Este artículo se publicó hace 16 años.
La visión realista de la mafia de "Gomorra" gusta mucho en Cannes
"Gomorra", la primera película italiana a concurso en la competición oficial de Cannes, gustó hoy y mucho en su primera proyección en el Festival, por su dura y realista visión de la mafia desde la vida diaria de sus peones menos importantes.
El director, Matteo Garrone, que realizó el filme sobre una polémica y exitosa novela de Roberto Saviano, recibió la mayor ovación de la prensa hasta ahora en Cannes en su comparecencia tras la proyección.
Un filme que cuenta, sin juicios morales ni concesiones, la vida de un complejo de edificios en Nápoles en los que la ley la marcan los clanes mafiosos y en los que los niños crecen rodeados de drogas, de armas y de violencia.
En la película no falta el adolescente que quiere entrar en la mafia, un par de jóvenes descerebrados que quieren ir por libre, un hombre de aspecto respetable que lo es sólo en ese aspecto, el que tiene escrúpulos y sabe salirse a tiempo, la madre que sufre la venganza por los actos de su hijo o el que se ve envuelto en una vida que no quiere.
Quizás es que es la única imagen posible de la mafia.
Lo original del punto de vista es que muestra la vida diaria de estas personas de forma muy cruda y sin ningún tipo de adorno, además de con una estética cercana a la del documental.
Lo mejor, sin duda, la emotiva historia de un sastre (vulnerable Salvatore Cantalupo) que trata de ganarse un poco de dinero y de respeto traicionando a los suyos para ayudar a los chinos, la nueva forma de mafia que está entrando en Nápoles.
La película es sólida, está bien interpretada y es muy honesta en su visión hiper-realista de un problema que, por lo que deja ver, tiene poca solución, pero no aporta grandes novedades a la idea que ya teníamos de la mafia.
Aunque quizás ese era el objetivo del director. "He querido que la película transmitiera el olor, el espíritu de esa realidad", dijo Garrone en rueda de prensa.
"He querido contar y no difamar la mafia", insistió Garrone, que explicó que en Italia cuando se cuenta algo del propio país se recibe una acusación de difamación.
"No entiendo por qué cuando directores americanos o israelíes cuentan su país, se les considera autores necesarios, y cuando un italiano hace lo mismo, se le acusa", afirmó.
En su opinión, contar algo como la historia de su película es "realizar una operación de realidad. El silencio que a menudo guardamos sobre lo que ocurre en nuestro país es una manera de coartada" .
"En Italia estamos cansados de la imagen folclórica de la criminalidad y del poder de los empresarios que ofrece la ficción", aseguró el director.
Junto a él estaba el escritor Roberto Saviano, de tan sólo 29 años y que, desde la publicación del libro en 2006, vive bajo protección oficial.
Sin embargo, Saviano aseguró no sentirse más en peligro ahora con el estreno del filme por el hecho de que su imagen se distribuya de forma internacional.
"El riesgo no llega por lo que escriben o lo que dicen. Es por la gente a la que le llega lo que se ha contado", precisó.
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