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Sólo Veronica logra contener el machismo de Berlusconi

El primer ministro italiano elimina de la lista a las europeas a varias candidatas vedettes

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Se dice de ella que es la única persona en Italia capaz de hacer oposición ahora mismo a Silvio Berlusconi. Veronica Lario, esposa del primer ministro italiano, ha conseguido frenar la apuesta de su marido por convertir en reclamo electoral a mujeres cuyo principal mérito reconocido era saber bailar, cantar o actuar en la pequeña pantalla. Ayer mismo, Berlusconi eliminó de su lista para las elecciones europeas a los nombres que habían creado mayor escándalo en Italia, aunque no renunció a Bárbara Matera, una actriz que se dio a conocer gracias a un programa de la cadena pública RAI.

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El primer ministro se justificó diciendo que "la señora" refiriéndose a su mujer "se ha creído lo que han dicho los periódicos. Lo lamento".

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Lario ha logrado que Berlusconi diera un leve paso atrás a base de ventilar en público intimidades familiares y de retratar a su marido como un "emperador" que se divierte con una corte de bellas mujeres a su alrededor. Es la segunda vez que la primera dama italiana estalla, harta de las actitudes de Berlusconi que para su marido son galanterías pero que para esta ex actriz son una humillación machista no sólo hacia ella sino hacia todas las mujeres.

"Lo que emerge hoy es el descaro y la falta de pudor del poder, que ofende la credibilidad de todas. Y esto va en contra de las mujeres en general, y sobre todo aquellas que han estado y están en primera línea por sus derechos", dijo Lario cuando la agencia Ansa le preguntó qué le parecían los fichajes de su marido para las elecciones europeas. La prensa había puesto en circulación los nombres de mujeres que saltaron a la fama gracias a los programas de la televisión italiana, plagados de vedettes cuyo papel suele reducirse a bailar y enseñar sus curvas. Además, la semana pasada el partido de Berlusconi, Pueblo de la Libertad, había convocado a varias de ellas a un curso acelerado sobre la Unión Europea apadrinado por su líder, que las llamó "los nuevos rostros" para "mejorar la imagen de Italia".

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La gota que acabó de colmar el vaso de la señora Berlusconi fue ver a su marido en la fiesta de puesta de largo de Noemi, una joven showgirl napolitana que le llama "papi" y a quien el primer ministro regaló un collar. "Me ha sorprendido mucho, porque no ha venido nunca a la fiesta de ninguno de sus hijos, aunque había sido invitado", dijo. Il Cavaliere explicó ayer que conoce a la joven desde hace muchos años, pues es la hija del chófer de Bettino Craxi, el histórico ex primer ministro socialista que huyó a Túnez tras la operación Manos Limpias y que estuvo muy ligado a los inicios de Berlusconi como empresario. También aseguró que se siente muy querido por sus hijos.

Con su puñetazo sobre la mesa, Verónica Lario ha conseguido eliminar de la lista a la que toda Italia conoce como "la pelirroja de Berlusconi": Angela Sozio, una concursante de Gran Hermano que apareció en una foto del semanario Oggi mano con mano del primer ministro durante una fiesta en la villa que el político y magnate mediático posee en la isla de Cerdeña. En la imagen, el gobernante aparecía con otras mujeres definidas por la revista como "el harén de Berlusconi". Tampoco han conseguido prosperar las candidaturas de las actrices y modelos Eleonora Ga-ggioli y Camilla Ferranti.

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Ya en 2007, Lario pidió a su marido a través de La Repubblica que se disculpara por haberle dicho a la showgirl Mara Carfagna que si no hubiera estado casado, la tomaría en matrimonio. Él rectificó y a principios de año incluso compuso una canción para el Festival de San Remo, Pero si te pierdo, que según la prensa pretendía reconquistar a su esposa. Eso sí, una vez hechas las paces con su mujer, a Carfagna la convirtió en su ministra de Igualdad de Oportunidades. Y eso que cuando el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero nombró a igual número de mujeres que de hombres en su segundo Ejecutivo, Berlusconi le auguró "muchas dificultades" por configurar un Gobierno "tan rosa".

En Italia, dijo entonces el líder de la derecha, "no es fácil encontrar mujeres protagonistas preparadas para la actividad de gobierno". Un argumento que ahora le refutan tanto su mujer como su lugarteniente, Gianfranco Fini, además de la oposición.

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El machismo de Berlusconi tiene otros episodios emblemáticos. El año pasado explicó así su confianza en ganar las elecciones: "Nuestras mujeres candidatas son más hermosas, en el Parlamento no tienen competencia". En otra ocasión, les dijo a unos empresarios estadounidenses en Nueva York: "Una razón para invertir en Italia es que tenemos bellísimas secretarias". Y hasta presumió de que para conseguir la sede de una institución europea en Parma, le bastó con desplegar sus "tácticas de playboy" ante la premier finlandesa, Tarja Halonen.

Con estos precedentes, a pocos les extraña que ayer, aparte de Bárbara Matera, Berlusconi se sacara de la chistera a otras dos jóvenes discutidas en privado por parte de su partido, pero no tan despampanantes como Lazio o Gaggioli. Son Lara Comi, coordinadora de los jóvenes de Forza Italia en Lombardía, y Licia Renzulli, fisioterapeuta. Berlusconi justifica la inclusión de Matera porque es "la prometida del hijo de un prefecto amigo de mi subsecretario Gianni Letta". A las tres, subrayó ayer Il Cavaliere, "las llevaré conmigo en campaña electoral y les diré: ¿Vosotras sois comparsas?. Luego las dejaré hablar y este será el esquema de cada acto, y haremos una gran figura".

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Berlusconi está seguro que la polémica no le hará ningún daño, es más, se volverá en contra de sus adversarios de la izquierda. Al final, él lo único que pretende con sus fichajes de mujeres guapas, asegura, es eliminar de la política a "los parlamentarios mal vestidos y malolientes". Una particular misión de la política la que se ha impuesto el nuevo emperador italiano.

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