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La UE no tiene reglas comunes sobre residuos nucleares

Alemania tendrá que extraer 100.000 barriles radiactivos de una mina de sal

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La UE no tiene, por el momento, una directiva que regule el uso de residuos nucleares. La Comisión intentó en 2003 elaborar unas normas comunes para los 27 en residuos, seguridad o desmantelamiento nuclear, pero se encontró con la oposición de los estados miembros. El freno se lo pusieron "tanto los países antinucleares, que lo consideraron una legitimación de este tipo de energía, como los países con centrales, que lo interpretaron como una intrusión en un asunto sensible", explica Ferran Tarradellas, portavoz del Ejecutivo comunitario en materia energética. La situación de los residuos de alta actividad en la UE, como los que almacenará el ATC español, es desigual. "Es probable que, para 2025, Francia, Suecia y Finlandia dispongan de instalaciones", dice el último informe de la UE, según informa Daniel Basteiro desde Bruselas.

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Alemania prepara una operación que la Oficina Federal de Protección contra la Radiactividad (BfS, en sus siglas en alemán) considera "única en el mundo". Pero la calificación no expresa orgullo, sino embarazo, ya que de lo que se trata es de corregir un error histórico: la elección de la mina de sal de Asse (al norte del país) como depósito de basura nuclear en 1967. Ahora, máquinas manejadas a distancia tendrán que sacar más de 100.000 barriles en los próximos diez años. El coste aproximado del proyecto es de 2.000 millones de euros. Los barriles de Asse serán trasladados a una antigua mina de hierro, seca y más adecuada como depósito nuclear. El motivo del traslado es que la mina de Asse corre peligro de desmoronarse. Desde 1988, se cuelan en su interior unos 12.000 litros de agua al día, informa Guillem Sans Mora desde Berlín.

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Francia investiga el almacenamiento geológico profundo para los desechos

En Francia, una Agencia Nacional para la Gestión de los Desechos Radiactivos (Andra) está investigando las posibilidades del llamado "almacenamiento geológico profundo", que se estima que podría entrar en funcionamiento en 2025. Los ecologistas franceses denuncian estos proyectos, porque afirman que los argumentos supuestamente científicos para enterrarlos no son, en realidad, más que intentos de enterrar, también, los desechos de la gran maquinaria nuclear francesa, informa Andrés Pérez desde París.

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El Gobierno británico, mientras, cuenta con un plan para reunir en un solo lugar todos los residuos nucleares generados en el país en las últimas décadas. Lo que no tiene aún es la localización. En noviembre, el Ministerio de Energía anunció la construcción de diez nuevas centrales nucleares. Cada una de ellas generará 20 toneladas anuales de residuos de alta actividad, que serán peligrosos, al menos, durante 10.000 años. El almacén atómico tendrá que hacer sitio también a los 5.000 bidones con residuos producidos en los programas nucleares civil y militar, que se encuentran en un almacén temporal situado en la central de Sellafield, informa Íñigo Sáenz de Ugarte desde Londres.

Italia se deshizo en 2007 de los últimos residuos nucleares que albergaba en su territorio tras el referéndum popular de 1987 que pedía el fin de la energía nuclear. Pero sólo tres años después, vuelve a tener el problema sobre la mesa, porque el Gobierno ha dado de nuevo la bienvenida a las centrales nucleares y, antes de 2020, quiere construir al menos ocho, informa Sandra Buxaderas desde Roma.

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