Las tropas de EEUU llegan a Haití mientras la ayuda gana impulso
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Varios helicópteros militares de Estados Unidos aterrizaron el martes frente a los restos del palacio presidencial de Haití para dejar tropas y provisiones, mientras una enorme operación internacional de rescate ganaba impulso.
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Los helicópteros Black Hawk dejaron tropas estadounidenses en ropa de combate que luego se desplazaron para proteger el principal hospital de Haití, donde el personal se ha visto superado por el alto número de pacientes heridos de gravedad.
La llamativa llegada de los soldados atrajo a una multitud de supervivientes del terremoto que acampaba en un parque cercano y que pidió comida.
"No sabemos exactamente lo que han venido a hacer y creo que están aquí para ayudarnos, por lo que les damos la bienvenida", dijo Alex Michel, de 40 años.
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En un intento por acelerar la llegada de ayuda humanitaria y frenar los saqueos y la violencia, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha aprobado por unanimidad añadir 2.000 soldados y 1.500 policías a los 9.000 miembros de sus cuerpos de paz en Haití.
Sin embargo, los médicos internacionales han señalado que las enfermedades serán el próximo gran desafío de las decenas de miles de personas heridas y sin hogar que han sobrevivido al terremoto.
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Mientras la ONU y Estados Unidos destinan más tropas para asegurar la operación de ayuda, cientos de saqueadores hurgaban en las tiendas destrozadas de Puerto Príncipe y se llevaban lo que encontraban, además de enzarzarse en peleas.
El personal de las agencias de ayuda de la ONU ha señalado que la situación de seguridad está bajo control y no ha afectado a la distribución de 270.000 raciones de alimentos.
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"La situación es tensa, pero tranquila. Por supuesto, hay saqueos porque la población está al límite", dijo Elisabeth Byrs, portavoz de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA en sus siglas en inglés) de la ONU.
Las autoridades haitianas estiman que la cifra de muertos por el terremoto de magnitud 7 que el 12 de enero destruyó gran parte de la capital haitiana se encuentra posiblemente entre las 100.000 y las 200.000 personas.
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Unos 52 equipos de rescate de todo el mundo siguen trabajando en una carrera contra el tiempo para tratar de sacar a gente con vida de entre los escombros de los edificios derruidos. Hasta el momento, unas 90 personas han sido rescatadas.
"Hay esperanza por las condiciones, un clima templado, y algunas bolsas de aire que quedan entre los escombros por la forma en que se construyeron las casas", dijo Byrs.
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Hay más de 11.000 soldados estadounidenses desplegados en el país, en barcos o en camino, incluyendo unos 2.200 marines con equipo pesado para despejar escombros, ayuda médica y helicópteros.
El presidente de Haití, René Préval, ha afirmado que las tropas estadounidenses ayudarán a la misión de paz de la ONU a mantener el orden en las calles, donde las fuerzas de paz y de policía no han sido capaces de garantizar completamente la seguridad.
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El lunes por la noche se oyeron disparos en la asolada capital.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, ha afirmado que su país no hará de policía, aunque se defenderá y "tiene el derecho de defender a inocentes haitianos y a miembros de la comunidad internacional si algo ocurre".
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AMENAZA DE ENFERMEDADES
Los equipos médicos que trabajan en hospitales de campaña en Puerto Príncipe han dicho estar superados por las víctimas y han alertado de la amenaza inmediata del tétanos y la gangrena, así como por el contagio de sarampión, meningitis y otras infecciones.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo el martes que hay al menos 13 hospitales trabajando en Puerto Príncipe.
La agencia de la ONU enviará asistencia médica para tratar a 120.000 personas en el próximo mes, dijo el portavoz de la OMS Paul Garwood a los periodistas en Ginebra.
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"No hemos superado la etapa de emergencia, pero estamos empezando a mirar a largo plazo", dijo Margaret Aguirre, de International Medical Corps, cuyo personal ha ayudado en 150 amputaciones.
El sida, la tuberculosis y la malaria son rampantes en Haití, donde muchos niños están malnutridos y la higiene ya era un desafío antes del terremoto.
Bajo la protección de las tropas estadounidenses, la comida, el agua y otros suministros comenzaron a llegar con más regularidad en el congestionado aeropuerto de Puerto Príncipe.
Los militares estadounidenses esperan reabrir el puerto de la capital haitiana en dos o tres días, pero mientras tanto la entrega de alimentos y agua para los refugiados se hace por aire.
"Esperamos tener 10 millones de raciones 'listas para comer' en el curso de la próxima semana", dijo la portavoz del Programa Alimentario Mundial Emilia Casella, en Ginebra. Eso permitiría alimentar a un millón de personas, tres veces al día, durante una semana.
Una señal de retorno a la normalidad fue la reaparición de vendedores callejeros ofreciendo frutas y verduras. Sin embargo, pese a ello, decenas de miles de superivientes del terremoto en toda la ciudad siguen pidiendo ayuda.
El ex presidente de EEUU Bill Clinton, enviado especial de la ONU a Haití, se implicó directamente en los esfuerzos de ayuda descargando botellas de agua desde un avión poco después de llegar a Puerto Príncipe y recorrió un hospital donde los suministros eran escasos.
"Es increíble lo que los haitianos han conseguido lograr, operando de noche (...) sin anestesia, usando vodka para esterilizar el equipo", declaró.
Los líderes mundiales han prometido ayuda masiva para reconstruir Haití, mientras que Préval llamó a los donantes a no centrarse sólo en la ayuda inmediata para los haitianos, sino también en el desarrollo a largo plazo de la nación más pobre del hemisferio occidental.