Este artículo se publicó hace 13 años.
Zapatero llama a rebato a "todos los progresistas"
Apela al voto útil para defender su política social de "los drásticos recortes que haría el PP"
Gonzalo López Alba
No pinta tan mal como en los peores augurios demoscópicos, pero la situación es de máxima incertidumbre sobre el desenlace (para lo bueno y para lo malo). Este es el diagnóstico que este viernes estableció el Comité Electoral del PSOE en una reunión celebrada a pocas horas de que, tras el parón por el terremoto de Murcia, se encare el tramo decisivo de la campaña. Una recta final en cuyo inicio, este viernes en Balears, Zapatero tocó a rebato apelando al voto útil de "todos los progresistas" para impedir que se consumen los "drásticos recortes del Estado de bienestar" que traería el PP, premonición que fundamentó en la simple "regla de tres" de lo que hizo cuando gobernó.
Impedir el seísmo electoral sigue en manos de los indecisos, esa abultada bolsa de electores que, como se viene contando, está nutrida fundamentalmente por votantes del PSOE "enfadados" con el giro económico de Zapatero. Por eso no podía causar sino desconcierto y malestar que el presidente del Gobierno se pasara de frenada cuando el martes, en Santander, tildó de "bellacos" a los que le reprochan que no reconozca haber hecho recortes sociales.
El presidente esgrime su "hoja de servicios" en cohesión social
El tiro iba dirigido contra el PP, pero a Zapatero le pudo la pasión con la que en esta campaña de la despedida reivindica su gestión y acabó siendo una bomba de racimo que ha causado estragos precisamente entre aquellos a los que se quiere reconquistar. Advertido de ello, no hubo rectificación, pero sí matización. El presidente reconoció que sí "ha habido restricción de gastos", obligada por una austeridad que la crisis hizo "imprescindible", pero haciéndola compatible con "el mantenimiento del Estado de bienestar".
Zapatero se mostró dolido por que la crítica no se acompañe del reconocimiento de que, con él al frente del Gobierno, "se ha aumentado el gasto social en un 50%", la protección por desempleo alcanza el récord del 70% y España ha vivido "la etapa de mayor inversión en infraestructuras, en ciencia e innovación y en nuevas tecnologías".
"Nunca como hasta ahora y nadie como nosotros defiende y mantiene una cohesión social como la que tenemos", proclamó Zapatero arengando a los suyos a mantener una actitud "combatiente" porque, en materia social, "tenemos una hoja de servicios incomparable con ninguna otra fuerza política, y por supuesto con la derecha". "Algunos optamos por la vía de las reformas y los acuerdos sociales; el PP, sólo por esperar a que las cosas vayan mal", concluyó.
Pronostica el comienzo de "la remontada" pero este viernes no logró llenar
En Valencia, la corrupciónEn el cómputo de los errores no forzados se podría decir que socialistas y conservadores llegan empatados a la recta final. Pero al imprevisto de Bildu se sumó este viernes la bofetada del FMI metiendo a España en el "club de los cuatro" junto a las apestadas Grecia, Irlanda y Portugal. Es como cuando en el tenis el público hace ruido en el momento del saque.
Ante la imposibilidad de controlar el medio ambiente, el PSOE ha optado por intensificar la concentración en su juego, que al decir de los responsables de su campaña ya está logrando aumentar el flujo de votos para frenar a "la peor derecha".
Como prueba de que la estrategia es acertada, destacan que Esperanza Aguirre se ha visto forzada a contratar cuñas de radio para desmentir que se proponga implantar el copago sanitario en Madrid. "La gente puede creer a Aguirre o a Tomás Gómez, pero se habla de lo que queríamos y hemos puesto al PP a la defensiva", se resalta.
En consecuencia, la estrategia no cambiará. Zapatero insistió este viernes en que el Estado de bienestar es "lo que está en juego" el día 22 y pidió a los dirigentes del PP que, puesto que no han arrimado el hombro contra la crisis, al menos "por favor, estén callados" y no digan que España está "al borde del precipicio", porque "no lo está".
Habrá en la campaña, sí, ajustes puntuales. Por ejemplo, mañana, en Valencia, el argumento central será un alegato contra la corrupción política, de la que Camps se ha convertido en símbolo.
El PSOE echa el restoEn la idea de que lo que pueda cambiar cambiará este fin de semana, el PSOE ha programado para mañana y pasado sus actos más potentes. Zapatero volverá a enfrentarse al miura de las plazas de toros de Valencia y Zaragoza, donde el PSOE espera reunir a unas 12.000 personas en el coso valenciano se ha llegado a las 30.000 cuando el viento soplaba a favor.
Zapatero pronosticó que mañana comenzará "la remontada" del PSOE, pero este viernes sufrió el segundo pinchazo de la campaña el primero fue en León. Aunque se eligió un recinto más pequeño de la habitual el Palacio de Deportes de Inca, ni achicando el aforo con el escenario ni esponjando a los 2.500 simpatizantes que acudieron se pudieron disimular las notables calvas de cemento en las gradas laterales.
A falta de algo mejor que ofrecer, el PSOE divulgó este viernes a bombo y platillo que ha ganado las elecciones municipales en Facebook, pero por más que lo virtual se esté imponiendo también en las campañas, los votos aún son reales: de cabeza y corazón, en sobre de papel.
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