Este artículo se publicó hace 16 años.
Zapatero apuesta por el diálogo y no descarta "cauces de colaboración estables"
El candidato a la Presidencia del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha asegurado hoy que su "pauta esencial de comportamiento" en la legislatura será el diálogo y ha avanzado que, entre los "muchos escenarios de encuentro posibles", no descarta "cauces de colaboración estables y predecibles".
Zapatero ha abierto la última jornada de la sesión de investidura en el Congreso recordando sus compromisos de gobierno y ha recalcado su interés en buscar acuerdos, tanto con los grupos que se van a abstener en su investidura, como con los que votarán en contra.
El líder del PSOE ha vuelto a hacer referencia a cuatro áreas en las que buscará el acuerdo de todos, pero que, ha dicho, "requieren la colaboración singular de la primera fuerza de la oposición".
Se ha dirigido así directamente al PP para trazar y apoyar "una estrategia antiterrorista compartida por todos para vencer a ETA"; renovar el Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional; definir las prioridades de la Presidencia española de la UE en 2010, y modernizar la Administración de Justicia.
Zapatero se ha mostrado convencido de que la España "democrática, pluralista y diversa" sólo se puede gobernar bien con diálogo y buscando acuerdos.
En este contexto se ha comprometido a apostar por el diálogo con sindicatos y empresarios, a practicar "con la máxima lealtad" el diálogo con las Comunidades Autónomas y a "ejercer el diálogo político para reforzar mayorías y llegar a acuerdos en los asuntos de Estado con todos los grupos y, en especial, con el principal partido de la oposición".
Zapatero ha reconocido que la "clara" mayoría que tiene el PSOE con 169 escaños en el Congreso no es suficiente y ha garantizado que buscará siempre el respaldo de otros grupos y que cultivará con todos "esos lugares de encuentro".
Como ya hizo el pasado martes, ha pedido la confianza de la Cámara para llevar a la práctica una "idea de España" progresista, integradora y justa que, según ha dicho, aunque es defendida de forma autónoma por los socialistas, puede ser compartida por la mayoría del Congreso.
Se trata de una España "en continuado crecimiento económico" que atienda a los ciudadanos ante la desaceleración, "de amplias y robustas políticas sociales", con empleo más cualificado y estable, y que integra su diversidad con respeto.
"Un país seguro y política y socialmente unido contra la amenaza y la violencia terroristas", con voz propia en el mundo en defensa de la paz, una España de ciudadanos libres y "más cultos", ha continuado.
Entre sus promesas más relevantes, ha reiterado que el Gobierno responderá a los efectos de la crisis mundial sobre la economía española, "con urgencia, con medidas de alcance coyuntural y reformas y medidas a más largo plazo", promoviendo para ello un diálogo "inmediato" con los agentes sociales.
Zapatero ha garantizado también que el Gobierno tendrá "una indiscutible personalidad social", "no descansará hasta que nunca más una mujer sufra la violencia machista" y adecuará la inmigración a las circunstancias del mercado de trabajo.
Para que el Estado sea eficaz, se ha comprometido a reformar el Gobierno, la Administración General del Estado y la Justicia.
En política exterior ha vuelto a apostar por la UE, América Latina y África; "quiero que el nombre de España se identifique para siempre con la paz y la legalidad internacional, con la lucha contra el hambre, con la ayuda al desarrollo", ha manifestado.
Zapatero ha recalcado también su apuesta por lograr "un nivel de excelencia" en la educación y ha insistido en su compromiso con la lucha contra el cambio climático.
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