Voces a favor y en contra de la eutanasia pasiva
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Enrique Rojas, psiquiatra
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No se trata de desenganchar lo que está enganchado, sino de no llegar a engancharlo, si esa persona ya está en los últimos tramos de su vida. El respeto a la vida debe ser desde la concepción hasta la muerte. La muerte es uno de los acontecimientos esenciales de la vida y uno muere como ha vivido. No a la eutanasia. Ni a la activa ni a la pasiva.
Creo que siempre se debe respetar la voluntad de cada uno. En este caso, se debe de hacer lo que diga el paciente. Si este no está consciente y nunca ha dejado constancia de su voluntad, deberían decidir sus familiares, asesorados por los médicos. Desgraciadamente, cuando uno está enfermo, todo el mundo opina por él.
Lo que no se debe hacer es prolongar la vida de una persona innecesariamente, mediante medios mecánicos, porque eso no es una muerte digna. Lo humano es dejarle morir en paz, desengancharle de aquello que le mantiene vivo. Si el paciente tiene conciencia propia, estaría incluso a favor de una eutanasia más activa.
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La eutanasia es un tema muy delicado y personal. Considero que mientras hay vida hay esperanza. Mientras se depende de una máquina, la ciencia puede evolucionar para mejorar la salud del paciente y salvarle. Pero también es cierto que si estos avances no llegan, es la familia quien tiene que decidir qué hacer en ese momento.
Sin dolor, salvo que el paciente moribundo hubiera expresado su voluntad previamente, cuando estaba bien, creo que se debe de mantener la conexión a la máquina. Si el dolor no fuese calmable (creo que la ciencia puede calmar el dolor de un moribundo) y el paciente no se hubiera pronunciado, se debería acudir a la opinión de los familiares.