Este artículo se publicó hace 16 años.
La UE y la OTAN creen que la victoria de Tadic en Serbia ayudará a la transición en Kosovo
Tras la victoria del europeísta Boris Tadic en las elecciones presidenciales serbias, la Unión Europea y la OTAN continúan sus preparativos para pilotar la transición de Kosovo hacia una independencia tutelada.
Las dos organizaciones han acogido con enorme alivio el triunfo del pro occidental Tadic, cuya reelección se espera que haga más fácil una salida controlada y no violenta a la crítica cuestión del futuro de la provincia secesionista de Kosovo.
"La comunidad internacional tiene que tomar una decisión sobre el estatus final de Kosovo. Mejor que haya ganado Tadic que no otros para la colaboración" serbia, dijo con toda claridad el alto representante de la Unión Europea, Javier Solana.
Los comicios han supuesto "un gran éxito" para Serbia debido a la elevada participación, que ha mostrado la voluntad de los ciudadanos serbios de "continuar el camino" hacia la integración en la UE, que se realizará, según prometió Solana, "lo más rápido posible".
Nadie duda de que si los resultados hubieran favorecido a Tomislav Nikolic, el candidato nacionalista, los albano-kosovares habrían proclamado su independencia "inmediatamente", como aseguraba hoy un embajador occidental ante la OTAN.
Con Tadic al frente de Serbia, la independencia kosovar "se retrasará algo", tal vez incluso hasta marzo según otras fuentes, lo que da más tiempo a la Unión Europea para tratar de atraerse a los serbios y preparar su propia presencia civil en Kosovo.
El comisario europeo para la Ampliación, Olli Rehn, confirmó que el próximo jueves la Comisión Europea (CE) y las autoridades serbias firmarán un acuerdo político interino que permitirá impulsar el diálogo y el acercamiento entre Belgrado y Bruselas, en espera del definitivo Acuerdo de Estabilización y Asociación.
Este último sigue supeditado a la captura y entrega de los presuntos criminales de guerra serbobosnios Ratko Mladic y Radovan Karadzic.
La UE podría conceder a Serbia el estatus formal de país candidato a la adhesión este mismo año, según Rehn.
De acuerdo con el reparto previsto de tareas, la UE se dispone a dar apoyo a las autoridades kosovares en la puesta en marcha de las estructuras administrativas de la nueva entidad que va a nacer, incluidas las labores policiales, de justicia y aduanas.
En su última cumbre de diciembre, los gobernantes comunitarios no fueron capaces de ponerse de acuerdo sobre la cuestión del reconocimiento del futuro nuevo Estado, pero sí decidieron unánimemente tomar el relevo de la misión de la ONU en Kosovo (UNMIK) y desplegar una amplia presencia civil.
Precisamente, la UE dio hoy su aprobación jurídica y financiera a la misión de unas 1.800 personas que se encargará de la administración policial y judicial de Kosovo durante su proceso de independencia de Serbia, informaron a Efe fuentes diplomáticas.
Con toda probabilidad, la independencia de Kosovo será reconocida por los grandes Estados europeos (Alemania, Francia, Reino Unido e Italia), pero no por la Unión como tal, ni por países como Chipre, Rumanía, Grecia o Eslovaquia.
España, que dio su apoyo en su día al plan del mediador internacional Martti Ahtisaari, no respalda una solución impuesta a Belgrado, pero ha anunciado que no pondrá en peligro la unidad de acción de la UE.
Paralelamente, las fuerzas de la OTAN, presentes en Kosovo desde que finalizó la ofensiva militar contra el Ejército serbio en 1999, seguirán ocupándose de mantener la paz entre la mayoría albanesa y la minoría serbia del territorio.
La OTAN, bajo la batuta de Estados Unidos, se ha mostrado mucho menos titubeante en sus planes respecto a Kosovo.
En diciembre, el Consejo Atlántico decidió que las fuerzas aliadas (15.000 efectivos aproximadamente, de los cuales 640 españoles) se quedarían en el territorio, con el fin de "proteger a toda la población" y de evitar estallidos de violencia.
Fuentes aliadas indicaban hoy que el temor principal se centra en los grupos paramilitares albano-kosovares y serbios, "sobre todo los primeros", y que los mandos de la Fuerza para Kosovo (KFOR) de la OTAN no tienen indicios de que se estén llevando a cabo preparativos militares en Serbia.
En Bruselas, se insiste en que la futura Constitución kosovar ya redactada recoge la filosofía del plan Ahtisaari que no concedía a Kosovo una soberanía plena, sino una independencia "subordinada" a la UE y a la OTAN.
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