Este artículo se publicó hace 13 años.
Tráfico pretende bajar a 90km/h la velocidad en vías secundarias
Pere Navarro argumenta que tres de cada cuatro fallecimientos se registran en este tipo de carreteras
El director general de Tráfico, Pere Navarro, pretende reducir el límite de velocidad de 100 a 90 kilómetros por hora en todas las carreteras convencionales, aquellas que tienen un solo carril por sentido, con independencia del ancho del arcén de la vía. Navarro planteará esta propuesta a todos los agentes implicados para que entre en vigor antes de que acabe esta legislatura, según dijo en una entrevista con Efe.
Aunque el Gobierno acaba de decidir no prorrogar el límite de velocidad de 110 km/hque aplicó durante cuatro meses en autovías y autopistas, Navarro ve una clara diferencia entre ambos casos y recuerda que mientras "el 110 fue una medida excepcional, basada en motivos de ahorro energético", ahora el único objetivo es el de "reducir las cifras de siniestralidad".
Navarro quiere que la medida entre en vigor antes del fin de la legislatura
El último informe de siniestralidad publicado por la Dirección General de Tráfico (DGT), correspondiente a los meses de mayo y junio de 2011, evidencia que tres de cada cuatro accidentes (el 75,2%) tuvieron lugar en carreteras convencionales, una tendencia que ya se apreció durante 2010, cuando 1.331 personas perdieron la vida en este tipo de vías.
En cuanto a la posibilidad de que la medida entre en vigor en esta legislatura, Carlos Corcuera, portavoz del PSOE en la Comisión de Seguridad Vial del Congreso, consideró que los plazos son "muy justos". La única opción, explicó Corcuera, es aprobar un real decreto en el Consejo de Ministros para reformar el Reglamento de Circulación, "como se hizo en el caso de los 110 km/h". Así, el Congreso lo convalidaría en un mes y no se tramitaría comoproyecto de Ley. "De lo contrario, estaríamos fuera de fecha", sentenció.
Catalunya se oponeEl PP cree que el Gobierno "intenta limitar la libertad de los conductores"
La Generalitat de Catalunya, por su parte, mostró ayer su oposición a la propuesta al considerar que genera "desconcierto y confusión" y que puede tener consecuencias económicas.
El director del Servei Català de Trànsit, Joan Aregio, señaló en un comunicado que la medida "no cuenta con el consenso necesario", y precisó que, a pocos meses de las elecciones, el PSOE debería incorporar la medida a su programa electoral. "Parece que jueguen a las velocidades como quien juega a la tómbola", afirmó Aregio, que cree que los límites de velocidad deben marcarse por criterios técnicos "y no de oportunidad política".
La mayoría de estas carreteras dependen de las comunidades. Por ello, el portavoz del PP en el Congreso en materia de Tráfico, Federico Souvirón, augura "una oposición generalizada" de las autonomías a la reducción de velocidad. Souvirón entiende que "una vez más el Gobierno intenta limitar la libertad de los conductores para transitar por una vía que se supone que debería estar preparada para ello".
Por su parte, Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados, declaró que se trata de una medida "poco meditada" y afirmó que la mayor parte de los accidentes que tienen lugar en las vias convencionales se deben a colisiones frontales por adelantamientos. "La siniestralidad tiene mucho más que ver con la conservación de la red de infraestructuras que con la velocidad", declaró Arnaldo.
Las asociaciones de víctimas, sin embargo, se mostraron "esperanzadas" con la propuesta, al entender que 90 km/h es una velocidad "suficiente" para la red secundaria. Tanto la Asociación para la Prevención de Accidentes de Tráfico como la Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes coincidieron en que prefieren los 90 km/h en carretera a los 110km/h en autopista. "Ayudará a salvar más vidas", concluyeron.
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