Este artículo se publicó hace 12 años.
Treinta familias gitanas, al borde del desalojo
La Generalitat valenciana no quiere regularizar su situación
Michael rebuscaba entre la chatarra el pasado viernes cuando le sonó el móvil. "¡Ven corriendo que te van a tapiar la casa!", le alertó su madre a gritos. Cuando llegó, la madre, los hermanos y un grupo de vecinos se agolpaban en la puerta. Ni rastro de operarios ni policías. El nutrido grupo los había espantado.
"Decían que estaba abandonada, pero les dijeron que vivía allí con mis dos hijos. Miraron por la ventana, vieron unos juguetes en el suelo y se marcharon", reproduce Michael el relato de sus familiares. Su caso es un calco al de otras 30 familias, la mayoría de etnia gitana, del barrio de Santa Rita de Paterna, a cinco kilómetros de Valencia.
Los afectados llevan tres años viviendo en pisos casi derruidos
Un decena de afectados, entre ellos Michael, se concentró ayer a las puertas de una de las sedes del IVVSA (Instituto Valenciano de la Vivienda). Esta entidad dependede la Generalitat valenciana y es, junto al Ayuntamiento de Paterna, la propietaria de las viviendas que pretenden vaciar y tapiar desde hace más de un año.
Dignidad y pobreza"Un empeño que se ha intensificado en las últimas semanas con visitas amenazadoras de agentes y destrozos de algunas casas cuando no están sus habitantes", denunció Ana María Durán, de la Coordinadora pel Dret a l'Habitatge. Esta asociación, junto a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y el 15-M, asesora a los vecinos de Santa Rita.
"Es una ocupación ilegal", dice el Instituto Valenciano de la Vivienda
Tras Michael y el resto de vecinos se esconde una historia de dignidad y pobreza. Las viviendas se construyeron en 1957 para dar techo a los centenares de damnificados que dejó la doble riada del Turia que devastó en octubre de aquel año Valencia y su área metropolitana.
Muchos pisos fueron vaciándose con el tiempo y algunos quedaron reducidos a escombros y se convirtieron en refugio de toxicómanos. Hace tres años, decenas de familias gitanas llegaron al barrio desde los suburbios chabolistas cercanos al río Turia, ocuparon las casas y empezaron a arreglarlas.
Poco tiempo después, solicitaron al IVVSA regularizar su situación. "No queremos vivir de gorra, sino con un contrato y pagar nuestras mensualidades", aclara Jennifer, quien asegura que lleva más de cinco años solicitando una vivienda en Paterna.
Las casas se construyeron para los damnificados de una riada
"No es nuestro problema"Por su parte, fuentes del Instituto Valenciano de la Vivienda declararon a Público, que las 30 familias deben ser desalojadas "porque se trata de una ocupación ilegal que impide que otros vecinos con meses en lista de espera accedan a esos pisos".
Y respecto a la situación en la que quedarían los desahuciados, estas mismas fuentes fueron categóricas: "No es nuestro problema ni competencia". Una declaración que indigna a Durán: "Es inhumano. El barrio está lleno de pisos vacíos, hay de sobra para todos". A su lado, Michael asiente dando grandes cabezadas. "Que se pongan como quieran. Vine por mi hija, que casi se me muere de neumonía entre el barro de la chabola, y de aquí no me sacan", relata con los puños cerrados y la niña enroscada entre las piernas.
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