"En la venganza contra 'el clan de la ceja', la hostia la recibimos todos"
El cantante y el compositor lanzan su nuevo trabajo 'La Nave de los locos'
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El Loco está de vuelta, y no viene solo. Su compañero de viaje es un viejo amigo, Sabino Méndez, el compositor de los mayores éxitos del cantante durante su etapa con Los Trogloditas con el que rompió su relación durante más de 15 años. La reconciliación que hoy lucen se cocinó poco a poco. Hoy, como ellos dicen, son dos catalanes que han grabado en Madrid "en estos días en los que se buscan confrontaciones". Un buen ejemplo de dos tipos que saben hacer las paces a pesar de todo. Si Sabina y Serrat presentaron La Orquesta del Titánic, Loquillo y Sabino presentan La Nave de los Locos. Se trata de llevar el barco a buen puerto y ellos están dispuestos. Un nuevo trabajo con letra y música de Méndez y con Jaime Stinus en los mandos de la producción. Diez temas para demostrar que la "calle está ardiendo". Sin nostalgia y con la madurez que te impregna pasar de los 50. De los Trogloditas sólo queda el recuerdo. "Fue una vida llevada tan al límite que ahora pensamos cómo podíamos vivir así", asegura Méndez. "¿Cómo hemos llegado hasta aquí?", pregunta Loquillo entre risas.
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Para empezar a bocajarro, me gustaría pediros que os definierais el uno al otro.
Sabino Méndez: Loquillo es la imagen de lo que sería el rock en español, representa toda una manera de hacer música y toda una época. Es mi amigo del barrio, de cuando éramos jóvenes. Es muy fuerte que tu mejor amigo de la pandilla del barrio se haya convertido en el estereotipo del rock&roll.
Dicen que el rock&roll no puede quedarse al margen de la realidad...
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Las letras del disco son muy de calle y el montaje musical tiene un sonido bastante cuidado...
Sabino: El arte es fruto de la observación, las grandes obras de arte se han hecho observando la realidad. No creo que tengamos una vocación específicamente realista, sino simplemente somos rock y el rock vive de eso, de contar lo que pasa por la calle, y cualquier cosa que cuentes de lo que ves alrededor, si lo cuentas con pasión, con ganas de que sea verídico... lo que intentamos cuando hacemos una canción es que parezca que va a cambiar la humanidad. No somos ingenuos, sabemos que no es así, pero intentamos vivirla como si fuera lo más importante de este mundo.
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A nivel musical, ¿ha habido un cambio?
Loquillo: El disco tenía que tener el clasicismo de las canciones de Sabino e incorporar los últimos movimientos que tanto él como yo hemos hecho musicalmente. Pero insisto, yo creo que es un disco de rock español. Punto. Es un símbolo. De malta. Y es así como hay que tomarlo. Puede empezar con estilo y acabar con otro, pero son todos los estilos que hemos trabajado a lo largo de estos años.
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Sabino: Tiene un punto más europeo que el rock anglosajón. Es un poco más realista, no tan de calle como el anglosajón. Ese punto europeo nos gustaría conservarlo siempre, de alguna manera, porque somos grandes admiradores del rock hispano y de gente más allá del océano. De cualquier manera, siempre seremos gente de calle, como Bob Dylan, cantautores eléctricos que están a pie de acera, eso sí que es importante no cambiarlo.
¿A lo largo de todo este tiempo, qué ha envejecido mejor vosotros o las canciones que habéis hecho?
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Loquillo: Yo creo que son las canciones las que nos mantienen jóvenes y tampoco quiero decir que soy joven, sino que sería absurdo que jugáramos, como muchos compañeros de generación, a seguir teniendo 25 años. A nosotros nos encanta cumplir años y vernos así y si seguimos en esto quizás es porque esas canciones nos retroalimentan continuamente y nos hacen plantearnos nuevos retos cada día. Pero insisto en que me encanta la edad que tengo. Y espero que me siga gustando tanto yo dentro de 10 años.
Loquillo: Las culturas incivilizadas o por civilizar respetan muchísimo a la gente mayor, cuentan con ellos para todo. Nosotros, en cambio, somos una civilización que desprecia totalmente eso.