Este artículo se publicó hace 15 años.
Uribe, a un paso de su segunda reelección como presidente de Colombia
El calculador presidente colombiano, Álvaro Uribe, camina firme hacia su segunda reelección después de que el Congreso de su país diera luz verde a la polémica ley de referéndum que le permitiría permanecer cuatro años más en el poder.
El único líder de la derecha en Sudamérica y obsesionado con pasar a la historia como el artífice de la muerte de las FARC no ha dicho, sin embargo, públicamente si quiere seguir siendo presidente, pese al operativo que han puesto en marcha sus correligionarios para organizar el plebiscito.
Uribe llegó al poder con mayoría absoluta en 2002, cuando Colombia se desangraba en una cruenta guerra y sus compatriotas solo reclamaban paz.
Impuso su política de "seguridad democrática", facilitó un acuerdo de paz con las temidas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y sentó las bases para la desmovilización de casi 50.000 hombres en armas, entre guerrilleros y paramilitares.
Los colombianos volvieron a viajar sin temor por las carreteras del país, mientras la inversión extranjera regresaba.
Seguro de que su proyecto era a largo plazo, se presentó a la reelección en 2006 tras una polémica enmienda a la Constitución, aprobada gracias al voto de dos tránsfugas que terminaron en prisión.
A Uribe se le complicaron más las cosas en 2007 por el escándalo de la "parapolítica", que llevó a decenas de congresistas de su partido a la cárcel por sus vínculos con paramilitares, entre ellos su primo Mario Uribe.
Aun así mantuvo la frialdad y, sobre todo, índices de popularidad superiores al 70 por ciento.
Álvaro Uribe Vélez nació el 4 de julio de 1952 en Medellín; fue un estudiante brillante, se doctoró en Derecho y Ciencias Políticas en su ciudad natal y completó estudios de Administración y Gestión en Harvard (EEUU) y en Resolución de Conflictos en Oxford (Reino Unido).
Este disidente del Partido Liberal fue alcalde de Medellín (1982-83), concejal (1984-1985), senador (1986-1994) y gobernador de Antioquia (1995-1997).
Como gobernador mantuvo una posición firme contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y promovió las "Convivir", asociaciones de vigilancia rural y germen del paramilitarismo, lo que le acarreó ser víctima de varios atentados guerrilleros de los que salió ileso.
Pero lo que verdaderamente marcó su vida fue el asesinato de su padre, el hacendado Alberto Uribe Sierra, a manos de las FARC.
Desde entonces sólo busca acabar con este grupo guerrillero, el más antiguo de América, y por ahora le ha asestado los mayores golpes de sus 40 años de existencia.
Los más sonoros operativos militares fueron la "Operación Fénix", en la murió el "número dos" de las FARC, "Raúl Reyes", y la encubierta "Operación Jaque", por la que se liberó a un grupo de rehenes, entre ellos Ingrid Betancourt, ambas en 2008.
Acciones no exentas de controversia, ya que la primera, en territorio ecuatoriano, llevó al Gobierno de Quito a romper relaciones con Colombia y a una gran tensión con Venezuela.
Durante los años en que George W. Bush ocupó la Casa Blanca, Uribe fue su principal aliado en Sudamérica y se benefició del Plan Colombia, por el que Washington ha otorgado desde 2001 más de 6.500 millones de dólares para la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.
Con la llegada al poder de Barack Obama, y con el ánimo de mantener esa relación, negoció un acuerdo militar con Estados Unidos por el que militares de ese país pondrán usar bases colombianas para la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.
Algunos países vecinos, sin embargo, ven con malos ojos ese acuerdo al creer que supone una amenaza del "expansionismo gringo" en Sudamérica, especialmente después del cierre de Manta, en Ecuador, la única base militar que Estados Unidos mantenía en la región.
De temperamento enérgico, trabajador incansable y un férreo católico, Uribe practica yoga, es madrugador y cada fin de semana lidera sus "consejos comunitarios", una peculiar forma de gobernar por la que escucha directamente en distintos lugares del país a las comunidades exponer sus problemas.
Su escaso tiempo libre lo dedica al cuidado de sus fincas y sus caballos en los departamentos de Antioquia y Córdoba.
Álvaro Uribe está casado con Lina Moreno y tiene dos hijos, Tomás y Jerónimo Alberto, ambos empresarios.
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