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Zapatero: "Lo capital es la protección social, no el gasto"

Las propuesta fiscal del Gobierno recibe críticas de todo el arco parlamentario. El presidente apela a la solidaridad de los que más tienen para justificar un alza del 1,5% en la presión fiscal

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Zapatero saboreó ayer, durante el Pleno monográfico del Congreso sobre Economía, la soledad que durante el último año y medio ha sufrido su grupo parlamentario. Desde derecha e izquierda, todos los grupos cargaron contra un presidente empeñado en adoptar una imagen templada, más preocupado de ser didáctico que incisivo. Por exceso o por defecto, cada medida, cada cifra que ofreció, fue recibida con un chorreo de críticas por parte de la oposición.

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Un claro ejemplo fue la subida fiscal. Zapatero concretó por primera vez el alcance de su reforma. "Quedará, en todo caso por debajo del 1,5% del PIB" explicó. La cifra no es aleatoria. El presidente dejó claro que, pese al incremento, la presión fiscal seguirá siendo menor que en 2004, cuando el PSOE llegó al Gobierno. Entonces suponía el 34,5% del PIB. Tras la reforma, como mucho alcanzará el 34,33%.

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Nadie quedó satisfecho. Mientras CiU y el PP reafirmaban su oposición frontal, la izquierda pedía más. Las Sicav, el impuesto de patrimonio, los deportistas profesionales o una mayor progresividad fiscal se acumulaban entre las reclamaciones de sus posibles socios parlamentarios.

De nada sirvió que Zapatero tratara de situar el debate fiscal en un eje izquierda-derecha. El presidente aseguró que pedirá "un poco más de esfuerzo" a quien pueda darlo para que "toda la sociedad vea cómo apoyamos a los más débiles". Con la misma idea trataba mientras de mantener a raya a Rajoy. "Para usted el tema capital de nuestra economía es reducir el gasto público. Yo tengo que discrepar. El tema capital es mantener la protección social a las personas".

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La respuesta de Joan Ridao (ERC) fue demoledora: "Deje de hacer el papel de Robin Hood, que roba a los ricos para dárselo a los pobres".

La oposición frontal de los grupos se extendió al diagnóstico de la crisis. En esta ocasión, Zapatero aceptó las críticas. Mirando a la bancada conservadora, aceptó que en un primero momento el Gobierno creyó que sólo ibamos a sufrir una "desaceleración". "Reconozco mi error, ya se que alguno de los que suben a hablar en esta tribuna nunca se equivoca, yo sí", reconoció con cierta ironía.

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También puso fecha al suelo de la depresión. Según Zapatero, "hay indicios consistentes de que el peor momento de la recesión" tuvo lugar entre "el último trimestre de 2008 y el primero de 2009". ¿Supone que eso que la recuperación es inminente? Para el presidente, no. Es más, advirtió que se tardará en "digerir los efectos de la crisis", especialmente en materia de empleo.

El tono conciliador de Zapatero provocó que cuajaran unas tímidas propuestas de pacto, más aparentes que reales. En este sentido, el presidente invitó a Rajoy a consultar con él en Moncloa la cuentas del Estado. También aquí deslizó un toque de sarcasmo: "Venga con algún ejemplo. Debería sentarse antes con Gallardón o Camps para ver que han hecho con los impuestos y el endeudamiento". El presidente prefirió no recordar la exigencia previa de Rajoy, no subir impuestos, para concertar una reunión.

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Más factible parece la otra concesión de Zapatero. Ante las peticiones reiteradas, el jefe del Ejecutivo aceptó participar en un debate monográfico sobre Educación y Energía. La fecha, sin embargo, quedó en el aire.

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