La Unión Africana (UA) reclamó a los militares implicados en la rebelión iniciada ayer en Guinea Bissau que "se abstengan de realizar cualquier acto susceptible de tener un efecto desestabilizador sobre el funcionamiento normal de las instituciones democráticas".

El presidente de la Comisión, Jean Ping, en un comunicado remitido hoy a Efe, hace un llamamiento "a todos los elementos implicados (en la asonada) de las Fuerzas Armadas de Guinea Bissau al pleno respeto a la disciplina republicana".

Ping muestra en la nota su "profunda preocupación por las acciones realizadas por elementos de las Fuerzas Armadas contra personalidades del Gobierno e Instituciones" y considera que "estos hechos "prueban la frágil situación del país así como la necesidad de reformar el sector de la defensa y la seguridad".

Por ese motivo, reitera el jefe ejecutivo de la UA la disposición de la organización panafricana "a acompañar a las autoridades de Guinea Bissau en sus esfuerzos para la recuperación del país, en colaboración con la CEDEAO, Naciones Unidas y la comunidad internacional en su conjunto".

Además de la UA, la ONU, la Unión Europea, Estados Unidos, Portugal -la antigua potencia colonial-, Brasil, Francia, Mozambique y otros países han pedido respeto a la democracia y al orden constitucional a los militares implicados en la rebelión.

Por su parte, la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), a la que pertenece Guinea Bissau, en un comunicado inusualmente duro, advirtió de las graves consecuencias que tendría para el país que los militares amotinados derrocaran al Gobierno elegido.

Nada más conocerse que un grupo de militares había detenido al primer ministro de Bissau, Carlos Gomes Junior, la CEDEAO advirtió que, de confirmarse el golpe de estado, este "acto de indisciplina" tendría una "respuesta contundente y graves consecuencias".

La situación en Bissau es confusa y, aunque el presidente del país, Malam Bacai Sanha, ha dicho que "la situación está bajo control" y que se trata de un "conflicto entre militares", los participantes en la asonada mantienen al primer ministro en su domicilio, bajo vigilancia, en una situación poco clara.

Además, el jefe de los rebeldes, el coronel Antonio Indjai, se ha autoproclamado jefe del Estado Mayor Central de las Fuerzas Armadas y mantiene detenido al titular, almirante José Zamora Induta, y otros cuarenta oficiales, y ha amenazado con "disparar" contra posibles manifestaciones en defensa del Gobierno.