A Zapatero le ha salido un 'algarrobico' en la cara
Greenpeace convierte al presidente del Gobierno en el blanco de las iras de los ecologistas en su última campaña contra el hotel
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A Zapatero le ha salido un grano en la cara (y éste ha comenzado a multiplicarse a una velocidad pasmosa). Greenpeace ha convertido su rostro en el blanco de todos los ciudadanos disconformes con el hotel de Azata del Sol en la playa de El Algarrobico, que pueden entrar en la web Te ha salido un algarrobico para protestar contra el establecimiento "ilegal".
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La organización ecologista, que presentó una denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción para que investigue las presuntas ilegalidades que podrían haber sido cometidas en torno a la construcción del hotel en Carboneras (Almería), pretende con su nueva campaña que los contrarios al hotel expresen su ira y le pongan un grano en la cara del presidente del Gobierno, en cuyas manos —a juicio de Greenpeace— está la desaparición del edificio.
"El hotel ilegal de El Algarrobico se ha convertido en un incómodo ejemplo de la destrucción del litoral español", explica en un comunicado Greenpeace, que también hace responsable de la demolición a la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, y al presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán.
La campaña, que también está siendo difundida por los usuarios de redes sociales, muestra imágenes de la mole edificada a escasos metros del mar, acompañadas por frases como éstas: "El Algarrobico es un grano que nos ha salido a todos. Un hotel ilegal construido en uno de los últimos parajes vírgenes de costa que nos quedan. Plántale un algarrobico a los que han olvidado que es un problema de todos. Ayudanos a demolerlo".
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A continuación, indica cuantos algarrobicos —o sea, granos— le han salido a Zapatero en la cara e invita a los visitantes a plantarle uno más. Álex, por ejemplo, ha adjuntado un mensaje: "¿Qué esperan las autoridades para demoler un hotel ilegal?". Manuel, más conciso, ha acompañado su forúnculo con un "Basta ya". La iniciativa de Greenpeace, pese a su originalidad, no permite explotar los granos.