Este artículo se publicó hace 14 años.
Hacer turismo con la lista de la compra
Sobreviven en el mismo corazón de las ciudades a las que abastecen de los alimentos más frescos, alojados a menudo en inmensos edificios de sorprendente e inadvertido interés arquitectónico. Algunos de estos tradicionales espac
Mercado Central (Valencia)
A pesar de su espectacularidad, no rompe la estética de la plaza donde se ubica, junto a la Lonja de la Seda, declarada Patrimonio de la Humanidad, y la iglesia de los Santos Juanes. Es el edificio más representativo de la Valencia de principios del siglo XX, una ciudad que se sentía pujante y orgullosa de su huerta. Este sentimiento se trasluce en la ornamentación cargada de fantasía alegórica y modernista. Entrar en él nos lleva a otros mundos y otros ámbitos. En los que admirar y comprar las frutas y verduras del fértil campo valenciano, las anguilas de la Albufera o los pescados y mariscos del Mediterráneo, sin olvidar toda la variedad de frutos secos, entre otras innumerables delicias.
El hierro, el ladrillo, la piedra de Buñol, el mármol, los azulejos y los mosaicos fueron los materiales empleados en su construcción, y el resultado fue uno de los mercados más bellos de Europa. Combina a la perfección metal y vidrio y en su centro se admira una gran cúpula coronada por una veleta.
Mercado de la Boquería (Barcelona)
Es, sin duda, el mercado más emblemático de España. Situado en plena Rambla es un espacio vinculado desde siempre a la historia y a la vida diaria de Barcelona. Y sin duda ninguna, un lugar de visita obligada para todos los turistas que se interesan por la ciudad.
Su arquitectura modernista, la vidriera y el medallón del acceso principal contituyen un perfecto pórtico de entrada para comprobar el pulso de esta animada ciudad. Este mercado tiene para todos los barceloneses la sugestión de un recuerdo familiar, y está ligado a la historia de la ciudad y a sus tradiciones. Los vendedores actuales son en su mayoría de la tercera y cuarta generación. Y sus puestos son un paraíso para los sentidos. Sin olvidarnos de degustar las especialidades locales en alguna de las tabernas que también se dan cita en la Boquería.
Mercado de San Miguel (Madrid)
Emplazado en el corazón del Madrid castizo, entre monumento y monumento, se halla el nuevo Mercado de San Miguel, junto a la Plaza de Mayor. En la zona de mayor personalidad de la ciudad. Se ha renovado al aglutinar a los mejores comerciantes de sus respectivas especialidades, convertido en un centro de cultura culinaria con 33 puestos de lujo para deleite de sibaritas. Pero sin abandonar su vocación de mercado tradicional enfocado a la compra diaria.
Es nuevo en su orientación pero no por su construcción, que se remonta a principios del siglo XIX. Este histórico y monumental espacio cargado de reminiscencias literarias, conserva su estructura original de hierro a la parisién.
Pretende ser un lugar de encuentro dirigido sobre todo al cliente, pero también al profesional, al gourmand y al que busca información y consejo. Además de hacer la compra, se pueda participar en actividades, degustar lo que se va a llevar a casa, tomar un aperitivo con calma en compañía de los amigos o simplemente curiosear y dar una vuelta.
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