Este artículo se publicó hace 16 años.
Vásquez dice que el cuento es tan distinto de la novela como la poesía de la épica
El escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez, que acaba de publicar en España el libro de cuentos "Los amantes de Todos los Santos" después de la novela "Historia secreta de Costaguana", ha dicho que "el cuento es tan distinto de la novela como la poesía de la épica".
Escritos en 2004, "Los amantes de Todos los Santos" (Alfaguara) había tenido una edición minoritaria en Colombia, que el autor ahora ha actualizado, corregido y aumentado con algún relato inédito.
En una entrevista concedida a Efe, Vásquez considera este libro de relatos su "primer libro maduro" y los siete relatos que lo integran comparten, dice, "el mismo clima emocional y espacio geográfico".
Justifica esta armonía en sus cuentos por "una obsesión por la unidad" que le aleja de la concepción del libro de cuentos "como un cajón en el que vas añadiendo un relato tras otro".
Aunque los siete cuentos están ambientados en Francia y Bélgica, donde el autor vivió entre 1996 y 1999, todos fueron escritos cuando se instaló en Barcelona y por eso "están llenos de ingredientes autobiográficos o vividos".
El lector español, asegura, descubrirá "una faceta diferente" del autor de "Los informantes" e "Historia secreta de Costaguana", pues "el género del cuento ni siquiera pertenece a la misma familia de la novela y es son tan distintos como puedan ser la poesía y la épica".
Precisa que "el cuento se concentra en algo que los cuentistas suelen llamar la epifanía, un momento que sorprende a todos los personajes, mientras que la novela funciona más por acumulación de datos" y reconoce que "todo autor que practica el cuento y la novela es un escritor dividido".
A su juicio, esta situación resulta "totalmente esquizofrénica", porque se trata "dos estados mentales diferentes, algo que no entendieron grandes cuentistas que no consiguieron escribir una buena novela o viceversa".
El gran mérito del cuentista es que "tiene que enfrentarse a la página en blanco tantas veces como relatos hay en el libro, mientras que el novelista vive esta experiencia sólo una vez".
En el caso de Vásquez esa esquizofrenia se multiplica, porque diversifica sus intereses según escriba cuentos o novelas: "mis novelas son macrorretratos de la historia de mi país, como pasa con las novelas de Philip Roth, y los cuentos son terriblemente intimistas, que hablan de rupturas, infidelidades, amores".
Aunque algo está cambiando en su literatura: "desde hace dos años trato de demostrarme que estaba equivocado e intento hacer cuentos que incluyan un poco más aspectos sociales y políticos".
Vásquez necesita del poso del tiempo para poder escribir sobre su propia experiencia en un lugar geográfico concreto, como demuestra que "no pude hacer mi primera novela sobre Colombia hasta 2004, ocho después de haber salido de allí".
Y ahora le pasa lo mismo: "He tenido que esperar nueve años desde que me instalé con relativa firmeza en Barcelona, para comenzar a tratar España como elemento de ficción".
Otro de los ejes centrales de sus cuentos es la "fatalidad", que traslada a sus personajes a "una especie de lucha contra algo que ya tienen predeterminado, como sucede en las tragedias griegas".
Percibe que esa idea de "sistema" que funciona en sus libros de cuentos no se suele practicar en España: "el resultado es que hay libros tremendamente desiguales que al final son más antologías personales que no libros de cuentos".
En la actualidad, Vásquez ya ha comenzado una nueva novela "colombiana", que es "el instrumento ideal para explorar los elementos oscuros de mi país, que me permiten entenderlo mejor".
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