Este artículo se publicó hace 13 años.
La zona euro busca dividida un sustituto para Trichet
El alemán Weber, favorito para presidir el BCE pese a las reticencias francesas
"Se busca banquero o político experimentado para puesto de alta responsabilidad en política monetaria y economía europea. Imprescindible: contar con la bendición de Angela Merkel y Nicolas Sarkozy. Razón: Banco Central Europeo". Este anuncio no será publicado en ningún periódico, pero la carrera por la sucesión de Jean-Claude Trichet, que deja su puesto el 31 de octubre, es pública y "es posible seguir la campaña día a día", según reconoció Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo.
Tras ocho años al frente, el presidente de la máxima autoridad monetaria europea dejará su despacho en Fráncfort al acabar su mandato, que no puede ser renovado. Desde que comenzó la crisis, Trichet, que ha mantenido a raya la inflación, tarea formalmente encomendada al BCE. Luchó además contra el desmoronamiento del euro ante las grietas abiertas por los mercados. Nadie duda de que, en los últimos años, su papel ha sido clave. Primero logró parar el efecto dominó generado por la caída de Lehman Brothers instaurando una barra libre de liquidez en un mercado de crédito seco. Después, y aún hasta hoy, decidió sostener a la eurozona y a sus países más frágiles mediante la compra de deuda pública en el mercado secundario (el de la reventa) ante el alarmismo de los especuladores. Sin estas dos inyecciones de urgencia, una para los bancos y otra para los países, el euro podría haber saltado por los aires.
El germano, temido por su ortodoxia, es calificado de halcón'
Por eso, el perfil de su sucesor es ya motivo de una encarnizada lucha entre Francia y Alemania, que controlan casi la mitad del capital del banco.
Axel Weber, gobernador del banco central de Alemania, es de momento el claro favorito y cuenta con el apoyo de Merkel y la simpatía de los países del norte de la zona del euro. Sin embargo, es temido por su ortodoxia y su desacuerdo con decisiones como la compra de deuda pública, tomada en año in extremis por la institución. Su carácter inflexible lo convierte en un halcón, según la jerga de los analistas, y no es visto con buenos ojos por Francia, que busca a alguien más político y pragmático, que sea capaz de ir más allá del estricto mandato del control de la inflación.
Mario Draghi, gobernador del Banco de Italia, responde a este perfil de paloma apreciado por Trichet y los países del sur. El resto de la lista la componen el gobernador finlandés, Erkki Liikanen, el austríaco, Ewald Nowotny, el belga, Guy Quaden, o incluso el responsable del fondo de apoyo al euro, Klaus Regling. Los líderes europeos deberán tomar la decisión formalmente en junio, aunque la cumbre de marzo podría decidir políticamente sobre el nombramiento si no se consuma un bloqueo.
París busca un perfil más político y pragmático para la institución
Tanto el Elíseo como la cancillería alemana han negado que los debates entre los dos líderes hayan empezado ya. Pero las negociaciones sobre nombramientos en la institución, que tratan de guardar el equilibrio geográfico e ideológico entre París y Berlín, suelen terminar en un quid pro quo. Si Weber se hace con el BCE, un francés podría acceder al cargo de economista jefe de la institución en la próxima renovación, o a la presidencia del Banco Europeo de Inversiones, recuerdan diplomáticos comunitarios.
Una carta másFuentes del Consejo apuntan todavía más lejos. Si el nombre del sucesor de Trichet se pacta en marzo, podría ser una carta más que jugar en las duras negociaciones sobre la reforma y flexibilización del fondo de apoyo al euro, que concluirán ese mes. Si Merkel consigue imponer a Weber como presidente del BCE, Francia ablandará las condiciones que exige Alemania a cambio del diseño del fondo, apuntan las mismas fuentes, que consideran como seguro vencedor al jefe del Bundesbank. "A qué precio, todavía no está claro", añaden. Ese "paquete global de reformas", como lo definió el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, debe incluir según él un plan para mejorar la competitividad con medidas como el aumento de la edad de jubilación, la supresión de las cláusulas de revisión salarial y de las pensiones ligadas a la inflación o la armonización fiscal en algunos apartados, según la prensa alemana.
Sin embargo, la actual fortaleza de Weber podría jugar en su contra. El presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, fue designado en noviembre de 2009 tras los descartes de Tony Blair o Felipe González, a priori favoritos y con más peso político. José Manuel Durao Barroso, por su parte, se impuso ante el favorito y muy preparado Guy Verhofstadt en 2004, cuando accedió a la presidencia de la Comisión.
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