Una tripulación varada en A Coruña hace dos meses
La tripulación del Virtus lleva más de dos meses viviendo de la Cruz Roja
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Otro pitillo en cubierta. Los tripulantes del mercante estonio Virtus sólo logran calmar la ansiedad a base de nicotina. Llevan anclados dos meses en el puerto de A Coruña, desde que el armador les abandonó a su suerte tras una avería. Hace tres meses que no perciben su salario y su estado anímico empeora con el paso de los días. Son trabajadores rudos y experimentados "a los que no les gusta vivir de la caridad" aunque en su desafortunada estadía española sobreviven con los víveres que les suministra Cruz Roja.
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"Se quedaron sin comida, sin agua potable y sin luz, lo que en la práctica hace que se considere que el barco está abandonado", explica Luz Baz, inspectora de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF). La odisea del Virtus un carguero de 90 metros de eslora comenzó en aguas del corredor de Fisterra (A Coruña) el 10 de junio, cuando el buque estuvo cerca de 24 horas sin gobierno debido a un problema técnico, hasta que finalmente pudo ser remolcado.
Las bodegas del gigantesco mercante estonio van cargadas "de material muy costoso", entre las que se incluyen piezas para el aeropuerto que se está construyendo en Doha (Qatar) y acero, todo por un valor que ronda los cuatro millones de euros. El carácter imperecedero de la mercancía hace más largo el final de la agonía. "El armador me ha asegurado que está pendiente de la concesión de un crédito para poder pagar la pieza averiada y, la empresa que debe encargarse del barco mientras está en puerto tampoco se ocupa de los tripulantes", explica Luz Baz.
Para la inspectora de ITF, el problema es la bandera de conveniencia de San Vicente y las Granadinas del carguero. "Son barcos navegan bien hasta que surge el más mínimo problema, que los deja bloqueados". Y advierte: "No somos conscientes de que los barcos con bandera de conveniencia están activos, entran en nuestros puertos y que eso conlleva un riesgo".
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"¿Ahora, quién se hace cargo de la repatriación, cuando el estado de bandera probablemente ni siquiera haya inspeccionado el mercante? El Estado español no tiene fondos consignados para afrontar este tipo de situaciones; por eso, desde la ITF estamos en contra de las banderas de conveniencia, de las que nos beneficiamos todos porque ofrecen fletes más baratos", critica.
Auténticas chatarras flotantes con pabellón de conveniencia cruzan a diario las costas españolas. "One ship, one company [un barco, una compañía]. Detrás de estos buques se esconden compañías ficticias de las que es muy difícil seguir el hilo cuando surgen los problemas", aclara Baz.
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Nadie se atreve a aventurar qué ocurrirá con los tripulantes del Virtus, "un barco relativamente nuevo y bien conservado". El proceso de embargo puede dilatar en exceso la situación jurídica de la tripulación, ávidos por volver a casa. "No son refugiados, son trabajadores que no tienen medios para regresar", precisan en Cruz Roja. Además, la mayor parte de ellos son la principal fuente de ingresos de sus familias, de ahí que a la preocupación por su situación irregular en España se les una la inquietud por cómo se encuentra sus parientes en Rusia y Ucrania, de donde proceden.
"Estamos así, así", indica en un precario inglés uno de los tripulantes, que mueve la cabeza y tuerce el gesto mientras agota el enésimo pitillo.