Este artículo se publicó hace 16 años.
La UE y Rusia buscan una voz común contra la crisis económica
La Unión Europea (UE) y Rusia comenzaron hoy una cumbre para intentar coordinar al máximo su posición sobre la crisis económica de cara a la cita del G-20 en Washington, así como para poner en marcha de nuevo las negociaciones para un acuerdo estratégico de asociación bilateral.
El presidente francés y de turno del consejo de la UE, Nicolas Sarkozy, y el jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, recibieron al líder ruso, Dimitri Medvédev, con quien además tratarán sobre conflictos como el surgido tras la guerra de Georgia, o sobre la amenaza de Rusia de instalar misiles en Kaliningrado, enclave ruso situado entre Polonia y Lituania.
Solana reconoció en declaraciones anteriores al inicio de la cumbre que "es verdad que las relaciones no se han normalizado totalmente", pero aseguró que el espíritu con el que todos acuden a la cita "es muy constructivo".
"Es la primera vez que vivimos una crisis económica de esta naturaleza, y por tanto todo el mundo tiene que poner su grano de arena para encontrar una fórmula", dijo.
Ayer Medvedev confió en ser capaces de encontrar "una sola voz" para la cumbre económica del G-20 (como se conoce al grupo de los veinte países industrializados y emergentes), a la que viajarán directamente desde Niza.
Además, las partes relanzarán las negociaciones para un acuerdo de partenariado estratégico, que sustituirá al firmado en 1997, y que debe proporcionar un contexto sólido para las relaciones comerciales bilaterales, en áreas como a energía.
"Sin duda vamos a relanzar las negociaciones porque creemos que es mejor para todos, para nosotros y para los rusos, tener un marco jurídico en el cual se producen nuestras relaciones", dijo Solana al respecto.
En cuanto a la energía, el jefe de la diplomacia de la UE aseguró que "la palabra que queremos usar los europeos es interdependencia", ya que "ellos tienen el gas y nosotros el consumo del gas".
"Todas las líneas de aprovisionamiento y la infraestructura van de Rusia a Europa, por tanto la única forma de vender su gas es a los europeos, por lo que estamos unidos unos a otros", afirmó.
La UE sigue dependiendo energéticamente de Rusia (40 por ciento del gas y 25 por ciento del petróleo).
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