Este artículo se publicó hace 15 años.
La verdadera vida de Phileas Fogg
La vida de George F. Train inspiró La vuelta al mundo en 80 días
El 22 de enero de 1904, el periódico The New York Times dedicó un obituario al Citizen Train. Un genio, un hombre excéntrico, un patriota, decían algunos. Un loco que arruinó su vida, pensaban otros. Una de las pocas "personas sanas en un mad, mad world", escribió The Thrirteen Club. George Francis Train era uno de sus socios, y mientras la prensa estadounidense intentaba entonces hacer la lista de todas sus hazañas, Train se quedó en los libros de Historia como la figura que inspiró a Julio Verne. Train era el verdadero Phileas Fogg, aunque no dio sólo la vuelta al mundo en 80 días; lo hizo tres veces y en menos tiempo.
El héroe del escritor francés era elegante, nacido en una acomodada familia inglesa. Nada que ver con Train, quien tan sólo compartía con Fogg su ansía por conquistar el mundo. La historia de Train se confunde tanto con sus peripecias, que poco se sabe de su vida. Descrito como un hombre impulsivo y excéntrico, nació el 24 de marzo de 1829 en Boston, aunque sus padres y tres hermanas fallecieron de la fiebre amarilla cuando la familia vivía en Nueva Orléans. El joven George fue educado por sus abuelos maternos, metodistas conservadores. Desde ese momento, su ambición era levantar un imperio.
Train era un hombre excéntrico, obsesionado por conquistar el mundoTrain se casó en 1851 y, dos años después, se marchó a Australia, tierra virgen y rica en oro. Una experiencia en los transportes le convirtió en una referencia en el sector de las infraestructuras y, a partir de 1855, multiplicó las relaciones entre Boston y Australia. En los años 1860, consiguió organizar una red de tranvía en la ciudad británica de Birkenhead y en Londres. Reivindicaba el capitalismo como único modelo se sociedad viable, aunque también respaldaba actividades por la igualdad de derechos. Durante la guerra civil estadounidense (1861-1865), consiguió ser uno de los portavoces de los estados del Norte, opuestos a la esclavitud, y financió la revista The Revolution, dedicada a los derechos de la mujer.
Gloria robadaEn la prensa, Train era "el bien conocido neoyorkino", quien no defraudaba a nadie cuando se le ocurría una de sus extravagancias. Cuando, en 1869, se cerró el Canal de Suez, nadie veía posible dar la vuelta al mundo en 80 días, cálculo considerado entonces como posible. Pero Train sabía que podía conseguirlo y, en julio de 1870, partió con su primo George Pickering Bernis, desde París. Julio Verne publicó las aventuras de Phileas Fogg en noviembre de 1872. "Me han robado la gloria", lanzó un Train celoso del éxito de su imaginario competidor. Train pasó por Egipto, Bombay, Calcuta, Hong Kong, Tokio, San Francisco y Nueva York antes de regresar a París. Y si no fuera por su detención en Lyon durante dos semanas, hubiera conseguido dar la vuelta al mundo en 80 días.
Luchó contra los racistas Estados del Sur, aunque también quería ser dictadorDescrito como un hombre vehemente y caprichoso, Train partió de nuevo en 1890 y consiguió dar la vuelta en 67 días. Ya era conocido por su candidatura a la presidencia de EEUU; su programa consistía en imponer una dictadura. En 1892, cuando ya tenía más de 60 años, lo hizo en dos meses. Tuvo cuatro hijos, aunque él vivió solo casi todo el final de su vida.
Residía en el Mills Hotel Nº1 de Nueva York, aunque pasaba la mayoría de su tiempo en un parque, hablando con animales. Cayó enfermo de viruela en 1903 y falleció el 5 de enero del año siguiente. Las flores ofrecidas para su entierro fueron distribuidas a niños enfermos en los hospitales de la ciudad.
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