le pasa y cómo actuar, no dudes en acudir al veterinario a que le haga una revisión. Más vale prevenir.
Exceso de salivación
Por último, vigila también si tu gato sufre un exceso de salivación, también denominada tialismo o sialorrea. Si es así, es probable que tenga algún problema de salud, por lo que será necesario que lo lleves al veterinario. Ese exceso de saliva puede ser causado por diferentes problemas que cursan con dolor, como patologías dentales y bucofaríngeas, así como intoxicaciones o que se les haya clavado algún cuerpo extraño en la boca o el paladar.
Con todos estos parámetros podrás averiguar si tu gato se encuentra bien o está padeciendo algún dolor o enfermedad para poder ponerle remedio. No olvides que nuestras mascotas se merecen todas nuestras atenciones y cuidados a cambio del cariño, diversión y lealtad que nos ofrecen. Nuestra responsabilidad es velar por su bienestar.